Los
latinoamericanos a menudo nos quejamos amargamente de la conquista y los
españoles se regocijan por lo mismo. Es evidente que se desconoce la historia
de la conquista de América y la historia en general por ambos bandos. Ni los
españoles fueron los grandes conquistadores adelantados tal y como se tiene en
el imaginario colectivo ni los prehispánicos
fueron inferiores sino diferentes.
Por
otro lado, baste recordar que España, en buena parte, fue conquistada y dominada,
por los romanos y luego por los árabes; siete siglos por los primeros y ocho
por los segundos. La historia de los seres humanos tiene sus asegunes, sus aristas y perspectivas ocultas.
Serenamente
eso ya no tiene remedio. Regocijarse o amargarse de lo insalvable es propio de
ignorantes y débiles. En consecuencia, por mi parte no me apasiona lo
irremediable sino la posibilidad fundada
de transitar hacia el futuro mediato y lejano hacia otros horizontes con el ánimo del conquistador del saber y del
humanismo global.
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