La
matanza de estudiantes de Ayotzinapa, Guerrero, México, levantó una oleada de
manifestaciones en todo el territorio mexicano en contra del gobierno municipal
de Iguala, responsable directo, en contra del gobernador y en contra del gobierno federal. Los gobernantes mexicanos infiltrados por el narcotráfico
y activos actores en el mismo delito se han hecho inmensamente ricos. Esto se
ha sumado a la corrupción institucionalizada en los tres niveles de gobierno y
en todos los partidos. Para colmo las reformas estructurales, es decir, la privatización
de lo público les ha creado un espíritu empresarial y se han lanzado a
participar en los jugosos negocios que se desprenden por doquier.
Es
bien sabido que el gobierno mexicano en sus tres niveles de gobierno (Federal, estatal
y municipal), por tradición ha sido tiránico y represor por más de setenta años
y que la alternancia en el poder (Los gobiernos de Vicente Fox y Felipe Calderón),
no trajo la esperada democratización en el sistema político mexicano y en su
lugar, se obtuvo lo contrario; la imposición sin ton ni son del Neoliberalismo agravó
el autoritarismo y represión en el gobierno federal, en todas las entidades
federativas, en el Distrito Federal y la mayoría de los municipios en contubernio
con la delincuencia organizada. La matanza en Tlatlaya, estado de México, las
represiones por parte del gobierno del Distrito Federal, la muerte y represión por
parte del gobierno de Rafael Moreno Valle son claras muestras de los excesos y
abusos gubernamentales. Pero la gota que derramó el vaso de sangre lo fue y es,
la matanza de estudiantes de Ayotzinapa, en el municipio de Iguala, ambas
poblaciones del estado de Guerrero.
El
responsable directo el presidente municipal, José Luis Abarca, (PRD) con toda
libertad e impunidad pidió licencia y huyó. El gobernador de Guerrero, México, Ángel
Aguirre (Priista convertido en perredista) responsable indirecto pero, no menos
responsable se aferró al poder apoyado por el Partido de la Revolución Democrática,
argumentando que solo los ciudadanos de Guerrero, podían decidir si se dejaba
el cargo de gobernador. Quiso seguir con la práctica autoritaria de la política
mexicana sin importarle los graves delitos y su responsabilidad (Sabía de los
nexos de José Luis Abarca y de su esposa con el narcotráfico), sin haber
actuado en consecuencia (Ambos, gobernador y presidente municipal, pertenecen
al PRD). Su soberbia y necedad apoyada por Carlos Navarrete (Presidente del
PRD) trajo como consecuencia que
arreciaran las protestas de todos lados del pueblo mexicano y con la
solidaridad de los jóvenes de naciones de Europa, Latinoamérica y entonces,
tuvo que pedir licencia (Ya no era rentable para el PRD) y lo abandonaron a su
surte. Las cosas no quedaron allí, las manifestaciones de solidaridad siguieron
llegando de jóvenes de Asia (Corea del Sur, China, Vietnam, India, Indonesia y Singapur).
También
la Organización de las Naciones Un idas, otros gobiernos, organismos internacionales
y políticos se manifestaron en contra de la matanza de estudiantes de Ayotzinapa,
en Iguala, Guerrero. Sin embargo, estas manifestaciones se antojan tibias,
timoratas en comparación con las manifestaciones de los jóvenes de prácticamente
de todo el mundo; quienes en verdad han dado muestra que los gobernantes no
tienen ya una patente de Corso para
actuar a su antojo y que la protección de la vida y la observancia de
los Derechos Humanos en todo el mundo es de interés de toda la Humanidad pero
en especial de los jóvenes.
Los
jóvenes (en su mayoría estudiantes), han mostrado que el ejercicio del poder político
no debe ni puede ser arbitrario y que esto trae consecuencias (aunque no ideales si significativas); han sentido
como propios los agravios emanados de la matanza en Ayotzinapa, guerrero y con
ello han contribuido a poner coto al poder y, con sus limitantes, a poner como
principio la democratización mundial del poder público. Cosa que no es menor,
aunque tiene sus debilidades en su vigencia pero que es una señal clara de una
nueva forma de política y que ya los gobernantes y políticos no pueden actuar a
capricho sin consecuencias.
Por
otro lado, han mostrado y le han opuesto, al puro negocio (Neoliberalismo) y el
gusto por lo no humano (La ciencia y la tecnología crudas y vacías), la
solidaridad y el humanismo, sin importar las diferencias culturales, económicas,
sociales, de idiomas y otras de menor significado. Los jóvenes de todo el mundo han venido a
reivindicar el concepto Humanidad y a practicar un humanismo global y sin
restricciones.
Es
mentira que estemos en pleno Apocalipsis, con una decadencia sin fin y perdidos
los valores fundamentales. La muerte y desaparición de jóvenes estudiantes en México
ha mostrado que los valores respecto a la vida, la política, la justicia, el
Derecho entre otros habían quedado ocultos y mal entendidos como subjetivos y
que, por el contrario son objetivos y mundiales.
Los
dueños del gran capital, gobernantes, políticos y delincuentes difícilmente harán
eco a esta enorme lección de humanismo colectivo, de solidaridad, de justicia,
de reivindicación del ser humano porque son ciegos a estos valores y oponen los
extremos opuestos de otros valores: utilidad, riqueza material, corrupción, autoritarismo, asesinatos, muerte y todo
aquello que los mantenga en el poder y en la cómoda vida que da la corrupción institucionalizada
por ellos mimos.
Sin
embargo, no están solos y una buena parte de intelectuales, luchadores
sociales, artistas entre otros se han pronunciado a favor de esta solidaridad
entre los jóvenes y esta nueva visión de
ver la vida en su totalidad y no sola parcial. Depende en buena medida de los jóvenes
transformar el mundo o por lo menos equilibrar
y poner coto al poder político y poner manos a la obra para poner límites
al poder económico (Neoliberalismo), pero, también es, responsabilidad de todos
nosotros apoyarlos y cuidarlos en su larga lucha; no con la sensiblería ni la chabacanería
propia del extravío sino de la plena consciencia de nuestro deber como seres
humanos.
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