(Ideas claras y
distintas). Descartes
Es bien sabido que, el Estado mexicano se compone, fundamentalmente, de
territorio, población u gobierno. Falta sumarle todas las instituciones,
organismos, descentralizados, desconcentrados y demás dependencias necesarias
para la Administración Publica.
Ahora bien, los TRES PRINCIPALES ÓRGANOS para
el funcionamiento del Estado son: El Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial. En
efecto, cualquier estudiante más o menos informado sabe que la Constitución General
de la República Mexicana, se divide en dos partes: DOGMÁTICA Y ORGÁNICA y que
en esta segunda, se encuentran las normas con las cuales se crearon los órganos
en comento y sus facultades. Sostener lo contrario es, simplemente ignorar la
realidad y la racionalidad.
El gobierno se divide entre niveles: FEDERAL,
ESTATAL Y MUNICIPAL y a estos les corresponde, principalmente, la administración
pública y es, esta parte del Estado mexicano la que está en plena decadencia,
podrida y como tal origen de la mayoría de los males más graves de la nación mexicana
y digo de la nación porque los titulares e integrantes de los órganos,
organismos e instituciones gozan de cabal abundancia material y económica.
Para
definir lo que es el Estado mexicano no solo debe atenerse a las teorías (Casi
todas chatas) sobre el Estado en general, y el mexicano en concreto, sino ir al
texto constitucional, razonar profundamente su naturaleza y confrontar esto con
la realidad. Para ello puede empezarse; teniendo ya los estudios
correspondientes de Derecho, los artículos 28 y 90 de la Constitución General
de la República para comprender a más cabalidad la ESTRUCTURA ORGÁNICA E INSTITUCIONAL
DEL ESTADO MEXICANO.
Lo
anterior, a efecto de que los señores constitucionalistas, gobernantes, políticos,
comunicadores y todos aquellos que deben saber distinguir en esta materia sus
partes, conceptos, ideas y realidad, no sigan repitiendo sin ton ni son teorías
huecas, equivocas y conceptos vacíos. Se les invita a repudiar la garrulería que
los distingue y adentrarse en un Nuevo Constitucionalismo que tanta falta hace.
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