La revolución mexicana, en lo político, solo
sirvió para aniquilar una dictadura personal para pasar a la dictadura de un
partido: El Partido Revolucionario Institucional.
En lo económico la revolución solo sirvió para
acabar con las reminiscencias de producción medievales y sentar las bases sólidas
para el encumbramiento de la burguesía mexicana con todas sus consecuencias
nefastas para las mayorías.
No se puede entender la pobreza de los
mexicanos si no se entiende la naturaleza de la revolución y la implementación nuevamente
del presidencialismo durante más de setenta años con la Constitución General de
1917.
La Constitución Política tuvo muchos halagos y
se dijo que era muy adelantada para su tiempo. Lo que no se dijo es que no se observó
en la práctica. Para muestra un botón. Se hacían detenciones sin órdenes de
busca, aprehensión y detención y se sacaban confesiones de delitos con los métodos
más brutales conocidos.
Hasta la fecha actual los mexicanos no hemos
podido imponer la democracia como forma de gobierno. Terminó el presidencialismo
estilo priato pero hay intentos por volver a ese oprobioso pasado.
Otro de los rubros que está pendiente, entre
los mexicanos, es la sujeción a las
leyes. Se prefiere vivir en la corrupción que acatar las leyes. Esto ocurre
tanto en la población civil como entre los gobernantes. Es evidente que los políticos
y gobernantes salen con pingues ganancias de la corrupción, el ciudadano común y
corriente solo corrompe y es corrompido en su vida diaria en cosas como el
manejar mal, no tender determinados documentos o para lograr algún servicio.
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