Mal anda la procuración de justicia en México cuando la Procuraduría
General de Justicia de la República, encabezada por Jesús Murillo Karam, no ha
resuelto uno solo de los graves crímenes que han ocurrido y siguen ocurriendo,
ante la pasividad de su titular. Es
grave que los periodistas sean los encargados de investigar y poner en
evidencia todo el cumulo de crímenes, corrupción gubernamental, violaciones a
los derechos humanos y toda la gama de violaciones a las leyes. Solo Carmen Aristegui
ha investigado y dado pauta para que se ponga a la luz pública delitos
cometidos por gobernantes y políticos y tengan consecuencias de todo tipo.
La Procuraduría General de la República avanza torpemente y a
la velocidad de un caracol ante los delitos cometidos en Tlatlaya, estado de México
e Iguala, Guerrero; esto contradice el discurso repetitivo de enrique Peña
Nieto, quien asevera disminución del índice
de delitos y el aumento de la procuración de justicia. A lo pronto los periodistas
llevan la ventaja descomunal en la investigación de crímenes de todo tipo sobre
la Procuraduría General de Justicia. Ante la ola permanente de delitos
terribles en todo México, Murillo Karam es un más de los espectadores pasivos
de lo que pasa.
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