Hoy
día estamos llenos de prejuicios hacia otras formas de ser en casi todos los
campos de la vida; a consecuencia de esto, la vida se ha vuelto monótona, pobre
y con muy poco interés genuino. En la antigüedad había una variedad de pueblos
que hacían un crisol lleno de riqueza cultural. Hemos perdido, con este sistema
económico y político la gran variedad de pensar y ser. En lo que hoy conocemos
como Grecia, se hallaban una multiplicidad de Ciudades-Estado, tantas como
alrededor de mil, que luchaban por mantener su independencia. En este contexto
de lucha dinámica no es raro que surgieran diversidad de leyes, formas artísticas,
de sociedades, de héroes individuales y colectivos, tal es el caso de los 300
de Tebas.
Tebas
va a reemplazar la hegemonía que tenía Esparta y por 33 años se tornará como la
Ciudad-Estado hegemónico. Todo esto se debió a la iniciativa de un aristócrata tebano
llamado Górgidas, quien creo el Batallón Sagrado de Tebas que curiosamente
estaba compuesto por 300 guerreros homosexuales, 150 parejas con un conductor
adulto y un compañero joven, era pues, la pederastia educativa.
Plutarco,
nos trae las razones por las cuales se formó este batallón, entre las principales
nos cuenta que, basado este cuerpo de elite, en el amor por el otro, tanto
emocional como carnalmente, su cohesión era tal que se tornaba poderoso, casi
invencible. La leyenda tebana de su fundación que, narra la violación del
hijastro de Layo, por el mismo Layo, da el origen de ser de esta sociedad. También
sus leyes propiciaban la pederastia, en la cual el homosexual maduro se
encargaba de la educación del menor en todos los ámbitos.
Sin
embargo, quien le dio brillo al Batallón Sagrado de Tebas, fue Epaminondas; un
general fuera de serie; tal fue su fama que Cicerón lo tiene como “El primer
hombre de Grecia”, y no era, ni es para menos, pues en dos ocasiones derrotó al
ejercito espartano y aliados con toda claridad. Claro, los días de gloria de
los 300 encabezados por Leónidas habían pasado y, aunque no desmerecía el ejército
espartano las tácticas y los implementos de guerra ya habían progresado,
precisamente con los tebanos. Filipo, padre de Alejandro el Grande, estuvo en
Tebas como rehén, allí aprendió sus tácticas, las cuales en el futuro las utilizaría
en contra de los tebanos.
La
primera batalla que libraron tebanos y sus aliados contra los espartanos y los
propios, fue la Leuctra (371 a,c,); la segunda, la de Mantinea, en ambas, los
300 que formaban “El batallón Sagrado de Tebas”, mostraron su valentía al grado
de desbaratar a los espartanos y, con ello terminar con su hegemonía y subir
los tebanos a ese peldaño. El rey espartano vencido, lo fue, Cleómbroto, de la dinastía
a la cual pertenecía Leónidas. Como Leónidas, Cleómbroto, murió en la batalla
de Leuctra pero el resultado fue muy diferente, mientras que, el primero perdió
la batalla pero se ganó la guerra contra los persas, el segundo perdió la
batalla y, la guerra.
La
batalla de Mantinea (362 a.c.), se desarrolló con una variante de la formación utilizada
en Leuctra, en la punta estaba “El batallón Sagrado de Tebas”, foroplitas
espartanos tendían ir hacia mando la falange oblicua con su temible ala izquierda
y, es que, los hoplitas avanzaban un poco hacia la derecha buscando la protección
de escudo del compañero del lado. Esto lo aprovecho Epaminondas creando una
falange de 50 hombres de profundidad que cargo contra la falange espartana de 8
a 12 guerreros de fondo. El resultado fue la derrota total de los espartanos e
inicio su fin de supremacía. Apaminondas murió en esta batalla.
Ahora
bien, recuerden ustedes que, Filipo de Macedonia estuvo en Tebas con lo cual
pudo aprender las tácticas de guerra de estos y liberado que fue, volvió a su
tierra e hizo reformas profundas en su ejército y en la batalla de Queronea,
(338 a. c.), desbarato a las milicias tebanas, se dice, que únicamente los 300
del Batallón Sagrado, emulando a los 300 espartanos liderados por Leónidas, se
mantuvieron firmes y murieron masacrados. Esta fue la primera gran batalla en
la que participo Alejandro Magno y, es de aquí de donde va a desarrollar sus tácticas
de guerra a grados inauditos.
Plutarco
narra que, Filipo al ver la pila de cadáveres y, sabiendo bien quienes eran,
dijo: “Perezca el quien sospeche que estos varones o sufrieron o hicieron algo
inapropiadamente”.
Esto
nos muestra y demuestra que debemos cambiar radicalmente nuestra forma de
pensar, de ser y tratar a los diferentes como seres humanos pues esencialmente
son eso, seres humanos con accidentes o accesorios naturales diversos de color
de piel, de estatura, forma de vestir, de pensar, de actuar o de tener
preferencias sexuales diferentes pero que no los hacen menos a cualquier otro ser
humano.
Los
300 que conformaban “El Batallón Sagrado de Tebas”, no desmerecen en ningún
rubro de la calidad humana y se les debe rendir tributo por lo que en esencia
fueron: humanos en exceso valientes y no por su preferencia sexual, un
accidente en términos aristotélicos.