La
soberanía popular ha sido mermada desde el término de la revolución mexicana y actualmente
la nación mexicana se mueve entre dos opciones: la democracia y la tiranía de
las trasnacionales representadas por el gobierno mexicano. Los gobernantes
mexicanos actúan más como gerentes generales o regionales de las trasnacionales
nacionales y extranjeras y en otras como represores de los descontentos
sociales, aduciendo la aplicación de la ley. Para los catastrofistas esto es
casi el Apocalipsis y para los optimistas el inicio de la revolución. Creo que
ambas cosas no pasaran, se dará una larga lucha para lograr un equilibrio o paz
para el avance del sistema Neoliberal. Con todo, la soberanía todavía es un
buen principio para poder frenar a los gobernantes y a las trasnacionales.
Hay
dos ejemplos claros de los efectos del ejercicio de la soberanía por el pueblo.
El primero tiene que ver con el gobernador del estado de Puebla, Rafael Moreno
Valle, quien ordenó la puesta en vigencia de la ley llamada “Ley Bala” y que
tuvo oportunidad de aplicar en Chalchihuapan, Puebla que terminó con la muerte
de un menor y la recomendación por parte de la Comisión Nacional de los
Derechos Humanos responsabilizando su gobierno por las violaciones cometidas. El gobernador pretendía colocarse como
candidato del Partido Acción Nacional, gastando cuantiosas sumas de dinero para
promocionar su imagen. Si el anterior, gobernador Mario Marín Torres fue malo,
el actual lo ha superado con creces. A lo anterior, súmesele las
privatizaciones sin control del servicio de agua entre otros.
El
segundo, se da en estos días en San Pedro Cholula, Puebla, en donde el
presidente José Juan Espinosa se creyó con el derecho divino de expropiar
terrenos para construir una plaza llamada de las “Siete Culturas”, sin ninguna
claridad y con todos los elementos de la tiranía. En este caso tanto el
gobierno de Moreno Valle como el de José Juan Espinosa se echaron la culpa uno
y otro sin aclarar la participación de cada uno.
En
ambos casos, los gobernados salieron a las calles a manifestarse en contra de
estos gobiernos autoritarios y represores con la sorpresa de salirles el “Tiro
por la culata”, ambos están metidos en sendos problemas legales y de
legitimidad. No hay día en que los habitantes no se manifiesten en su contra.
Ambos gobernantes impopulares, han tratado por todos los medios de aminorar los
malos efectos de sus propias acciones. Tanto
en las redes sociales como en Yuotube se dio la campaña de Moreno valle
tratando de explicar lo imposible que no era el culpable de la muerte del menor
y que este no murió por el disparo de un proyectil de las fuerzas policiacas,
no le resultó, fue enviada una recomendación por la CNDH.
El
segundo, José Juan Espinosa siguió el mismo camino y en estos días se puede ver
toda una campaña publicitaria con el objetivo de no seguir siendo culpado de
expropiar en beneficio de las trasnacionales nacionales y extranjeras, al punto
de interrumpir las expropiaciones y crear un Consejo Consultivo para que se
determine la viabilidad del proyecto. Es de esperarse que trate de manipular al
Consejo Consultivo y seguir con su plan privatizador.
Estos
dos gobernantes tienen la idea fija de crear sitios estilo Disneylandia que
solo beneficien a las grandes empresas sin importarles las tradiciones, la
legalidad, la legitimidad o la preservación de los lugares históricos.
Por
fortuna el pueblo se dio cuenta que, unidos podían ejercer la soberanía popular
y detener los atropellos de ambos gobernantes. Estos dos ejemplos dan la pauta
para tratar de imponer la democracia real y efectiva en el Estado mexicano. Ahora
bien, el pueblo no debe confiarse y dejar la lucha en contra de todo el sistema
político mexicano que se ha unido para privatizar lo público y hacer grandes negocios
particulares. La moneda está en el aire y no se sabe de qué lado caerá. En
efecto, si se siguen dando luchas fragmentadas en contra del sistema se podría quedar
el pueblo a la mitad del camino por imponer la democracia y seguir nadando
entre las aguas de la tiranía y de la democracia.
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