Enrique
Peña Nieto, para el ejercicio del poder son necesarias dos condiciones, la
legalidad y la legitimidad. La primera tiene como base la ley fundamental y las
leyes fecundarías, mismas que se deben observar en el proceso de elecciones; tú
sabes y nosotros sabemos que hiciste todo lo indebido para levantarte con la
silla presidencial, administraste el hambre y la pobreza en lo electoral y este
rubro no lo apruebas, aunque los medios afines a tu tiranía y tú mismo junto
con el equipo de tiranos inferiores digan lo contrario; la segunda, tiene su
base en el convencimiento del pueblo respecto a que, quien los gobierna es el
indicado; basta salir a la calle, a la plaza pública; entrar a las redes
sociales para ver claramente que no tienes la aprobación del pueblo, es decir,
la legitimación. En este contexto has vendido una nación, su país y sus
recursos nacionales. No has traicionado a este pueblo porque este no es tu
pueblo. Tú y esa maquinaria perversa han recibido ya, no cincuenta monedas sino
eso y más para que vivan materialmente bien pero, en la ignominia. Claro,
mientras vivan bien eso no les importa, no tienen vergüenza, no la conocen ni
de lejos. Sin embargo, este pueblo es más de lo que pudieran vender; ciegos
como están y estarán hasta que sean polvo, ni siquiera imaginan la profundidad
de la vida; este pueblo surgirá a pesar de. Este pueblo no podrá ser vencido ni
vendido porque es indomable, aunque aparentemente sea pasivo.
No
sabes que eres inferior por la razón sino por una intuición bastarda que
siempre te sorprende. Solo tienes impresiones sin procesar, puras sensaciones
es tu vida. El nivel más bajo del conocimiento. Eres casi una maquina estúpida,
solo te falta ser máquina. Los trajes inmaculados solo ocultan malamente tu profunda
ignorancia. Dejas como herencia muerte y destrucción y es paradójicamente
doloroso que el pueblo tenga la maldición de seguirte manteniendo. Eso es una
burla vil y perversa. ¿Cómo se le puede premiar a una persona por hacer mal su
trabajo?, eso es irracional, una locura.
Eso de “señor Presidente” es
palabrería hueca, a la que son adictos tus los incondicionales de vivir de lo
público. Es risible ver esa seriedad reverencial con la que te tratan como si
con ello pudieran un poco enmendar tu falta de educación académica, tu ética y
lavar la sangre regada por órdenes tuyas; no eso es una farsa. El tica tac del
reloj sigue su marcha inflexible. Pronto pasarás al basurero de la historia. Tu
existencia solo nos ha mostrado cuan bajo puede caer un ser humano. Claro, para
los insaciables dueños del gran capital eres el Gerente General adecuado y en
turno. Si no lo sabes hoy es, porque no sales a que el pueblo te de su saludo y
parecer. Arropado por las televisoras y con la música de sus jilgueros se
tratan de acallar los justos reclamos de un pueblo.
Este
pueblo aunque lo hayas negociado junto con tu camarilla esta fuera del
comercio, tú y quienes negociaron tendrán que responder ante la nación
mexicana, ustedes, no se salvaran de la severa sentencia de la historia y que
este pueblo dictará de manera inexorable e inapelable porque ante el pueblo
soberano no hay tribunal de alzada ni a quién recurrir para modificar sus determinaciones.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario