martes, 26 de agosto de 2014

PEÑA NIETO Y LA IGNORANCIA PROFUNDA



No hay duda de que la ambición es una debilidad, un defecto humano contra el cual debe luchar. No hay época en la historia humana que no nos muestre al ser humano proyectando su ambición en las más diversas formas. Al poner reglas a la convivencia humana en sociedad surge la corrupción. Lo público se vuelve botín de los políticos y gobernantes. En la época prehispánica había poca corrupción existían leyes rigurosas que acotaban la corrupción. Nos narra Fray Bernardino de Sahagún, lo siguiente:

“En el tiempo de Moteccuzoma echaron presos (a) muchos senadores o jueces, en unas jaulas grandes, a cada uno de por sí y después fueron sentenciados a muerte, por que dieron relación a Moteccuzoma que estos jueces no hacia justicia derecha o justa, sino que injustamente la hacían y que por eso fueron muertos; y eran estos que se siguen: el primero se llamaba Mixcoatlailotlac, el segundo Teicnotlamachtli, el tercero Tlacochcalcatl, el cuarto Iztlacamixcoatlailotlac, el quinto Umaca, el sexto Toqual, el séptimo Uictlolingui. Estos eran todos los de Tlatelolco”[1].

De común se menosprecia la sabiduría y la justicia entre los prehispánicos pero, entre ellos la corrupción era castigada con la muerte; si bien, perece una pena excesiva era muy eficiente. Los propios españoles se asombraron por los pocos delitos que se cometían y por el orden existente.

La decadencia empieza con el incumplimiento de las Leyes de India. Se acataban (no iban a desobedecer abiertamente a los reyes) pero no se cumplían (los encomenderos hacían de las suyas).

Durante el Priato, que duró más de setenta años, la corrupción se institucionalizó, pasó a formar parte de la maquinaria de Estado. Lemas como “El PRI roba pero deja robar”, “Vivir fuera del presupuesto es, vivir en el error”, “El que no tranza no avanza”, son algunas muestras psicológicas del funcionamiento del gobierno que casi todo lo abarcaba. Tenía al pueblo controlado bajo tres grandes sectores: el obrero, el campesino y el popular.  Un régimen totalitario no permite la diversidad de pensamiento. Quienes estaban fuera del pensamiento psicológico, político y social oficial estaban por necesidad contra el régimen y tenían como opciones la clandestinidad, la muerte, la cárcel o la sumisión al gobierno.

Peña Nieto por supuesto que ignora esta parte básica de la historia mexicana para entender el por qué la corrupción está tan enraizada en el gobierno y de allí se extiende a la sociedad. Para él, la corrupción radica en los seres humanos, en la sociedad como parte de su naturaleza y es inútil luchar contra ello. Con esto cree justificar los diversos delitos que cometen los gobernantes y políticos. Por mi parte creo que, la corrupción fue y es un proceso nutrido por diversas venas: la mala aplicación de las leyes contra los gobernantes y políticos, el estado psicológico de la sociedad que sabe que se evita molestias con la corrupción, la impunidad tejida por la clase política en su favor y la desmedida ambición de los gobernantes y políticos.

Para Peña Nieto la corrupción es cultural solo le faltó confesar que, esa cultura fue impuesta por su partido, el Partido Revolucionario Institucional; así como institucionalizaron la revolución y la truncaron, siendo Peña Nieto el instrumento con que se acabó, el último resquicio hacia una visión nacional, de una meta común propia; de la misma manera institucionalizaron la corrupción.

No solo se ha institucionalizado la corrupción sino también el cinismo. Dígasele lo que se quiera a los gobernantes y políticos, eso los tiene sin cuidado; solo hacen dramas públicos cuando se les quita la ubre publica llamada erario.

Cuando exista una justicia aplicable a los gobernantes y políticos se verá claramente que la corrupción siendo una segunda piel, una piel bastarda se verá que la corrupción, es decir, la comisión de delitos una cuestión de legalidad tal y como lo entendieron los aztecas, nuestros antepasados.  



[1] Fray Bernardino de Sahagún. Historia General de las Cosas de Nueva España. Pág. 448.

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