sábado, 23 de agosto de 2014

SEÑOR PRESIDENTE


Enrique Peña Nieto, para el ejercicio del poder son necesarias dos condiciones, la legalidad y la legitimidad. La primera tiene como base la ley fundamental y las leyes fecundarías, mismas que se deben observar en el proceso de elecciones; tú sabes y nosotros sabemos que hiciste todo lo indebido para levantarte con la silla presidencial, administraste el hambre y la pobreza en lo electoral y este rubro no lo apruebas, aunque los medios afines a tu tiranía y tú mismo junto con el equipo de tiranos inferiores digan lo contrario; la segunda, tiene su base en el convencimiento del pueblo respecto a que, quien los gobierna es el indicado; basta salir a la calle, a la plaza pública; entrar a las redes sociales para ver claramente que no tienes la aprobación del pueblo, es decir, la legitimación. En este contexto has vendido una nación, su país y sus recursos nacionales. No has traicionado a este pueblo porque este no es tu pueblo. Tú y esa maquinaria perversa han recibido ya, no cincuenta monedas sino eso y más para que vivan materialmente bien pero, en la ignominia. Claro, mientras vivan bien eso no les importa, no tienen vergüenza, no la conocen ni de lejos. Sin embargo, este pueblo es más de lo que pudieran vender; ciegos como están y estarán hasta que sean polvo, ni siquiera imaginan la profundidad de la vida; este pueblo surgirá a pesar de. Este pueblo no podrá ser vencido ni vendido porque es indomable, aunque aparentemente sea pasivo.

No sabes que eres inferior por la razón sino por una intuición bastarda que siempre te sorprende. Solo tienes impresiones sin procesar, puras sensaciones es tu vida. El nivel más bajo del conocimiento. Eres casi una maquina estúpida, solo te falta ser máquina. Los trajes inmaculados solo ocultan malamente tu profunda ignorancia. Dejas como herencia muerte y destrucción y es paradójicamente doloroso que el pueblo tenga la maldición de seguirte manteniendo. Eso es una burla vil y perversa. ¿Cómo se le puede premiar a una persona por hacer mal su trabajo?, eso es irracional, una locura.   Eso de “señor Presidente” es palabrería hueca, a la que son adictos tus los incondicionales de vivir de lo público. Es risible ver esa seriedad reverencial con la que te tratan como si con ello pudieran un poco enmendar tu falta de educación académica, tu ética y lavar la sangre regada por órdenes tuyas; no eso es una farsa. El tica tac del reloj sigue su marcha inflexible. Pronto pasarás al basurero de la historia. Tu existencia solo nos ha mostrado cuan bajo puede caer un ser humano. Claro, para los insaciables dueños del gran capital eres el Gerente General adecuado y en turno. Si no lo sabes hoy es, porque no sales a que el pueblo te de su saludo y parecer. Arropado por las televisoras y con la música de sus jilgueros se tratan de acallar los justos reclamos de un pueblo.

Este pueblo aunque lo hayas negociado junto con tu camarilla esta fuera del comercio, tú y quienes negociaron tendrán que responder ante la nación mexicana, ustedes, no se salvaran de la severa sentencia de la historia y que este pueblo dictará de manera inexorable e inapelable porque ante el pueblo soberano no hay tribunal de alzada ni a quién recurrir para modificar sus determinaciones. 

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