domingo, 19 de octubre de 2014

RIQUEZA MATERIAL Y RIQUEZA INTELECTUAL



Es más fácil allegarse riquezas materiales que volverse sabio. Esto ocurre en todos los ámbitos sociales y en todas las religiones que no obstante predicar el amor por el prójimo desatan el odio y la muerte a cada paso que dan. Véase la manera prejuiciosa y torpe con que se conduce la alta jerarquía católica que por un lado predica con gran trompetería el amor al prójimo y por el otro, no acepta a los homosexuales y lesbianas  como seres humanos con plenos derechos jurídicos y filosóficos; por el primer rubro también los homosexuales y lesbianas están sujetos a derechos y obligaciones y por el segundo tienen el derecho a participar de la Humanidad sin ninguna reticencia por parte de los demás. Eso iría acorde con el amor del que tanto se jactan, eso sería sabio. Sin embargo, también en la alta jerarquía cristiana se cumple mi aserto inicial; se han vuelto ricos, en cosas materiales, hasta el escandalo pero siguen ignorantes en cuanto al humanismo, al  Derecho y la Filosofía, siguen pensando y actuando como hace mil años.

Es muy significativo que la alta jerarquía católica mexicana siga pasiva y tibia ante masacres y toda clase de crímenes  cometidos contra el pueblo de México y deje solos al padre Solalinde y a Raúl Vera en una lucha heroica, acorde a su pensar y sentir respecto al humanismo que se debe desplegar ante la corrupción y crímenes de Estado actuales pero que es insuficiente por la corrupción profunda e institucionalizada.

Acaba de terminar el sínodo de Obispos en el Vaticano, en donde se ha visto a una gran parte de ellos con ideas francamente retrogradas, infantiles y perversas  que no solo no resuelven problema alguno sino que mantienen las viejas disputas de hace por lo menos mil años. Ha dicho Francisco I que “La Iglesia no debe temer a cambios ni desafíos”, con una tibieza digna del conservadurismo sin sentido. ¿Qué sabiduría puede haber al enfrascarse airadamente con temas como la homosexualidad y el divorcio en ese sínodo de Obispos?, ninguno. Campeo la histeria y se ahuyentó la razón.

La declaración del Papa está en campo del deber ser pero la realidad lo refuta de manera inapelable en virtud de imponerse el ser  de la Iglesia: el  conservadurismo con base en los prejuicios. La alta jerarquía católica se ha vuelto rica materialmente pero sigue pobre de sabiduría.


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