A
los mexicanos con preferencias sexuales diversas se les margina por tal hecho
como si eso fuera lo verdaderamente determinante para aceptarlos socialmente,
en las universidades, el trabajo y demás rubros de la vida. Este sentimiento
tiene su origen en el mito de la creación del hombre y la mujer en el contexto teológico
y se replica hasta la saciedad para controlar o tratar de controlar la forma de
vida. Esto no puede ser más que, un pensamiento irracional. A menudo se dice
que, es por el régimen machista; a mi parecer eso es falso, el mexicano tipo de
hoy no puede siquiera compararse con cualquier de sus antepasados que eran verdaderamente
bravos; no, se trata de un adiestramiento de la iglesia, con el apoyo de partido
políticos como el Partido Acción Nacional, los más recalcitrantes defensores de
los mitos (cuentos), bíblicos.
Ahora
bien, estos sectores no se cansan de vociferar que están a favor de la vida
pero cuando los mexicanos tienen preferencias sexuales diversas a las
consideradas “normales”, se lanzan a usar las palabras más denigrantes contra
este tipo de personas. Se muestran intolerantes como si dentro de sus filas no
existiera cantidad de personas con diversidad sexual diferente a la común y
como si entre las filas de los sacerdotes no existieran monstruos que cometen
delitos sexuales con toda la complicidad de la Santa Madre Iglesia.
¿Qué
es normal?, ¿Quién determina la sexualidad como rasgo principal para ser
considerado ser humano?. Unas personas con ritos absurdos, con largos vestidos,
que nunca trabajan, que se dedican a mentir día y noche con la amenaza de un
infierno inexistente, con la promesa de un cielo inexistente, mientras se
masturban al amparo de la clandestinidad o perpetrando violaciones y la
monstruosa pederastia. Vaya normalidad. Se necesita estar bien ignorante para
aceptar ese odio con apariencia de amor. Porque los sacerdotes, en general,
inyectan su veneno de manera sigilosa, inadvertida a los más crédulos para que
odien a los diferentes, para que los agredan sin razón alguna. Las religiones
crean la división dentro los seres humanos. Pero los mexicanos tan proclives a
creen en lo absurdo no toman conciencia y ven toda crítica como una ofensa y se
crispan. Si supieran cuan engañados están.
Ahora
bien, para el Derecho, los seres humanos con capacidad legal son sujetos de
derechos y obligaciones sin importar sus preferencias sexuales. Para la Filosofía,
los seres humanos por ese solo hecho son dignos de respeto, de trato de
igualdad y fraternidad. Se podrían mencionar la ética, la moral, la antropología
y el humanismo para sustentar la necesidad de reconocer y subrayo eso reconocer
a los seres humanos en ambas disciplinas como lo principal para tenerlos como
tales y no, lo accesorio o lo secundario como lo son sus preferencias sexuales
que, a lo pronto desde el Psicoanálisis es una pulsión natural. En efecto, los teólogos al estar torcidos
toman lo accesorio o secundario como base para determinar lo bueno y lo malo,
cuando lo racional seria tomar lo principal (ser seres humanos), para sin
ulterior investigación reconocer tal condición. En efecto, teniendo el mundo al
revés todo lo hacen torcido los sacerdotes y se imaginan con base en seres
inexistentes valores retorcidos.
Que
la irracionalidad, los mitos y lo absurdo no nos impongan antivalores para la
convivencia entre seres humanos y que, por el contario la racionalidad, el
humanismo, el derecho, la prudencia, la templanza, los valores y la solidaridad
sean la base para la sana convivencia. El tiempo de los teólogos ha terminado
para los que usan la razón como medio de dirigir la vida y que, así siga
siendo, lejos de todo dogma absurdo. Digamos no al odio, a la discriminación, a
la violencia en cualquiera de sus formas contra las personas con preferencias
sexuales diferentes y hagamos que se integren a la sociedad, en todos sus ámbitos,
y disuelvan esas comunidades artificiales en las que los hemos empujado por
nuestra intolerancia irracional. Donde los teólogos y sus locos seguidores ven,
con sus ojos torcidos, pecados y anormalidades debemos ver seres humanos con
los mismos derechos y con la misma dignidad. Y, a todo aquel que se levante
violentamente contra esos seres humanos debemos verlo como un anormal y en
consecuencia, combatirlo hasta que cese sus hostilidad dogmática, irracional.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario