
Es
bien sabido que no se puede esperar consecuencias buenas al criar creaturas
nefastas, malas. Tal es la enseñanza que deja el cuento sobre criar cuervos, te
sacaran los ojos. Eso no sería más que un cuento con una moraleja. Sin embargo,
en el caso mexicano se tiene una casta política que usa y abusa del nepotismo y
otras prácticas anómalas y dañinas para el pueblo mexicano. En campañas los políticos
prometen lo que nunca cumplirán. Ahora bien, no les basta con no cumplir con lo
prometido sino que, a pesar de ocupar cargos en México, están al servicio de voluntades
extranjeras, ajenas a la realidad mexicana. En efecto, están al servicio del
gobierno estadounidense del Fondo Monetario Internacional, El Banco Mundial y más
estrechamente bajo los deseos y órdenes del capital privado y nacional e
internacional. A esto súmesele la enorme corrupción existente en todos los
partidos. Corrupción que combaten con su gran cinismo y palabrería.
Para
agradar a sus amos los gobernantes de México, de los tres niveles, aplican las
recetas que les ordenan. Imponen toda la carga de impuestos a los pobres y
exentan a los ricos. Literalmente quieren sacarle hasta los ojos a los
gobernados. Para adornar su actuación heredan los puestos políticos a sus
familiares, amigos e incondicionales. Ya
en lo más bochornoso se creen divinos. Andan por la vida con una prepotencia
superior a los faraones o cesares, es decir, de escándalo en escándalo. Esta es la parte fea del gobierno mexicano.
El
otro lado tiene que ver con el pueblo ese pueblo apático, indiferente,
acostumbrado a poner la cerviz y la espalda para llevar el peso de estos políticos
zánganos e insaciables. No sería posible el surgimiento de una clase política tan
corrupta sin que la base que los elige o de donde surge este también corrompida.
En los ricos no importa la cultura, ni las ciencias, ni el arte, tienen el
dinero y el sistema político-económico para comprar cosas materiales, se
conforman con vivir entre sensaciones de bienestar material. En el pueblo si
deben importar estas cosas que hacen a un pueblo consciente y fuerte para
lograr moderar a los políticos. Con todo, en México, se incuban y anidan, la corrupción,
la ignorancia, la apatía, la decadencia, entre otras cosas nefastas a efecto de
mantenerlo sometido. Esta es la parte fea del pueblo mexicano.
Si
se suman estos dos lados se tiene la moneda de cambio que tiene el mexicano en
general para andar por la vida: la decadencia. Este es el primer paso para
salir de este lamentable estado, tomar consciencia de esta realidad. El Estado
mexicano es la casa en donde vive el pueblo y los políticos los sirvientes para
su mantenimiento. Resulta que los sirvientes se han convertido en los amos y
echado al pueblo de su hogar e invitado al convite a los enemigos del pueblo, convirtiéndose
ellos mismos, enemigos del pueblo.
La
tarea de los mexicanos conscientes y comprometidos con la democracia debe ser,
por un lado, vigilar y combatir a los malos políticos y por otra parte crear
consciencia entre los mexicanos que son indiferentes a la participación en la
vigilancia y combate a los malos políticos.
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