El asunto mas importante que tiene la nación mexicana
es la de transitar hacia la democracia. La mayoría de mexicanos lo desea pero
pocos unen esfuerzos para completar semejante objetivo. No hay duda de que los
sistemas, político y jurídico del Estado mexicano están reprobados pero no
derrotados. Falta poner orden en los delitos cometidos por políticos en el
ejercicio del poder. Sin el arreglo de este rubro la corrupción seguirá y eso
seria fatal para implantar la democracia. Ahora bien, en el rubro jurídico es imprescindible
que los órganos judiciales tengan como objetivo el valor justicia y no como
hasta ahora, la simple aplicación del Derecho y con ello, la preservación del
sistema jurídico ya arcaico. Estos dos sistemas, político y jurídico son
instrumentos de los políticos para mantenerse en la impunidad. Es menester que
sean cambiados radicalmente.
La
implementación del Neoliberalismo en México, ha tenido por lo menos treinta
años de historia. Fue preciso poner el nacionalismo en su mínima expresión. Ser
nacionalista ya es sinónimo de antigüedad, de estar fuera de tiempo aunque los
gobernantes sigan fingiendo en los rituales oficiales seguir el nacionalismo
como ideología vigente. Mentira. El nacionalismo esta enteco. Basta con mirar
los artículos que se consumen a diario para comprobarlo fehacientemente.
Otro
elemento para lograr imponer el Neoliberalismo lo fue la híper individualización
de los seres humanos. Le resultó a los burgueses la individualización de las
personas. Si bien, los individuos existían de facto, no se sentían como
entidades individuales sino como pertenecientes a una clase social o, a un
gremio. Era imposible pensarse como individuo. Ahora bien, el Neoliberalismo
aprovecha este antecedente para llevar hasta sus últimas consecuencias la
libertad que tiene como correlativo el híper individuo. En efecto, para que se
disminuyera el nacionalismo hacia falta que el mexicano no se sintiera
necesariamente perteneciente a una nación o por lo menos se sintiera y fuera
todo un continente aislado, impotente para organizarse ante el avance de las
grandes trasnacionales y la imposición de marcos legales contrarios a los
intereses nacionales.
Es
una falsedad que los gobernantes tengan un proyecto de nación; tienen si, las
ordenes de implementar el Neoliberalismo a como de lugar. Al parecer de momento
no hay otra opción. Por lo menos se debe sanear a fondo los sistemas, político y
el jurídico. Se siente la decadencia de ambos sistemas en todo el territorio
nacional y se padece en general oleadas de crímenes con un gobierno, en sus
tres niveles, ausente. El Estado mexicano esta en su mínima expresión y el
gobierno funge como simple arbitro en temas puramente comerciales. Es mas un
gerente general de las trasnacionales que un gobierno para los mexicanos.
Este
momento de decadencia, de crisis profunda es también el momento de que una
buena parte de la nación mexicana tome plena consciencia de su devenir y luche
por corregir de raíz todos los males que le aquejan en la medida de lo posible.
No hace falta que sea toda la nación porque seria una locura tratar de organizar
por lo menos la mitad de la nación unos sesenta millones de mexicanos. Es suficiente
que veinte millones sientan el genuino deseo de poner manos a la obra
reformadora y lo hagan.
Por
el momento, los mexicanos estamos extraviados, atónitos ante la híper individualización
pero todo extremismo no puede sostenerse indefinidamente; es posible serenarse
y retomar el camino correcto, enterrando los deseos de los presidentes de
gobernar mas allá de sus administraciones a través de sus esposas; este deseo
no es otra cosa que tiranía contenida en los ex mandatarios que han dejado el
poder y no se conforman con ser ciudadanos comunes y corrientes. Sienten el
vivo deseo de continuidad en el poder por interpósitas personas. Se dicen demócratas
pero vive en ellos un tirano vengativo.
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