sábado, 16 de julio de 2016

LA VIGENCIA DE LOS DIOSES



Todos los dioses antiguos y presentes tienen una vigencia que, no una existencia y esta, está limitada a la creencia en que se tiene en ellos. Es indudable que los egipcios creían fielmente en la existencia de sus dioses, los dioses de los antepasados de nosotros mexicanos lo mismo, griegos y romanos y cualquier otro pueblo corren la misma suerte. Con todo, se siente ya la falta de fe en la creencia del Dios aún vigente. Tal como hay leyes vigentes en desuso hay dioses vigentes en desuso; es decir, se cree en ellos pero ya se han abandonado sus ritos y sin ritos sobreviene la muerte.

El ateísmo no es el combate a dios alguno sino la elección de vivir sin creer en dogmas teológicos; es el ser humano buscando y construyendo su ser en un devenir libre de moralina. La libertad es peligrosa para los teólogos. Por eso la combaten de todas las maneras y bajo todos los términos: infieles, herejes, diabólicos (como si los ateos se liberaran de una idea para caer bajo el yugo de otra), gentiles y conceptos similares que solo encubren la perversidad de los dirigentes religiosos. No se debe temer a las masas enajenadas por sí, solo cuando son lanzadas guerras santas.

Los ateos no están contra los dioses sino contra los teólogos que tratan de someterlos como rebaño para después, tenerlos como productores de todos los bienes de los grandes dirigentes religiosos. ¿Se creerá deberás que los dioses romanos cayeron por el ateísmo?, no, cayeron  por beneficio político. Se dice que Constantino vio una cruz en el cielo con la inscripción: “Por este signo vencerás”, volviendo al cristianismo la religión oficial y dando muerte a los dioses romanos. ¿Bajo que signo caerá este dios?, el de la ciencia.



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