domingo, 31 de enero de 2016

EL TIPO FRANKENSTEIN



Constantemente vemos nuestros errores, nuestras limitaciones y torpezas pero, necesitamos cargar nuestro ser y para ello es menester aligerarlo; esto se logra a través de la idealización de uno mismo. Esto lo hacemos casi en automático, sin tener consciencia plena de ello. Esto ya lo habían notado los griegos por ello, moldearon su conocido “Conócete a ti mismo”.  
Sin embargo, esto que parece trivial es harto difícil. No solo es menester conocerse sino hacerlo en libertad. Ya Juan Jacobo Rousseau había visto que el ser humano nace libre pero por todos lados se le ofrece (imponen), cadenas.

Desde la antigüedad se ha tratado de comprender la realidad. Primero desde los mitos (cuentos absurdos), después desde la razón filosófica, durante la Edad Media desde la teología y hoy dese la ciencia. Así pues, en el ser humano occidental a menudo se compone de un quinto de mitos, otro tanto de filosofía distorsionada, otro quinto de fe teológica, otra mano de ciencia y el resto de los derivados de estos cuatro rubros: familia, instituciones de todo tipo.

A los seres humanos les gusta hacer juicios de lo que ve sin interiorizar. Por ello, ve los defectos de los demás según sus prejuicios y toda su formación cincelada por los cuatro grandes estadios que siguen en boga. No se crea que el mito ha muerto como explicación de la vida y menos la teología. No se puede explicar la actuación humana tan contradictoria si no se toma se cuenta que ha sido moldeado como un verdadero Frankenstein. Un trozo de mitología, otro de teología, uno más de ciencia, otro de filosofía con todos los condimentos emanados de estas cuatro partes.

El tipo Frankenstein necesita de continuo ajustes y lo logra idealizando su ser, ocultando sus prejuicios o mejor dicho racionalizando sus prejuicios y presentándoselos, así mismo, como lo generalmente aceptado por los otros; por la sociedad. No se termina de entender un problema de la vida cuando ya otro llega, y así sucesivamente.


CREDO QUIAM ABSURDUM (CREO PORQUE ES ABSURDO)



Las religiones de todo tipo tienen sus más fieles adeptos en las personas con menor cantidad y calidad de conocimientos científicos y aun hasta en personas con conocimientos científicos con tal de que hayan sido moldeados desde la niñez en el pensamiento religioso. La debilidad física y de voluntad disminuida, también son importantes para lograr someter a las personas a creencias absurdas. La sentencia atribuida a Quinto Septimio Florente Tertuliano “Credo quiam absurdum”; hay que decir que, lo absurdo no sirve para la vida diaria, allí se impone la realidad; aun asi, la vida es insignificante no hay dentro de la vida algo o alguien que la justifique. Entonces se debe buscar fuera de ella, en “el más allá” en lo irracional, en lo extraordinario. La muerte de Cristo era para él, cierta porque es contradictoria y verdadera porque su resurrección es, imposible.

Santo Tomás, es tributario de esta postura y, aunque le da cierta autonomía a la razón no deja que la misma este bajo el servicio de la teología. Kierkergaard, otro santurrón desabrido sigue el mismo camino; para él, “la fe es una paradoja, un escándalo”. Durante siglos esta idea de creer en lo absurdo ha sido muy efectivo entre los que tienen menos educación y han crecido con una religión impuesta desde la niñez o con los que tienen menor voluntad para buscar la libertad.

La insignificancia humana se retuerce y convencida de su impotencia va directo a lo absurdo y allí, siente que puede vivir libre de toda responsabilidad. Que se ocupe alguien más en dirigir la vida en todos sus ámbitos y allí están los pastores, los sacerdotes, en suma, los teólogos para sacar la mejor tajada de sus rebaños. Por ningún motivo las masas se indignan por ser llamadas rebaños. Todo lo absurdo se racionaliza para ser presentado como conocimiento superior, divino y que solo algunos pueden tener interlocución con el Dios a modo. Participar de algo grande cura (aunque sea momentáneamente) la terrible soledad de las personas, entre el rebaño, la multitud se siente “algo”, “alguien”, dispuesto a ser parte activa y muy a menudo pasiva de dichas instituciones.

En el contexto de la libertad, se ha creado el derecho de creer en la religión que esta sea y las Constituciones de los Estados nacionales, han puesto esto como un derecho. “Libertad de culto”, llaman este derecho y esto sigue siendo absurdo. Los gobiernos están en estrecho entendimiento con los teólogos para legislar en favor de la creencia en “la paradoja, el escándalo” y así, permitir la conservación de religiones de Estado o el maridaje anómalo cuando ambos Estados se unen para el sometimiento de los pueblos.


Entre el discurso oficial de los gobiernos y el discurso teológico no hay mucha diferencia sino semejanzas en los ritos, en los las demás formas pomposas, pero en el fondo ambos discursos son mentiras. Ambos Estados quieren hacernos creer en los absurdo con cifras y, logros que solo los gobernantes ven y, hechos milagrosos y una vida eterna que solo los teólogos ven. No es casualidad que los gobernantes vayan ante el Papa a certificar sus gobiernos o este visite a las naciones, ambos hechos tienen el mismo fin: el control de las naciones, sin que los rebaños lo sospechen, son tan inocentes en ese rubro. Todo se ve tan inofensivo y se cree que es por el bien de los desamparados, de los más débiles, de los parias, del que sea “siempre fiel”.


sábado, 30 de enero de 2016

UN SOLO IDEAL. FLOR Y CANTO




En lo económico el socialismo, en lo político Tlacaélel, en lo fisco como guerrero águila, en lo intelectual y artístico como Nezahualcóyotl.


LA REVOLUCIÓN MEXICANA COMO DISFRAZ DEL AUTORITARISMO



LA REVOLUCIÓN MEXICANA COMO DISFRAZ DEL AUTORITARISMO

El análisis psicológico de la revolución mexicana representa todo un reto y más si se trata de analizar las entrañas psicológicas del gobierno y la nación mexicana después de esta. En lo político está bien definido contra que se abalanzó la lucha revolucionaria: contra la dictadura personal y lo logró; en lo económico se agudizó paulatinamente el desarrollo del capitalismo hasta crear trasnacionales lo suficientemente fuertes para determinar el marco legal desde las leyes secundarias primero y después desde la Constitución General. Ahora bien, si el cometido de la revolución fue la destrucción de la dictadura personal con buen logro; aunque hubiera intentos de reelección fallidos, no había en la mente de los líderes políticos emanados de la revolución, un pensamiento de democracia sino de autoritarismo. En efecto, se pasó de una dictadura personal a una dictadura de partido único de Estado. Los caudillos del Partido Revolucionario Institucional inmediatamente se afianzaron en el poder. Pero habían visto la bravura y la sed de sangre de los revolucionarios del pueblo llano. Morían y mataban sin dar ni pedir cuartel. Esto representó un verdadero problema horroroso para los líderes ahora políticos. Había que engañar al pueblo con ritos y simulaciones de democracia mientras se sometía por todos los medios a la nación mexicana. Todo aquel líder opositor al nuevo régimen, ahora conocido como El Priato, debería ser acallado, encerrado en la cárcel o muerto como en el caso de Álvaro Obregón o  Francisco villa.

Los líderes políticos encontraron la respuesta ingeniosa pero perversa de concentrar en tres grandes sectores de acuerdo a sus intereses de grupo social, económico e ideológico: el sector campesino, el obrero y el popular. En estos amplios sectores sociales concentró el partido único de Estado, su dominación fuera de estos no había cabida para la vida en todos sus ámbitos. Si bien es cierto, que estos tres sectores componían amplios sectores sociales, el pensamiento crítico casi desapareció con el corporativismo en estos mismos grandes bloques. Las vías para la crítica se estrecharon tan peligrosamente para las personas pensantes que todo ataque al oficialismo se volvió un crimen no contemplado en las leyes pero si castigado de facto hasta con la muerte. La historia nos lo muestra plenamente sin ningún esfuerzo. Era tanta el autoritarismo y los crímenes de los políticos como tanta era la impunidad. Los gobernantes pusieron a su disposición el derecho de vida y muerte así como la nulidad en el derecho del pueblo para exigir justicia.

La pregunta salta inmediatamente ¿cómo fue posible todo aquello y que aún hoy día se niega a morir: el autoritarismo y la impunidad con todas sus consecuencias?. La respuesta no es fácil; con todo, si se analiza el pensamiento imperante en la sociedad de la época del gobierno de Porfirio Díaz se podrá encontrar la hebra que nos conduzca a la verdad.

Díaz conocía bien al pueblo de México en sus distintos matices y a todos les impuso la misma receta: la brutalidad sádica y sin ningún derecho al pueblo llano para remediar los crímenes personales del propio dictador. John Kenneth Turner nos muestra con todo el horror la dictadura de Díaz, no hay duda sobre ello. En lo económico el capitalismo que tanto ponderan los oficialistas se había ya implantado, pero para una elite; la elite de los “científicos”, un grupo adicto al dictador y arribistas de todo tipo; en lo social pasaba lo mismo, con un  gusto por lo francés (al ejército que Díaz había combatido exitosamente), en lo político se había uniformado casi por completo al pueblo bajo la dictadura; había los que pensaban distinto (como siempre), sin embargo, la colectividad había sido normada en lo psicológico. Estas eran las condiciones generales de la época. Para cuando llegó la hora del cambio político, arribó el Ateneo Universitario (el grupo más avanzado en ideas políticas), y se derrumbó la dictadura (ámbito político), pero no se cambiaron los ámbitos económico y social. La revolución solo hizo cambio en lo político, se pasó de la dictadura personal a la dictadura de partido único de Estado. Los líderes revolucionarios se volvieron gobernantes y hasta los intelectuales se convirtieron en funcionarios públicos como el caso de José Vasconcelos (sin quitarle o pretender quitarles mérito alguno). El arte se volvió oficialista: el muralismo no hubiera sido posible en su magnitud si no hubiera sido por el empuje de Vasconcelos. Se puso en un nicho al pueblo y se le venero en lo formal, nunca en lo factual. El arte a favor de la dominación del pueblo.

Se puede ver que el pensamiento psíquico colectivo no solo no se vio fortalecido por la revolución si no que se consiguió el efecto contrario. El pueblo cansado de la lucha intestina fue fácil presa de los líderes revolucionarios, aunque estos tuvieran sus reservas. Se planeó el sometimiento del pueblo mexicano a través del partido único de Estado y se empezó con el Partido  Nacional Revolucionario (PNR), después con el Partido de la Revolución Mexicana (PRM) y cuajó con el Partido Revolucionario Institucional (la contradicción en el mismo membrete ¿cómo puede ser revolucionario un partido de Estado?). Después de más de treinta años de dictadura, seccionado el pueblo en tres grandes sectores, cansada la nación de México por la guerra revolucionaria, con la economía quebrada, solo quedaba un camino la pacificación a través de la política pero con el pensamiento autoritario imperando no se podía llegar más que a un punto: la dictadura de un partido representando al todo. Cierto es, que ese partido (el PRI), iba a construir instituciones y a tener cierto éxito pero eso era obligado por su propia auto conservación y curso de la época pero de modo alguno porque hubiera dejado su naturaleza sádica. Moldeo a un pueblo guerrero disminuido a su imagen y semejanza porque lo involucró en la corrupción y de eta manera lo hizo cómplice de sus crímenes. Eso de que el PRI sabe gobernar se debe entender como un partido político corrupto sabe corromper a una nación y hacerla parte de su corrupción. “Roban pero dejan robar”, es el secreto a voces que el pueblo mexicano conoce y se somete. Es decir, el pueblo mermado en su combatividad se somete (disminuye cuando no aniquila su  yo), al autoritarismo de un partido autoritario y en eso el Partido Revolucionario Institucional se asemeja al Nacional Socialismo alemán de Hitler en sadismo y métodos con sus características propias pero semejantes. La nación mexicana tiene ese reto, dejar de ser presa del autoritarismo y este nació y se sostiene más en lo psicológico que en la realidad aunque provenga de lo real.

Mención aparte merece la educación. La mayoría de los intelectuales son pasivos y oficialistas. No se diga de la burocracia y de los políticos, yermos como los páramos de Juan Rulfo. En lo social esa fue la faceta que vio Octavio Paz a través de una mirada engañosa: la pasividad mexicana. No hizo un ulterior análisis ni estaba posibilitado sino más bien limitado. Era literato. Por ello consiguió el premio Nobel, por la estética no por otra razón. No fue abogado ni filósofo ni sociólogo ni psicólogo ni físico. Otra cosa seria esta nación si se diversificara a plenitud su potencial. Eso sin pretender disminuir en un ápice los méritos de Paz.

Pues bien, en la colectividad sigue señoreando el pensamiento autoritarista y aunque parezca increíble sigue siendo aceptado por el pueblo bajo. Los masoquistas que siguen votando y sosteniendo al régimen priista se sitúan entre los más ignorantes de la nación mexicana, convencidos de que, un ataque al partido que pertenecen o siguen es un ataque personal y se ofenden sin más y reaccionan como cualquier reaccionario con suma violencia y están convencidos de que, hacen el bien sirviendo al autoritario partido. Ese es el binomio que compone al Partido Revolucionario Institucional (al nacional socialismo mexicano), sadismo y masoquismo. Los líderes del partido necesitan a su objeto de dominación, a la masa de seguidores como la masa es menesterosa de sus líderes. Los sádicos quieren dominar y los masoquistas ser dominados; ambos se necesitan, literalmente no pueden vivir unos sin los otros.


Esa perversión es el reto mayúsculo que tiene que desatar el pueblo mexicano; sería bueno que lo pudiera hacer tal y como Alejandro Magno lo hizo con el nudo Gordiano, de un tajo; eso me parece imposible. Deben nacer generaciones que no tengan ya necesidad de autoritarismo sino de libertad y eso todavía no se avizora plenamente. No tenemos la ideología de Martin Lutero y de Juan Calvino y se nos trata de imponer el dinamismo de la productividad a través de la economía, la inconsciencia del trabajo por medio del Neoliberalismo. Es decir se nos trata de volver protestantes, pero aun México sigue siendo fiel al catolicismo, a la pasividad masoquista; deberíamos transitar al ateísmo dinámico, centrando la vida en la vida misma.


viernes, 29 de enero de 2016

GUSTOS ARTÍSTICOS




Los conductores de programas y hasta comunicadores de noticias son los encargados de imponer los gustos en diversos ámbitos, así como en la música y en el arte popular. Por ello, en todo momento se debe estar atento con relación a sus recomendaciones, de común son de baja calidad. Hacen parecer a lo vulgar como un producto de valía. Si se abandona uno a estos criterios se tendrá el fatal resultado de un pueblo moldeado por imbéciles.


miércoles, 27 de enero de 2016

LA POLÍTICA MEXICANA Y EL SADOMASOQUISMO



La relación que guarda el pueblo de México con sus gobernantes es anómala, enfermiza. Los rasgos patentes de los gobernantes son inequívocos de sadismo. Tienen la necesidad de gobernar no para gobernar de acuerdo a la democracia sino guiados por su perversión sádica. No todos los gobernantes y políticos son sádicos pero aun esos pocos sujetos viven dentro de un sistema político sádico. Durante todo el periodo presidencialista, el gobierno en turno, se regodeo, con mayor o menor intensidad, en hacer sufrir, humillar y herir al pueblo mexicano, en todas las formas posibles; en ambos ámbitos, físico y psíquico. Aunque el gobierno manifestaba que lo hacía por el bien de todos los mexicanos, se veía claramente que solo gobernaba en favor de los integrantes del partido único de Estado y la clase rica. De la misma manera, el gobierno en turno manifestaba su inclinación por la república y la democracia mientras en la realidad afianzaba e implantaba un gobierno autoritario (otro rasgo sádico), en contra del pueblo y fincaba un sistema político corrupto e impune. No ha habido gobierno que confiese su sadismo pero es clara su naturaleza sádica.

En todo momento los gobernantes (incluso Porfirio Díaz), han declarado su inclinación hacia la libertad (otro rasgo sádico), pero han hecho todo lo contrario, mantener al pueblo sometido por las leyes y la brutalidad de “la fuerza del Estado”, “el uso legítimo de la fuerza del Estado”, del monopolio de la brutalidad del Estado. Tal y como el marido sádico se justificaría por la mala vida y los golpes que le da a “su” mujer. Es significativo que cuando el pueblo ha intentado liberarse de este sistema corrupto y de impunidad los políticos de todos los partidos se unen para sostener su poder sádico sobre el pueblo. Al igual que el marido se hincan, los políticos se hincan y juran que si el pueblo les es fiel, en lo sucesivo serán mejores, impolutos demócratas y rendirán cuentas claras. El pueblo les cree, por lo menos los más ignorantes y los ingenuos, y, vuelve a reanudarse la obra trágica de los mexicanos: padecer un mal gobierno.

Del otro lado, está el pueblo, si bien no todos los ciudadanos deben incluirse, si la mayoría, que muestra las características masoquistas: sumisión, credulidad, abandono de sí mismos, necesidad de ser ordenados por otros mexicanos que tengan o parezcan tener el poder de conducirlos por la vida. Un rasgo de sadismo es la pertenencia a un ente más poderoso que el individuo: un partido político, una asociación religiosa, un club deportivo, una marca incluso donde se tenga la seguridad de lo que se es, aunque lo que se sea, sea una mera ilusión.

El sádico a menudo cree que él es el único que sabe cómo debe conducirse la vida y bajo esta patraña dirige su perversión hacia otro u otras personas y en el caso de los políticos al pueblo en general. El masoquista cree a menudo en su impotencia y en su pequeñez y esta dispuestos a dejarse conducir acríticamente en todos los ámbitos de sus vidas. Si bien el sádico parece ser el dominante de manera absoluta, esto no es cierto, debido a que, es tan menesteroso de esa relación de cautiverio con su dominado. El sádico se siente perdido sin el objeto de su dominación y sufre indeciblemente. Prácticamente y literalmente no puede vivir. De la misma manera el masoquista tiene necesidad de esa relación pervertida; no puede vivir sin estar ligado a su dominador, se siente perdido.

Si damos una mirada detenida a toda la política mexicana veremos la misma película con pequeñas variantes de esa relación sadomasoquista. No sé por qué razón los psicólogos y psiquiatras no han hincado sus finos dientes en este extraordinario tema. Esta relación pervertida se puede ver hoy día con una nitidez escalofriante. La mayoría de los mexicanos anulan su verdadero e íntimo yo para adherirse al mandato de los gobernantes y políticos, tienen menester de líderes, guías de todo tipo para poder vivir. La otra cara de la moneda encontramos la misma perversión en su otro aspecto. No digo que el sadomasoquismo haya reemplazado a la política ni que esta se confunda con aquella sino que, la política se ha visto mezclada de esta perversión.

Es necesario que los gobernantes y políticos se libren de sus perversiones sádicas o que por lo menos hagan su práctica en privado y no en la política. Es imperioso que, los mexicanos nos liberemos de esa perversión masoquista (el auto flagelo, la auto disminución del ser), para imponer una política libre de esta desviación. Si no reconocemos que nuestra política está llena, saturada de estas dos conductas seguiremos en la minoridad en todos los ámbitos de la vida y dependientes de los “únicos” que saben solucionar la forma de gobernar: los políticos. El ejercicio de la soberanía nacional por parte del pueblo exige seres humanos libres y conscientes de sus derechos y obligaciones. El Estado de bienestar ha sido desaparecido del mapa hasta como ideal. Es hora de la plena independencia y esta inicia con el paso de la adolescencia a la de la mayoría de edad sin la perversión sadomasoquista.



lunes, 25 de enero de 2016

CON O SIN EDUCACIÓN




Es tan peligrosos vivir sin educación que vivir con ella bien adaptado al sistema político, económico, social y religioso. En ambos casos se simula la libertad cuando en realidad no se pasa de ser siervos de los poderosos que encabezan dichos sistemas. En ambos casos se ignora el hecho medular. Esa es la razón por la cual los gobiernos controlan la educación y la política, las trasnacionales lo económico y los teólogos la religión. Con ello se mantienen en el poder. En el primer caso se crean “ciudadanos” que son fuente inagotable y maleable de votantes, consumidores y fieles; en el segundo, se crean “ciudadanos”, “normales”, “razonables” que legitiman el poder por “las vías democráticas”, que están basadas en leyes a modo. En los demás casos se acepta lo mercantil y se defiende a los líderes religiosos con rabiosa fuerza.


viernes, 22 de enero de 2016

PRESUNCIÓN DE INOCENCIA




En el actual contexto de corrupción e impunidad gubernamental y política la presunción de inocencia debe operar a favor de los ciudadanos comunes y corrientes contra la triada: ricos, gobernantes y políticos, la presunción de culpabilidad. Claro a los chatos más chatos les parecerá esto un despropósito y más si es que, no conocen la triada mencionada. Si la conocieran bien rebasarían mis propuestas y tratarían por todos los medios de imponerles la pena de muerte. Imaginen que, desde el presidente de la república en turno hasta el más modesto presidente auxiliar pertenecen al grupo selecto de saqueadores de lo público; esto, pasando por gobernadores, legisladores y jueces. Todos cómplices, todos cobijados por el manto amplio de impunidad. Y, a esto le llaman pomposa y cínicamente Estado de Derecho.

PATENTE DE CORSO


La democracia y la justicia son solo conceptos. Su práctica es resultado de las acciones de los seres humanos. No se debe uno volver catastrofista hasta en hechos como este. A Humberto Moreira se le acusa de delincuente no de tonto. Tuvo todo el tiempo, los medios y los cómplices para ocultar las pruebas que lo incriminan. Este es un modelo, un patrón bien conocido en México pero no hay los medios políticos ni jurídicos para ponerle un dique. Se debe cambiar las leyes, empezando por la Constitución General de México ya obsoleta en varios rubros. El político y el de justicia por ejemplo. En el primer caso, la Carta Magna, es un océano de impunidad para los gobernantes y políticos; en el segundo, la justicia mexicana (iniciando por la investigación a cargo del Ministerio Publico, dependiente del presidente de la República),  están al servicio de los gobernantes, políticos y clase rica. Esto ya da una idea clara de las amplias llanuras por las cuales puede transitar esta triada, bajo un pacto de complicidad y con el amplio manto de la impunidad. Se han auto otorgado una patente de Corso para rapiñar todos los bienes y servicios públicos, todos los bienes nacionales que les significan vivir al estilo de los grandes potentados sin ningún esfuerzo personal.

Si el pueblo mexicano quiere la democracia y la justicia no debe tirar la toalla sino redoblar la lucha por cambiar las leyes fundamentales (Constitucionales), para tirar la red más amplia sobre los grandes tiburones de cuello blanco hasta acotarles los excesos y castigar sus delitos en los ámbitos, civil, administrativo y el penal. Se debe evitar la ingenuidad de creer que la lucha principal por poner en practica la democracia y la justicia vendrán exclusivamente de fuera.



lunes, 18 de enero de 2016

LA VERDADERA HISTORIA DE LA CAÍDA DEL IMPERIO AZTECA (FRAGMENTO)



El imperio azteca no llegó a desarrollarse en todo el esplendor que se puede presentir que hubieran alcanzado. Sin embargo, lo que alcanzaron en todos los rubros es un logro que hasta el día de hoy sigue impresionando a propios y extraños. Fue su ascenso tan rápido, fulminante y extraordinario por todos aquellos pueblos que en gran número conquistó que parece imposible que una tribu paupérrima en tan solo cien años lograra tal proeza. Desarrollaron la arquitectura, la escultura, el arte plumario, la poesía en todas sus variantes con gran belleza, la prosa y aun el teatro. Tenían leyes muy rígidas, una sociedad piramidal muy bien dirigida y bien controlada. La caída del imperio azteca no se debe a un solo factor: la valentía de los españoles; no, se debe a múltiples factores, la superstición sobre el regreso de Quetzalcóatl; la superstición sobre el cometa que iluminó el cielo, la peste de viruela que mermó grandemente a los guerreros, el alzamiento de los pueblos sometidos y la ayuda de los tlaxcaltecas.

La epidemia de viruela fue terrible y así la describen los historiadores. “Este terrible azote del género humano, ignorado hasta entonces en aquel Nuevo Mundo, lo llevó consigo un negro esclavo de Narváez; contagiáronse con su comunicación los cempoaltecas y de allí se propagó el mal por todo el imperio mexicano con indecible daño de aquellas naciones. Perecieron millares de hombres y quedaron algunos lugares despoblados”. Aquellos cuya complexión prevaleció a la violencia del mal se levantaron tan estragados y con tan profundos vestigios del veneno en los rostros, que causaban espanto a los demás”.

“Entre los estragos que causó esa nueva enfermedad fue muy sensible a los mexicanos la pérdida de su rey Cuitlahuatzin a los tres o cuatro meses de reinado, y a los tlaxcaltecas y españoles la del príncipe Maxicatzin”[1].

Este era el ejército español. Hernán Cortés pasó revista a los dos ejércitos, español y, al de los aliados: “Hizo después revista de su ejército y se halló con 86 caballos, 118 entre escopeteros y ballesteros y 700 y tantos infantes de lanza, espada y rodela; tres grandes cañones de hierro, quince menores de cobre, diez quintales de pólvora y una gran cantidad de balas y una gran cantidad de balas y saetas…”[2].

Así lo narra William H. Prescott. “Componíase su fuerza de poco menos de seiscientos hombres, de los cuales, cuarenta eran de caballería y ochenta de arcabuceros o ballesteros. El resto estaba armado de espada y rodela, y con las picas de puntas de cobre hechas en Chinantla. Tenía además nueve cañones de  mediano calibre, y suficiente cantidad de pólvora” [3].

Este era el ejército de los aliados, atestiguado por el propio Cortés. “Iba en mi compañía tanta gente de los naturales de la tierra, vasallos de nuestra majestad, que casi cubrían los campos y sierras que podíamos alcanzar a ver. Y de verdad había más de ciento y veinte mil hombres…”[4].

Prescott pone en duda la cantidad del ejército aliado, sin atreverse a dar una cifra determinada, sin tomar en cuenta los pueblos que se le van sumando a los españoles. “Pasó también revista al ejército aliado, que con variedad lo regulan los escritores ¡desde 110 hasta 150,000 hombres!. La notoria exageración de estos cálculos, así como la diversidad de ellos, dan a conocer la poca fe que merecen tales cómputos. Pero si es cierto que era muy numeroso, pues lo componían no solo la flor de los guerreros tlaxcaltecas, sino los de Cholula, Tepeaca y las provincias inmediatas, que habían sometídose a la corona de Castilla”[5]

Como estará de torcida la historia oficial que, se cree que unos cuantos españoles pudieron conquistar el imperio azteca como si los españoles fueran unos hércules y sus aliados unos fantasmas sin voluntad. Sin los aliados los españoles ni siquiera hubieran sobrevivido, después de la “noche victoriosa”. ¿Quiénes los cuidaron, los curaron y alimentaron?, los grandiosos tlaxcaltecas, que eran del mismo árbol genealógico que los aztecas y tan buenos guerreros que nunca fueron conquistados por los mexicas, a pesar de todos los intentos que se hicieron. 





[1] Clavijero Francisco Javier. Historia Antigua de México.
México, 2009, ed. Porrúa, colección “Sepan…Cuantos. Pág.531
[2] [2] Ibídem. Pág.556
[3] Prescott, H. William. Historia de la Conquista de México.
México, 2000, ed. Porrúa, colección “Sepan…Cuantos”. Págs. 416. 
[4] Cortés, Hernán. Cartas de Relación.
México, 2005, ed. Porrúa, colección “Sepan…Cuantos”. Pág. 116.
[5] Prescott, H. William. Historia de la Conquista de México.
México, 2000, ed. Porrúa, colección “Sepan…Cuantos”. Págs. 416, 417. 

domingo, 17 de enero de 2016

GOBIERNO AUSENTE. LA EVASIÓN COMO CONSUELO



La fortaleza de un Estado y en especial de un gobierno no debe medirse de acuerdo, a la fuerza policiaca que pueda destinar para el control social; esto sería solo la parte conservativa del gobierno, es decir, mantenerse en el poder. Por el contrario, la salud y fuerza del gobierno debe medirse con relación a someter a los poderes facticos en toda su gama (líderes, caciques, gremios, sindicatos, trasnacionales, grupos armados y en especial, el crimen organizado). Es muy revelador que, existan más narcotraficantes exitosos en lo económico que presidentes de la república. Desde Miguel de la Madrid, Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón hasta el actual presidente se les puede oponer no solo un narcotraficante como exitoso en convivir sin muchos problemas dentro de la sociedad mexicana. Los narcotraficantes se han vuelto paradigmas de la vida.

El triunfo de la delincuencia significa la derrota del gobierno y de la sociedad misma, se desaparece la legalidad cuando se desaparece a las personas; se evaporan los seres humanos cuando se les incinera, se entierra la legalidad junto con los cuerpos; se nos escapa la credibilidad cuando no se somete a los criminales o cuando se fugan (incluyendo gobernantes y políticos), se evade la responsabilidad cuando el presidente huye al extranjero, en vez de enfrentar la dura realidad. Se puede correr y correr, pero esto no hace mella en la realidad ni siquiera la modifica para bien. A este gobierno le urge que termine su sexenio plagado de mentiras, de puestas en escenas, de corrupción y evasión de responsabilidades. Gobierno frívolo, mitómano y ridículo hasta lo inaudito.


La propuesta de este gobierno es la mentira como vía de escape de la realidad. Se dan cifras y cifras; logros y más logros que no se ven en la realidad. Se dice que los beneficios vendrán dentro de diez o veinte años cuando ya hayan muerto los responsables o los delitos hayan prescrito. Con pensiones de escándalo se van a disfrutar de la impunidad con el eterno deseo de seguir en el poder. Una y otra vez regresan vapuleados como boxeadores sin futuro, llenos de nostalgia por un pasado glorioso que solo existe en sus torcidas mentes. Solo queda el estoicismo de un pueblo y la evasión como triste consuelo. 

EL ÁRBOL QUE DA MOREIRAS. MISIÓN CUMPLIDA



La detención de Humberto Moreira en España muestra al sistema político, judicial y legislativo en toda su encarnada corrupción. Por doquier que se huela llega ese olor putrefacto de la descomposición gubernamental. El órgano Legislativo hace las leyes cortas, mancas para aplicarlas a la clase política y gubernamental; el órgano Ejecutivo se encarga de corromper todo el sistema administrativo sin ningún pudor; sabe el presidente en turno que  no hay leyes que lo puedan tocar siquiera y puede poner un fiscal a modo para ser exonerado; el órgano Judicial esta manco, cojo, raquítico y en plena terapia intensiva; hay aproximadamente 600 tribunales federales para más de 110 millones de habitantes, una desproporción insólita. Sumados todos los males de estos tres órganos (que no poderes por sí), son el centro neurálgico de toda la corrupción, esta corrupción contra la de los ciudadanos comunes y corrientes, la segunda es un juego de niños. La corrupción somos todos vocifera el gobierno desde hace mucho. ¿Cuál es la razón por la cual solo se enriquecen los gobernantes, los políticos, el crimen organizado y los dueños de las grandes trasnacionales?, en efecto, la corrupción se practica, en lo general, por toda la nación mexicana pero, la que pudre como un cáncer sin control, es la corrupción oficial, institucionalizada. Allí están los grandes negocios de millones y millones de dólares.

Decian y lo siguen sosteniendo, cínicamente, los priistas que la moral es, un árbol que da moras. No, ese árbol de la política no da moras, da Moreiras al por mayor, es fecundo. Póngase a cualquier a cualquier presidente de la república, a cualquier gobernador u otros funcionarios de primer y de segundo nivel y se verá claramente que son frutos podridos del mismo sistema político, todos abrevan del mismo mar de corrupción y se tapan con el mismo amplio manto de la impunidad, del sistema judicial chato en este contexto, mientras el ejecutivo federal lucha incansablemente en construir ilusiones, camuflajes a su incontinente corrupción y la de todo su gabinete.

Hace solo algunos días, el presidente en turno tenía espasmos orgásmicos al anunciar la detención de Joaquín Guzmán Loera, lo festejaron como si hubieran reconquistado el territorio perdido, como si una fuerza divina los hubiera curad de su loca ambición y de su corrupción como si hubieran encontrado el Principio-primero-de-todas-las-cosas con un: “Misión cumplida”.

La “Misión cumplida”, sin embargo viene de afuera, concretamente de España, donde tuvieron a bien, ver con claridad que este sistema político arbolario produce Moreiras, es decir, gobernantes y políticos corruptos. Por ello detuvieron a este bailador ridículo, cínico, creído de sí mismo. No se ha visto a la clase política festejar esta misión cumplida, estarán poniendo los sesos, con el temor fundado, por no ser los siguientes. Ir a España no está dentro de sus planes. Enrique Peña Nieto ha callado como una tumba junto con todo su gabinete. La emoción se ha ido.

Los españoles trajeron la corrupción a lo que hoy, es México y la llevaron a grados increíbles “Cúmplase pero no se acate”, decían de las leyes de su rey y no discutían las normas legales pero no las llevaban a la práctica. Ahora ya con los ojos abiertos y un poco de consciencia de lo malo de la corrupción tratan de enmendar sus imperdonables equivocaciones. El pueblo de México debe tomar los problemas en sus manos para solucionarlos. El gobierno no los puede solucionar ni los políticos porque ellos son el problema, el origen de la corrupción. Así como un enfermo no pude curarse solo, el gobierno de Peña Nieto y subsiguientes no podrán salvarse de su maldición, creer ladinamente que son intocables y sostener que, la moral es un árbol que da moras.



miércoles, 13 de enero de 2016

AMOR PROPIO




Le digo a la gente que no tengo “Amor propio”, lo que llaman amor propio. Esa bastardía de la vanidad. Falsedad.


NEW BRAVE WORLD



De corriente se piensa en la libertad de manera inconsciente. Los seudo pensamientos invaden al mexicano. El mexicano tipo me es dado por el burócrata. Cuando estudiaba filosofía un buen día clave la nariz en el archivo de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, tenía el trabajo de hacer un ensayo encaminado a saber cómo estaba la educación en la “máxima casa de estudios”, un desastre. Cuándo propuse que se le diera a conocer al rector y al Congreso Local, el escándalo. Timorato mi maestro (que ironía), me dijo que ni pensarlo, eso le traería la perdida del trabajo. En eso consistía todo, el trabajo, un mendrugo, en la cobardía, en la negación del ser. Me sentí asqueado. Me aparte de esa filosofía y de los filósofos. Me fui como se iría un can. Me perdí por las calles, conmovido hasta la médula. Yo, representaba y soy todo lo negativo, se me puede decir todo y he soportado todas las injurias, menos el no tratar de ser. Fui de cantina en cantina. Sombrío hasta el cansancio. Esa fue mi cura, casi total del idealismo ramplón, simplista. Decidí morir y renacer fuera de esos mundos bastardos. Vivo casi en total soledad, dos o tres amigos, que no veo o me ven cada medio año a lo más. Con todo, me siento medianamente satisfecho.

Mis psiquiatras, Don Tequila y Daniel Daniels, me hacen reflexionar sobre la metafísica o la moral y toda la más amplia gama de pensamientos, hechos y actos. Quien no ha probado la soledad, sus efectos y no los ha superado no puede hablar de libertad. Como me hacen reír los abogadetes, los filosofastros y poetastros con sus concepciones de la vida. Muertos, están bien muertos. Ese es el mexicano tipo más dañino, el más falso, el más comodino. Sonríe, es complaciente, solicito, es “políticamente correcto”, ¡Puaf!. El rico y el pobre no tienen necesidad de fingir. La riqueza y la pobreza son ostentosas. Solo la clase media tiene necesidad de camuflarse, de fingir. ¡Que espectáculo!. Y, pensar que nací en ella. Me lacera. Los pensamientos más oscuros me nacen de allí. Las lágrimas me brotan. ¿Qué hice para merecer tan indigno origen?. Paso por la vida como un fantasma. Fantasma de mí mismo. ¡Puaf!.


Por fin. En eso consiste todo. ¿En eso consiste todo?. El mexicano tipo. Se me dice que mi filosofía es basura. Quizá lo sea. Que me vaya al panteón. Arder, que se queme mi cuerpo. Heráclito. Me avergüenzo del mexicano tipo. Se me conoce en el extranjero. Se me han dicho buenas palabras, muy buenas palabras de mi forma y de mi fondo. De Ucrania (Ala Gazina) se me ha dicho un “hola”, de Francia (Jean), de Chile, (Mi Andrea, lo puede corroborar), nunca de México. ¿Que tengo yo del mexicano actual?, ninguna cosa, mi origen se remonta muy lejos, muy profundo. ¡Que soledad tan afiligranada!, ¿Cómo se me podría entender?. Nací póstumo. Soy, a la vez, árbol y fruto tardíos. Se me ha dicho, con justa razón, que parezco joven, les digo, lo contrario, ya soy viejo, demasiado. Cincuenta y un años justos. Cada vez me cuesta más correr los veintiún kilómetros y más soportar a los zonzos. Me decía una maestra extranjera mía, que ojala pudiera seguir el paso del curso. Maldita rutina. No vengas ya, me dijo con gran pesar. ¿Qué tengo yo de ordinario?, todo, pero en otro mundo, en otro contexto. A mí y solo a mí se me ha dado la soledad y el saber. Otra vez las lágrimas. Benditas sean. Y, el valor y, la disciplina, la moral y la educación rigurosa. Me han amenazado de muerte. Malditos cobardes. Quizá esa sea mi mejor condición. En este punto tengo que hacer una pausa.

lunes, 11 de enero de 2016

EUFORIA OFICIAL. MISIÓN INCUMPLIDA



El presidente Enrique Peña Nieto, se pronunció, teatralmente, por la captura de Joaquín Guzmán Loera, como si hubiera ganado el equivalente a la batalla del cinco de mayo, hubiera resuelto todas las matanzas del Priato, incluido la del 68 o ya de plano recuperado el territorio perdido en 1848. Todo el gabinete se le sumó como en esos programas televisivos llenos de euforia, conducidos por jóvenes promotores del entusiasmo. La mayoría de los medios hicieron eco, al más puro estilo del partido único de Estado. Tiempos idos. Peña Nieto había llegado al máximo heroísmo al que pude aspirar cualquier ser humano. Imperdonable había dicho Peña Nieto, si se escapaba el Chapo. Pero anuncio que había anunciado que el prófugo seria capturado. Nostradamus se hacía presente. También esta actuación gubernamental, es imperdonable.

Pronto, se supo que Sean Penn y Kate del Castillo habían hecho el trabajo por el gobierno. No había habido un gran trabajo de inteligencia, tal y como lo anunciaba el presidente. Todo lo demás, sobre la captura del Chapo fue una cadena de sucesos afortunados para el gobierno.

Tiempos idos. Los usuarios de las redes sociales no se tragaron la treta. La economía popular es un cáncer imparable, la inseguridad por el estilo, las matanzas sin resolver, las desapariciones siguen la misma suerte, las violaciones a los derechos humanos imparables, la corrupción gubernamental impune y la lista sigue.

Finalmente, la captura del Chapo, servirá para fines políticos. Para poner otra vez a Miguel Osorio Chong en la lista de los que buscaran la candidatura a la presidencia en el 2018. El pueblo no importa. El pan y el circo sigue siendo la fórmula mágica para seguir en el poder. Tiempos idos. El partido oficial ya no representa el todo. La puesta en escena sirvió solo para seguir mostrando la puerilidad del gobierno en turno. Un pequeño dinosaurio fuera del Jurásico. La teatralidad no resuelve cosa alguna. Tiempos idos.


domingo, 10 de enero de 2016

PERFIL CRIMINOLÓGICO



“Joaquín Guzmán Loera acumula un gran odio contra la sociedad. Es vengativo, calculador, inteligente y cuando él y su familia son agredidos utiliza todos los medios a su alcance para vengarse en el momento más oportuno; su  reacción es calculada para hacer el mayor daño posible”. Esto según los sesudos peritos de la Procuraduría General de la Republica.

No hay duda que, la publicidad malévolamente utilizada por el gobierno de Peña Nieto, trata de espantar al pueblo con la reseña de un monstruo entre los monstruos, un lobo de los seres humanos, para decirlo en términos hobbesianos. Por lo menos trata de justificar su discurso. Sin embargo, ese mismo perfil criminológico, se ajusta a cualquier presidente del Priato o del Panismo. Esto se extiende a todos los gobernadores de antaño y los presentes. Allí tenemos a los Duarte, a Fidel Herrera, a Rafael Moreno Valle y agréguele el que a usted le guste. Son tantos que es imposible ponerlos todos aquí.


Mi teoría es que, a los gobernantes se les debería hacer un estudio criminológico y que este, sea público para saber cómo está en su salud mental o, si en cambio, tienen tendencias suicidas, esquizoides, locura, odio al pueblo, rasgos psicópatas o sociópatas o de plano son unos verdaderos imbéciles. Esto en virtud de ser claramente represores en su actuar, pero se necesitan saber las causas y esas pueden ser aportadas por el estudio criminológico y el psicoanálisis.


ANTÍPODAS



El cartel que dirige el “Chapo” Guzmán y el Estado mexicano son el mejor ejemplo de los antípodas. El primero, surge por las condiciones de miseria que ha impuesto el segundo a través del Priato; claro que no estoy de acuerdo con ninguno de los dos; ambos son ilegales, dañinos, violentos, criminales y corruptores de la nación mexicana. No obstante, el cartel del “Chapo”, es una empresa exitosa con o, sin su actual Gerente General; en cambio, México S. A de C. V., es una empresa privada con muy mala administración. Pongan el Gerente General que pongan, desde hace más o menos treinta años, está en permanente crisis. Como quisiéramos que fuera el éxito económico al revés dentro de un marco legal contrario al actual, es decir, bajo la democracia y el bien común.


sábado, 9 de enero de 2016

LA FAMA Y LA VIDA



En toda la historia de los seres humanos ha existido el deseo de vida eterna y de fama; esto era el fin para lo cual los faraones construyeron sus sepulcros bajo las pirámides y esto se puede ver como un patrón en todas las civilizaciones que lograron sobresalir en el arte, la arquitectura, economía, filosofía y lo social. Toda esta época la teología aún se señoreaba sobre la filosofía y la vida misma. El Derecho estaba en su desarrollo intermedio. Esto iba a cambiar en el Renacimiento. Esta época tiene el sello del gran escepticismo, el cambio de sistema económico, político; tiempo de ateísmo sin par. La teología cristiana se iba cimbra con sus sismas producidas por el luteranismo y el calvinismo. Pensamientos que iba a ser la base del pensamiento del ser humano moderno. Si ya la eternidad, la vida prometida solo se podía ganar interpretando y trabajando hasta el extremo (Lutero) o no se podía salvar el alma se hiciera lo que se hiciera, todo estaba ya predestinado (Calvino) y solo el éxito iba a ser el sello de estar predestinado; se debía hacer todo lo posible por tener éxito y fama, por supuesto. El éxito, en general, en el trabajo iba a ser el sello impreso a los seres humanos modernos.

En Italia fue el primer lugar donde surge la fama con un nuevo tinte; si ya la eternidad no se podía alcanzar, se tenía la fama como una especie de eternidad. Se puede fingir o verdaderamente no ver los elementos constitutivos del actuar de los seres humanos pero, eso no destruye en un ápice los resortes sobre los cuales se va por la vida. El Liberalismo económico, el nacimiento y consolidación del Estado moderno tenían la necesidad de seres totalmente diferentes a los de la Edad Media; el feudalismo constituido por la nobleza y los vasallos no eran ya adecuados al nuevo sistema, este, requería seres humanos libres, ciudadanos a quienes hacerlos sujetos de derechos y obligaciones. Y, se modelo a martillazos el nuevo ser humano, libre e indefenso con solo sus fuerzas para poder sobrevivir. Esto trajo como consecuencia historias de grandes obras personales (cuando se adoptó plenamente el Liberalismo), grandes fortunas se forjaron en este contexto. Pues, bien, ese ser humano universal nación en Italia. Dante Alighieri es su más acabada forma. No obstante que de genios no surgieron en esta época. Ahora bien, no solo los ricos o súper dotados intelectualmente tenían esa oportunidad sino  también el pueblo llano tenía esa posibilidad; gradualmente, ese sentimiento se iba a generalizar. La religión solo era una máscara social. Ya, no se creía en el más allá pero se seguía practicando los ritos religiosos.

Este mismo sentimiento de fama ha sido el motor de la vida en occidente. En dos actividades se puede observar en claramente, en los artistas y en los empresarios. Ambos tienen como objetivo inherente a sus actividades la estética (la creación de arte) y el comercio (la creación de riqueza), la consecución de fama. Sienten como hueco, sin sentido hacer grandes obras de arte o crear grandes imperios económicos sin el consiguiente reconocimiento. Quizá no haya otro artista que haya definido esa necesidad de fama como Salvador Dalí: “Lo importante es que hablen de ti, aunque sea bien”, ¿e donde se iba a depositar en la esperanza de fama, en el más allá?, evidentemente que no, en el reconocimiento de los otros; por ello Dalí quiere que se hable bien o mal de él. Tenía clarísimo su papel en su tiempo, “No te empeñes en ser moderno. Por desgracia, hagas lo que hagas, es la única cosa que no podrás evitar ser”.  Su ambición nunca dejó de crecer desde que tuvo consciencia, a los seis quería ser cocinero, a los siete, Napoleón, si hemos de creer en sus dichos. Por los grandes empresarios hablan los Morgan, los Dupont, los Rockefeller o cualquiera otro d la misma talla.

En la actualidad ese mismo sentimiento, esa misma pasión comanda la vida. Los nuevos símbolos de la fama lo son, en el arte, la casta de las estrellas de rock y por las grandes trasnacionales; los primeros son elocuentes y viajan de ciudad en ciudad, de escenario en escenario y son objeto de culto extremo; los segundos, tienen un sentimiento de vergüenza o por lo menos esos parece, se han hundido ocultado bajo el anonimato. Los dueños del gran capital, saben que tienen el aspecto de vampiros para el resto del mundo; en consecuencia refieren la oscuridad del anonimato. Por doquiera que van surgen sus detractores, desde los intelectuales, hasta los más violentos. Prefieren la prudencia de tener las fuerzas del orden bajo su voluntad para protección.

Sin embrago, esto no deja que, la misma pasión lata en los pechos de todo el resto del mundo; desde los empresarios menores hasta el campesino, obrero o el estudiante modesto que apenas balbucea el abc de su ciencia. Vendrá bien parafrasear a Arturo Schopenhauer: ¿Pensáis de veras que Robespierre o Bonaparte o el emperador de Marruecos o los asesinos que suben al patíbulo, son los únicos ambiciosos (de la fama) entre todos los seres humanos?. ¿No veis que muchos harían oro tanto si pudiesen?.

Mucho se ha cuidado el sistema vigente para no dar a conocer que la ambición es el principal resorte de las acciones humanas; se les rodea de teología, de solidaridad, de ciencia pura, de moralidad, de fines estéticos y de todo un frondoso bosque para evitar ver cotidianamente la imagen de la fea ambición desbordada. Los seres humanos terminarían por asquearse de sí mismos, el sistema se convulsionaria peligrosamente. De la misma manera que se le engaña a los menores con seres fantásticos, fabulosos que viajan en camello, elefante y caballo prodigando regalos a los que se han portado bien o la existencia de un obeso bonachón que viaja miles de kilómetros en un transporte mágico tirado por renos fantásticos premiando la dulce inocencia, de esta misma forma se engaña a los pueblos para que acepten un mundo de apariencias mientras el peligro corre justo bajo sus pies. Los grandes intelectuales y los dueños del gran capital saben esta verdad; en ambos bando, el efecto es el mismo: la infelicidad; los primeros por saberlo y los segundos también, con el ribete de ser el motor de esta ansiedad interminable por la fama, por lo más, en ellos, no reconocida sino vituperada. Isaiah Berlin nos adelanta la dura pregunta y respuesta. “¿Quién asegurará que el conocimiento es siempre compatible con la felicidad?, conocer el mundo puede hundir a uno en la miseria…”.

Bien, demos un salto hacia la republica de Platón para contrastar los ideales y las exigencias reales de la vida. En sus diálogos nuestro filósofo resume la forma de pensar, en general, de la polis griega.  Cada uno debe ser lo que es, el zapatero, el campesino, el arquitecto, el tejedor deben dedicarse exclusivamente a su oficio o profesión y estar contentos de ser lo que son cada uno en particular. Dentro de la polis se puede ser, fuera de ella, no. No puede sobresalir un ciudadano sin enfrentar los peligros de la estrecha polis. El ostracismo era impensable. La vida estaba en buena medida determinada y encaminada a desarrollarse en los causes impuestos. Los tres estratos fijos, el pueblo, (el bronce, alma apetitiva),  la plata a los guerreros (la plata, alma fogosa) y los gobernantes (el oro, alma racional). En toda la edad Media rige el ser humano caído, pecaminoso que tenía como tarea diaria tratar de salvar su alma. Ha de ser menester que llegue el Renacimiento para que el ser humano se desembarace de las ideas teológicas como regidoras de la vida y mude de la piel escamosa que le impedía sentir y presentir su nuevo papel en la vida. El nuevo ser humano va a ser puros dinamismo como nunca antes se había dado.

Hoy, día se piensa completamente diferente a estas dos épocas. Por más que consideremos una gran obra la de Platón no seguimos su filosofía. El Derecho ha reconocido la personalidad de los ciudadanos como atributo inherente a su ser. El liberalismo con anterioridad desnudo al humano de toda su carcasa antigua para vestirlo con ropajes flexibles y llenarlo de un nuevo contenido. Esto no está fuera de la vida diaria, cotidiana. A ninguna madre, padre, maestro o cualquiera otro le aconsejara a los menores, aprendices o estudiantes ser lo que son, sin más, sino que se le dice a cada paso a cada minuto que debe ser mas, el mejor. Ahora bien, aquí se nos presenta una paradoja en la vida diaria. ¿Cómo es posible que ese pensamiento se señoree en la vida diaria y se logre el resultado contrario, es decir, la mediocridad?, la respuesta está en el Estado y en el individuo. El primero no es capaz de proporcionar los medios mínimos generales para que los individuos logren su pleno desarrollo; el segundo, es incapaz de elevarse por encima de su propias limitaciones impuestas desde afuera o desde dentro.

En todo momento, las instituciones van imbuyendo a los individuos desde la cuna, ser más, hasta el reconocimiento en la tumba. No es un secreto que cada padre y madre tienen la esperanza de tener hijos exitosos, famosos. Cada pequeño logro alcanzado por los hijos es aplaudido como si un Alejandro Magno, vieran en ellos. La jactancia de los logros académicos es, en verdad el grito callado por que alcancen la fama. Por otro lado, está la fama propia y la fama derivada que es otorgada por pertenecer a determinada persona o familia distinguida o rica.

¿Cómo proceder ante esto?, como Tucídides, con gran frialdad y honradez. No se puede evitar, del todo, ser como se es, o como lo impone esta época. Es posible tomar otra perspectiva y otra actitud no se crea que es insalvable este entuerto ni que, el mundo occidental no se ha encontrado en una crisis tan dura como la actual. Claro que existe la solidaridad, la amistad, la ciencia, la filosofía y la vida autentica que asienta sus reales en la vida misma con valores diversos a los impuestos. Si esto no fuera así, todo, en verdad estaría perdido. Como la vida es individualísima no es posible expedir receta alguna para la enfermedad; cada uno debe tratar de encontrar la medicina, salida y su razón de ser.


Finalmente, el veneno llamado éxito o fama debe ser tomado tal y como se ingiere el veneno de las serpientes, en dosis graduales para que no resulte mortal. En todo caso el veneno bien tratado y dosificado puede salvar vidas. De la misma manera, el éxito, la fama bien tratados y dosificados pueden ser alicientes para la vida. Hoy día se puede ver ese deseo de fama batallando en las redes sociales y hay, quienes manejan excelentemente estos medios. Cinco minutos de fama no se le pueden regatear a ninguno. ¿Qué hay de malo que “El quinto patio” de las viviendas antiguas se haya trasladado a Facebook?. Ninguna. Salud.

miércoles, 6 de enero de 2016

¡AL CUERNO!




Los mandaría con mucho gusto al cuerno, si ese mismo cuerno, no estuviera en mi cabeza y, más que solo en mi cabeza.


IGNORANCIA Y ENAJENACIÓN




Antaño, cuando los medios de comunicación no llegaban a la mayoría o por lo menos no de la forma actual; había ignorantes en cantidad, hoy; hay ignorantes y enajenados en mayor proporción. Pocos humanos se libran de los celulares y demás dispositivos diablescos que les reclaman la atención constante y de por vida.


ALERTA A LA VISTA




No confió en los cristianos; esa mansedumbre es demasiado sospechosa, demasiado taimada. Puedo sentir y aun, presentir, demasiada maldad contendida en esa actitud llena de falsa santurronería. Se encienden todas las alarmas en mi mente y todo mi ser se agita con solo oír sus buenas nuevas.


martes, 5 de enero de 2016

LA VIDA COMO UNA GAMA DE FINES



Existe un mal entendido en las relaciones entre mujeres y hombres, ambos géneros buscan ideales. Las mujeres persiguen el ideal del hombre responsable, valiente, trabajador, independientemente de lo bien conformad; los hombres, corren tras las mujeres hogareñas, dulces y sumisas. Error fundamental. Las mujeres cada vez son más libres y más solitarias, los hombres son más solitarios, con menos poder sobre las mujeres y más inseguros. No hay forma de dar marcha al pasado. La solución a este espinoso asunto está en aprehender a tener un plan en la vida en donde ya el matrimonio u otra forma de convivencia sean, el único objetivo sino un fin más en la vida de cada uno. Sé que los dulces corazoncitos no estarán de acuerdo con esto pero la realidad no se refuta con asentir o negar tal o cual hecho.

Finalmente, la híper individualidad ha roto el paradigma de la familia tradicional, donde se vivía hasta que la muerte separaba a las parejas. ¿Esto es bueno o malo?, de manera alguna suspendemos el juicio por ser esto materia de la moral. Diversas formas familiares han surgido y no se pueden eliminar por decreto. La tan anhelada búsqueda de la otredad para ser felices, se ha ido al patio de la historia. El ser humano debe aprehender a ser por sí mismo una unidad, en donde tenga que enfrentar todas las vicisitudes de la vida; porque el dolor y la lucha constante por hacerse la vida no han desaparecido, esa es una constante.

Ahora bien, para llegar a este momento crítico, se debe hacer una breve reseña sobre el deslizamiento del ser humano como materia del arte y la llegada de lo industrial como centro de la estética. José Ortega y Gasset hace un amplio estudio en su obra “La deshumanización del arte”, donde nos anuncia ampliamente lo ya dicho. Que una lata de sopa “Campbells” se haya vuelto arte con Andy Warhol no es una casualidad. Las relaciones humanas se iban a mediatizar, aún más, a través de los artículos industriales y tecnológicos. Se siente la pérdida de lo humano como centro de la vida. En adelante la vida se tendría que poner por debajo de lo material. La vida, lo metafísico por excelencia, bajo lo meramente material. Y, ¿el ser humano y su libertad?. Es posible. 

Si en verdad se quiere la libertad se debe enfrentar este reto mayúsculo. No obstante las protestas airadas no hay otro camino. El romanticismo hace rabietas furibundas pero no tiene sentido. La realidad es sorda a los llantos y, a las lágrimas; avanza incansable y hemos de seguir o, ¿a que se refiere a tan trillada frase: “La vida sigue”?.  


lunes, 4 de enero de 2016

SEGURIDAD PÚBLICA Y ESTADÍSTICAS



Cuando la clase política es tocada en sus intereses o es muerto alguno de sus integrantes se protege con recursos públicos, aduciendo seguridad pública o nacional, mientras que si el pueblo padece despojos, asesinatos, masacres, desapariciones forzadas, se alega que es el crimen organizado. No se le puede regatear ni un solo recurso a la seguridad de los políticos pero menos al pueblo generador de esos recursos.


El Humanismo mexicano ha pugnado por la dignidad humana mientras la política ha impuesto esa calidad humana solo a la casta divina. Los muertos por violencia u otras circunstancias indeseables, de cualquier estrato social y de cualquier persona deben verse como una desgracia. Han sido los políticos quienes han corrompido al gobierno mexicano hasta el lodazal más inmundo. Ahora que, sufren las consecuencias de su propio mal no dudan en decretar duelos sin ton ni son y gastar millonadas en su seguridad. Para ellos sus muertos son honorables, casi héroes, mientras los muertos del pueblo son solo números, estadísticas que exaltar, para maquillar, para lucrar políticamente; son cicatrices para el olvido.