lunes, 28 de agosto de 2017

EL CAPRICHO COMO POLÍTICA




Me sorprende negativamente que muchos líderes políticos se muestren como verdaderos estadistas y se vendan al mejor postor con esta apariencia y, cuando no consiguen una candidatura, a pesar de haber vivido la mayor parte de su vida de lo público, pongan el grito en el cielo, amenazando con la disidencia. ¿Alguien sabe si ya Ricardo Monreal, desayuno o, está en huelga de hambre y cuantos kilos ya perdió?. Lo que les hace falta es prudencia, modestia, para saber afrontar las circunstancias adversas que, a lo más son eso, circunstanciales y, trabajo hay mucho en política como en todo. Sin embargo, Monreal se muestra como un niño caprichoso que hace berrinches por lo que no es suyo: lo público.

Es una mentira que, Monreal pueda desbaratar el Lopezobradorismo pero, si puede dañar los intereses generales de los mexicanos y, en especial la democracia. Andrés Manuel, está más allá del bien o del mal; como sea tiene ya la mayor parte de su trayectoria hecha; es un individuo, importante si pero no más que la nación mexicana que le queda un largo camino que recorrer y, lo hará sin él pues es, un ser mucho más limitado en el tiempo que el pueblo de México con sus generaciones venideras.

Hay muchos mexicanos que, hoy, en este preciso momento no tienen siquiera los alimentos asegurados y, no andan de amenazando con disidencias porque les es más necesario alimentarse. Han dicho los líderes que, están a favor de la lucha del pueblo; es hora de que muestren que sus intereses particulares no están por encima de los intereses generales y, que en verdad son demócratas. Que frenen su ambición y miren por el interés de los mexicanos que están en las estadísticas del olvido, de aquellos que no son visibles más que, como carne de cañón para las votaciones.

¡Oh, tempos, o mores! (¡Que tiempos, que costumbres!), fue la sentencia que pronuncio Marco tulio Cicerón, al ver la decadencia de la república que ya nunca pudo ser salvada y, llegaron al imperio los cesares. Pues bien, la actitud de Monreal y sus ciegos seguidores únicamente abonan el camino para que, este sistema corrupto siga en vigencia. Que espectáculo estamos dando, los demócratas de izquierda, los socialistas de pacotilla.


Si aún no comido Monreal, lo invito a desayunar, ciertamente, será modesta la mesa pero sincera para reír un poco porque está muy tenso como si estuviera condenado al patíbulo y quisiera llevarnos al mismo. Los que no han logrado saciar sus impulsos deben analizar sus situación real y, la mayoría, verá que, comen bien, visten bien, tienen casa, una cuenta bancaria; en suma, viven objetivamente bien y que únicamente son sus desvaríos los que los llevan a amenazarnos sin sentido. Finalmente, si no quieren la concordia que, se vayan, no hay que temer las amenazas cuando está el interés superior de la nación mexicana y, su incipiente democracia. Lucio Catilina y Maxtlaton viven en ellos.


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