miércoles, 14 de junio de 2017

LA POSICIÓN DE LA VIDA HUMANA


Los neoliberales han logrado triunfar al imponer al dinero como su verdadero Dios y despreciar a todos los demás dioses, diciendo “Este es el único y verdadero Dios”. Para ello han invertido cientos de años, unos cuatrocientos junto con sus antepasados. Esto no fue suficiente, se tuvo que construir toda una fe para verdaderamente creyentes para que se adorara lo material por encima de lo que debería darle sentido a todo: la vida. No es casual que nos embobemos con cosas sin mucho valor pero que nos han enseñado a adorar como si fueran verdaderamente importantes.  Amamos a los vehículos, las casas que mientras más grandes mejor, los artículos de comunicación, las pantallas y en general todas las cosas más que a los seres humanos. No fue casual que el arte se deshumanizara, se estaba deshumanizando a la vida.

Miles de años de refinado adiestramiento han culminado por tornar a los seres humanos en sirvientes del culto al dinero y lo material. Que épocas aquellas en las que se buscaba lo espiritual de diversas maneras aunque muchas veces, francamente de formas equivocadas, sin embargo, se tenía a la vida (el ente por excelencia metafísico), como el auténticamente importante y donde todo lo existente (cosas, objetos ideales y valores), cobraban su más amplio sentido.  

Mientras la religión estaba en plena boga la búsqueda por lo espiritual como la vinculación de la vida a lo divino, a lo metafísico absoluto o, a la vinculación e integración al universo era una meta; a la par de la decadencia de la religión se pierde el valor de la vida porque se pasa de lo divino como centro de la vida a poner ese centro en lo material, es decir, fuera de la vida misma; así se perdió el sentido de la vida que por cientos de años han buscado los filósofos. Ahora bien, al estar fuera de sí la vida no es de extrañar que los seres humanos a pesar de estar entrenados para buscar incansablemente el dinero y lo material por estar convencidos de que ese es el sentido real de sus vidas, en la realidad sean huecos, vacíos, inauténticamente seres humanos plenos. En efecto, se sabe que las cosas materiales no aumentan un ápice el ser de los humanos, únicamente el desarrollo de todas y cada una de las facultades humanas, puede eventualmente, dar pleno sentido de sus vidas.

Los seres humanos actuales nadan diariamente entre cosas guiados por el dinero y cegados para no poder ver los valores que se venían practicando. Se les atrofio a los humanos la intuición y entendimiento de la significación de los valores para enfocarlos exclusivamente en lo material. No importa que se busquen los valores en el horizonte este no existe se debe y puede poner ese horizonte donde poner los valores en una escala en donde la vida sea el principal valor a seguir y perseguir. En qué lugar queden la dignidad, la solidaridad, el respeto a los derechos humanos, el amor, la amistad y todos aquellos que rodean y hacen la vida digna de vivirse, eso solamente lo podrán decidir las generaciones futuras pero iniciándose ahora mismo la concientización e inicio de su ejercicio.

En México, el arte más salvaje, bárbaro se ha prendado del gusto de las mayorías y amenaza con quedarse hasta que se vea normal como símbolo de que la vida no tienen mucho interés como para ser alabada; en su lugar se hace apología de delitos con las letras del peor gusto y con el sentido mayormente ofensivo posible contra las mujeres o los enemigos. No es raro ni casual que el tipo de mexicano vinculado al crimen organizado se entrone y sea el actor principal en series televisivas, canciones, y como una forma de vida que se busca para estar a tomo. La violencia en todas sus formas se ha instalado en lo público como en lo privado. Los gobernantes están más ocupados corrompiendo al Estado mexicano que, preocupados y ocupados en la seguridad pública y todas las demás áreas que son estratégicas para lograr el mínimo de seguridad en la vida de la sociedad mexicana para su desarrollo mínimamente en la sanidad.   



No hay comentarios.:

Publicar un comentario