La
nación mexicana y subrayo esto la nación; tiene ante sí, el reto de cambiar el
sistema político para tratar de imponer la democracia plena (estamos en una
democracia incipiente), para lograr el bienestar social, la seguridad pública,
la salud pública, la educación pública y todos los rubros que son
indispensables para el buen desarrollo del pueblo. Sin embargo, estamos entre
dos aguas, a la orilla de la tiranía y a la orilla de la democracia sin poder
decidir tomar el camino a la democracia.
Las
elecciones de este domingo, del Partido de la Revolución Democrática son muy
significativas para saber indiciariamente el estado actual de la democracia y
los resultados no son muy prometedores. Hubo compra de votos, regalo de
despensas, de útiles escolares, regalo de bultos de cementos y todas las prácticas
ya conocidas y que se le atribuyen a los priistas. Total que fue la edición reciente
del mismo desaseo electoral en que se ha visto envuelto el PRD.
El
PRD nació como una opción democrática y democratizadora y sin duda, logró, en
mucho, que el Estado mexicano diera visos de democracia. Con todo, se ha
agotado la fuerza renovadora y democrática de este partido político. Todo lo
que queda es el nombre, los principios formales siguen ahí pero son letra
muerta. En la realidad los líderes perredistas actuales son de corte Neoliberal,
aunque simulen ser de izquierda. Todo lo logrado por Enrique Peña Nieto, tiene
el sello indeleble del perredismo cupular (los militantes solo son la masa que
los legitima, base del discurso y del poder).
Es
de dominio público que la derecha enarbola la vadera del Neoliberalismo. El
Partido acción Nacional desde hace mucho tiempo pretendió la privatización de
los servicios públicos. En este contexto los perredistas son tan Neoliberales
como los panistas. Miguel Barbosa no tiene empacho en declararse “pactista” con
el gobierno federal; Jesús Ortega, públicamente reniega de la ideología de
izquierda y Jesús Zambrano firmó el Pacto por México. A estas actitudes no se
les puede nombrar de otra manera que no sea Neoliberal de corte de derecha.
Ahora
bien, estas elecciones perredistas tienen todo el modelo priista. No es posible
cambiar el sistema político actual si se adoptan los métodos priistas que tanto
han hecho y siguen haciendo daño. El priismo está vigente en el pensamiento y
en la práctica pero ahora en terreno perredista; la ideología de izquierda ha
sido reemplazada por la ideología priista y llevada a la realidad.
El
PRD ya no tienen identidad con la ideología de izquierda, dado que ha adoptado
el Neoliberalismo panista y ya no responde a los ideales de la democracia, en
virtud de haber aceptado la ideología y practicas priistas en la consecución o
mantenimiento del poder político.
El saneamiento del PRD (si es, que esto es
posible) pasa necesariamente por el cambio de líderes y vuelta los principios democráticos
y de izquierda. Todo lo demás es, demagogia y palabrería hueca.
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