El
priismo como sistema político está en franca agonía, claro las cúpulas priistas
se niegan a ceder sin dar lucha, aunque esta sea con las clásicas malas artes y
las nuevas que van inventando, porque para mutar métodos de corrupción no hay
como los priistas. El sistema priista, no hay duda está en franca agonía y no tardará
en caer para siempre pero esto no se dará por decreto sino con la participación
ciudadana consciente de que este sistema ha dado todo lo malo y lo poco bueno
de sí. Ahora bien, Enrique Peña Nieto, es el más corrupto y, corruptor activo
del Estado mexicano, a tal punto de dejarlo en su punto más débil. En efecto,
su propia corrupción y, el haber llevado todo el aparato del Estado mexicano
para no perder la cuna del sistema político, el estado de México, ha tenido que
agotar todos los recursos de que disponía; logró su cometido pero descuido la
retaguardia.
El
haber perdido, el PRI, Nayarit y haber quedado diezmado en Veracruz, le
dificulta su capacidad de acción. En Veracruz ganó 36 alcaldías cuando tenía
80; además de haber perdido ciudades de mucha importancia como Veracruz,
Xalapa, Coatzacoalcos, Minatitlán, Poza Rica entre otros, esto de un total de
212 municipios. Esto da una clara idea de la derrota del PRI en Veracruz. Si
sigue así, se puede esperar que, en las siguientes elecciones el partido
oficial sea un partido ordinario.
Le
queda a las cúpulas priistas ir administrando la imagen ganadora pero sabiendo
que van perdiendo estado tras estado y que, si sigue así (y, seguirá así, los
priistas no saben hacer política sin corrupción y fraudes), pronto tendrán que
ceder la cuna del priismo, el estado de México. No les queda más que el
discurso triunfador para alargar la agonía el tiempo mayor que se pueda.
Otro
factor que, ha mermado a este sistema político es la corrupción pública de Peña
Nieto, a simple vista, la corrupción institucionalizada no tiene su costo; no
es así, en otros tiempos el costo era mínimo por ejecutarse en un sistema
totalitarista, pero en la actualidad y, a pesar de los crímenes, delitos y toda
clase de trapacerías, el costo está a la vista en Nayarit y Veracruz, y, los
efectos negativos para el PRI aun no acaban, apenas empiezan. Es el momento de trabajar
en los estados de la federación que tendrán elecciones el año 2018 y para las
presidenciales. El PRI no aguantará el peso de su propia corrupción y el empuje
de los demás partidos políticos.
Se
deben crear estrategias para que, los priistas vayan perdiendo su capacidad de corrupción
y por ende, la ejecución de los fraudes electorales. Esto debe de ir de la mano
con la concientización de la ciudadanía de que, debe imponerse la democracia,
hacerle ver que estar enfermos de corrupción no es bueno por ningún lado. En
suma que el pueblo pierda la fe en el sistema político priista y esto se logra
trabajando en la acción política en todos lados como las fábricas, escuelas, las
plazas públicas, la familia, el trabajo, en las asambleas hasta que haya
concierto y fe en un nuevo sistema libre de corrupción o con la mínima. Para
ello, se debe ir presionando para que tan luego se pueda, se reforme la Carta
Magna y las leyes ordinarias para imponer penas ejemplares a los corruptos.
Este
trabajo es de todo el pueblo o por lo menos se debe tener el número suficientes
de ciudadanos para dar el empuje final al despeñadero a este sistema corrupto. Como
sea, el nuevo PRI está en la cárcel o en fuga. Y, terminada la administración en
aquellos estados que todavía gobiernan o gobernaran los corruptos priistas estarán
como están los actuales. Los ciudadanos deben dejar de ser pasivos y volverse
activos en la política para enterrar este sistema podrido e iniciar otro que no
es poca cosa. El nido de la serpiente, el estado de México, incluso puede
perderse, pero pronto caerá el nido de la serpiente y por ende, la serpiente.
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