martes, 27 de junio de 2017

NO A LA ADOPCIÓN POR GAYS



El tema de la adopción de menores por personas homosexuales, es espinoso porque se trata el tema desde los prejuicios, desde los dogmas religiosos y de la ignorancia. Los que están en contra de esta figura jurídica ni siquiera se dan cuenta que nos dicen más de lo que contienen sus palabras; están dándonos una radiografía de su pensamiento total sin siquiera conocerlos físicamente sin importar sus grados de estudios. Invariablemente, está de fondos la ignorancia, la intolerancia, los dogmas religiosos y los prejuicios. Para mí los homosexuales y lesbianas no son más que  personas dignas de respeto y con derechos y obligaciones. No sé de dónde sacan (que no sea de la irracionalidad), su indisposición contra los seres humanos “diferentes”, y tratar a toda costa de mantener una rigidez artificial en los derechos de las personas. Habla la Santa Madre Iglesia por sus bocas, bien los ha entrenado para ser sus personeros; son títeres de los teólogos. La moral cristiana furtivamente quiere ser Derecho. No debe haber tal.

Pero los voy a complacer; en consecuencia, que a los huérfanos y abandonados los adopten narcos, delincuentes probados, malos seres humanos, drogadictos, asesinos, violadores sentenciados, sacerdotes pederastas y todos aquellos que se oponen a la adopción por gays. Pero eso que se haga ya para ver ese espectáculo degradante. Porque a toda esta lista de personas se les ve como “normales”; eso les ha dicho la Santa Madre Iglesia pero por jotos ¡Dios, eso no eso es el Apocalipsis!.

Que lavada de cerebro les han dado para ver a lo podrido de la sociedad mexicana como buenos y, a los homosexuales como malos. ¿Bajo qué parámetro científico, legal o filosófico estos es así?, por puro machismo que no es otra cosa que la irracionalidad, la pura estupidez con ánimo de joder sin razón. Ya veo a Onésimo Zepeda a Norberto Rivera y a todos los salvajes protectores de pederastas gozar lujuriosamente con el manejo de millones de mexicanos que creen que hablan por sí mismos.

Se debe cuestionar lo que se considera normal porque no es otra cosa que una construcción de lavado del cerebro por parte de los teólogos con la complacencia del gobierno. Si la gente supiera cuántos sacerdotes son homosexuales y cuantos gobernantes también, seguramente ni así entraría en razón porque están sujetos al control de estos dos grupos y les da flojera siquiera pensar por sí mismos.

La postura irracional manifiesta en contra de la adopción por homosexuales, lesbianas y demás nos da un claro ejemplo del nivel cultural, académico y humanista del pueblo de México y en concreto de los conservadores irracionales. Les han dicho hasta el cansancio que somos, los mexicanos un pueblo amable, cálido, hospitalario y grande; mentira, eso déjenlo para el turismo y para los ignorantes. Nos vemos a los ojos y sabemos la verdad: estamos podridos y no queremos sanación sino seguir la ruta de la autodestrucción con la mayor denigración posible.

Quizá tengan razón. Todos los días al abrir un periódico, al ver y oír noticias, al ir a trabajar a los juzgados veo con suma claridad que son los homosexuales los que matan, delinquen, violan y cometen toda clase de delitos innombrables mientras la sociedad sana se ve acorralada y temerosa por esta horda de bárbaros.

Por suerte tenemos buenos sacerdotes que cuidan de nuestros niños con el amor divino que el buen Dios les prodiga y, a gobernantes honestos que no pecan aunque las arcas estén abiertas. Que vamos a decir de los hombres que cumplen con dar amor, cuidados, alimentos y estando separados las pensiones alimenticias de forma exacta cuando no copeteada y puntual. Mexicanos buenos que por su sola existencia se abre la opción que en verdad el cielo sea creado a imagen y semejanza suya.



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