Enrique
Peña Nieto, dice que los mexicanos no sabemos apreciar los beneficios de sus
reformas estructurales, que no son más que, reformas privatizadoras de todo lo público
mediando una corrupción de escándalo, con lo cual es evidente que los mexicanos
sabemos de qué se tratan sus reformas y sus efectos no pueden ser otros que el
de crear mayor pobreza para el pueblo llano.
Por
si esto fuera poco, lo verdaderamente monstruoso es que, ha terminado de poner
la vida de los mexicanos por debajo de lo meramente material. Peña Nieto es la
viva imagen simbólica del rebajamiento de la vida; su falta de preparación académica,
su evidente limitación intelectual, su adoración por lo efímero, lo hueco y su pragmatismo
basado en lo que se puede percibir a través de los sentidos, lo llevan a
enfocarse a lo más vulgar.
Peña
Nieto cree que cuidando la macroeconomía, es decir, los intereses de las
grandes trasnacionales, es suficiente para que, el pueblo lo tenga como un semidiós
que ha logrado poner la piedra angular para el desarrollo de toda la nación. No
hay tales circunstancias, sus reformas son contrarias a los intereses
nacionales.
A
un gobernante tan soberbio sin ninguna base sino todo lo contrario enemigo del
pueblo no puede pasársele tales excesos. Yo lo acusó de ser el principal
promotor y ejecutor de las violaciones a los derechos humanos, masacres, desapariciones
forzadas, de la corrupción suya y nacional, de espiar a los periodistas,
luchadores sociales, ciudadanos, de ser un vil servidor de los Estados Unidos y
un cínico. Su incorregible ignorancia no le alcanza para darse cuenta que ha
sido una calamidad para el pueblo mexicano.
El
destino de Peña Nieto ya está delineado tendrá que esconderse pues, sus crímenes
e ilícitos quedaran impunes ante la ley pero no ante el pueblo mexicano que le demandará
sus excesos descarados y su cinismo sin límites. Los tiempos del partido único de Estado han
quedado en la historia y Peña Nieto no tendrá cabida en una realidad cambiante
donde los ciudadanos son ya el eje de lo público. Fue el último coletazo del dinosaurio.
En adelante, el PRI, tendrá que volverse democrático o desaparecer. En uno y
oro escenario no habrá más totalitarismo político. Peña Nieto ira de los Pinos,
de la casa blanca al basurero de la historia, su lugar indicado.
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