martes, 20 de junio de 2017

THE PIG BROTHER



Enrique Peña Nieto, sigue siendo tan tonto como cuando era candidato a la presidencia de la república, lo que varía es que ahora tiene el poder político y lo usa para expandir su corrupción a todos los ámbitos del Estado mexicano y para espiar a los periodistas y ciudadanos que teme sean sus enemigos. No piensa ni por un momento el daño que le hace a la figura presidencial, a los ciudadanos al Estado y la humanidad.

La esquizofrenia de Peña Nieto lo empuja a las más patéticas pero perversas conductas contra los gobernados como su voyerismo insaciable. Imaginemos a Peña Nieto vigilando, por si o por sus testaferros, a un menor de edad o, a un periodista. Esto es enfermo.

Gastar millones de dólares para propósitos enfermos es otro más de los errores de este mal gobierno. Si ya de por si la cadena de pifias y francos errores de corrupción tienen a Peña Nieto en su más bajo porcentaje de aceptación ¿quiénes en su sano juicio tendrán fe en la figura presidencial? y sin fe adiós buen gobierno; porque la fe en el gobierno no es otra cosa que la legitimidad que junto con la legalidad es la base de la sanidad estatal.

A Peña Nieto, tampoco le importa o no advierte que se es lo que se hace objetivamente y este gobierno que encabeza se ha convertido en todo lo malo que se trata de evitar por lo pronto Peña Nieto se ha convertido en The Pig Brother, El Gran Cerdo que vigila todo y que todo ensucia; vigilancia por morbo sin límites mientras públicamente se presenta impoluto aunque se sepa públicamente que es pura apariencia.


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