sábado, 9 de agosto de 2014

AÑORANZAS (IN MEMORIAM)



Todo cambio es problemático aunque se tenga un plan, dado a que el plan es una idealización y llevarlo a cabo es harina de otro costal. Los mexicanos tenemos ante nosotros el reto de entrar de lleno a la Híper-modernidad por nuestros propios pies y con un plan propio y ajeno al del gobierno que es muy simple y nocivo para el pueblo. El nacionalismo es, ya obsoleto y debemos ser ciudadanos del mundo sin ninguna restricción por prejuicio. Debemos vivir nuestra época si falsas e imposibles añoranzas del pasado.

Una de las añoranzas de los panistas es, volver al Medioevo con todas sus instituciones rígidas con el modelo de familia tradicional y ya en franca extinción en donde la autoridad divina se derrame sin concesiones en toda la vida. Eso no sucederá. Esa loca pretensión es la espina en la garganta del panismo, la herida purulenta que nunca sana.

Recuerdo la época cuando cursábamos la preparatoria; teníamos a un amigo puntilloso que a menudo nos hacía reír a carcajadas. Era los años 1986 y 1987. Las privatizaciones comenzaban y el priismos empezaba a desplomarse como partido único de Estado. Nuestra educación tendía (y así sigue) hacia la izquierda. Era menester leer a Marx y todo lo inherente al comunismo y el socialismo. Joel León Tlalolini decía al respecto “Odio a los ricos pero quiero ser como ellos”, con lo que casi nos daba el Saint Vitus.

Es evidente que no podemos regresar al Estado paternalista ese que, todo lo provee, todo lo da porque ese es el Estado priista que no solo no arregló la vida de los mexicanos sino que mantuvo una dictadura casi perfecta con lo cual dejo en estado de indefensión al pueblo mexicano. Claro que el pueblo tiene su parte de responsabilidad. Por ello es necesario que entremos a la Híper-modernidad por voluntad propia y un plan propio.

En la Híper-modernidad no es la sociedad (aunque exista) considerada en su conjunto la que importa sino el individuo híper individualizado. Eso significa ya un híper aislamiento. He ahí el problema de la falta de solidaridad de los mexicanos. Si a esto le añadimos la ignorancia y la pobreza se tendrán los ingredientes básicos del porque los panistas y priistas en el gobierno (los demás panistas y priistas siguen la suerte del pueblo pobres e ignorantes), pueden casi impunemente imponer el Neoliberalismo. Ahora bien, ¿se puede vivir fuera del Neoliberalismo?, en nuestras circunstancias evidentemente que no. Esto no solo por ser, casi un apéndice de los Estados Unidos de Norteamérica sino porque al pueblo mexicano se le ha preparado desde hace treinta años para tener necesidad del Neoliberalismo en su vena más nociva pero más adictiva: el consumismo. En efecto, hasta hace treinta años la provincia producía alimentos de manera artesanal. Era común que las frutas y verduras estuvieran en un solar y terrenos adyacentes a las viviendas bastaba con abrir la puerta para toparse con la huerta familiar llena de maíz, frijol, habas; mas allá, los rábanos, las lechugas y todo lo necesario para la vida. Las aves cantaban y las mariposas revoloteaban alegres ante nuestros ojos. Era una maravilla. Se hacían casi todos los alimentos de manera artesanal; desde quesos hasta charales asados. Los tianguis eran el punto de venta y reunión de los mexicanos en este rubro, el mercantil. La gran variedad y riqueza de la alimentación proporcionaba una vida saludable. Pocos gordos pocos enfermos. En donde nací solo había un doctor que se iba al pardear la tarde.  Por si esto fuera poco se tenían cerdos, gallinas, patos, guajolotes, chivos y toda clase de animales domesticados para la alimentación. Un buen día se le ocurría al abuelo o al padre matar un cerdo y se hacía rellena con la sangre del animal, longaniza, carnitas, mole de patas y se sacaba manteca para cocinar (un bote por lo menos de diez kilos). El resto del cerdo no se vendía sino que se convidaba a los vecinos y amigos el sobrante se colgaba de un palo atravesado en la cocina y de allí se seguía comiendo al ritmo requerido. Esto conllevaba todo un arte adquirido por la experiencia y se había vuelto una tradición. Esto claro en la región central de México ya que en otras la cosa era diferente pero seguía la regla de lo artesanal.

Todo esto era un gran problema para el Neoliberalismo ya que no se consumían en gran escala los embutidos ni los refrescos o demás artículos como los enlatados. El pulque y la cerveza eran lo común para los mayores y el agua sola o de frutas para los demás. Claro que había pobres y excesos que ni que decirlo. Pero la vida transcurría lentamente y con su sana alegría. La caída del Muro de Berlín, la Glasnot y la Perestroika anunciaban la caída del Socialismo real que resultó ser un totalitarismo y como todo totalitarismo, despreciable. De allí les viene la orfandad y la pobreza de ideas a los izquierdistas pragmáticos. El Socialismo y el Comunismo siguen tan vigentes que es menester ocultarlos con más producción, con más consumismo, con más ideología neoliberal y con la robotización estúpida de los seres humanos. Pero llegará el día que nos cansemos de tanta devastación y enfermedad traída por el Neoliberalismo que tendremos que voltear hacia el humanismo, insertos en el Socialismo y el Comunismo y se verá que no estaban muertos ni obsoletos sino solo nos habíamos desviado insanamente de nuestro porvenir.   

El Neoliberalismo tenía ya las puertas abiertas y sin oposición para encumbrase y se lanzó a conquistar el mundo y lo logró bajo las ruedas de sus potentes vehículos comerciales y bajo las rápidas tanquetas y pesados tanques con forma de trasnacionales. No hubo ni hay poder humano capaz de detener a estos conquistadores de la vida aunque nos traigan enfermedad y muerte. Esta loca conquista (de la cual somos también responsables) ha traído mas muerte y enfermedad que cualquier otra conquista o guerra pasadas; aun si juntamos a las más terribles. Mírese la pobreza, enfermedad y muerte extrema que impera en el mundo y comparece la vida antes del Capitalismo y se verá que el Infierno de Dante es un castigo infantil porque es solo una amenaza, una promesa funesta pero, la devastación del mundo y de la vida actuales real.  

Bien, ese “Odio a los ricos pero quiero ser como ellos” debe tener sus correcciones. ¿Quién en su sano juicio no querría tener los medios económicos y materiales para poder vivir bien?, me parece que no los hay y que por el contario es una añoranza general. Al Neoliberalismo no hay que temerle sino sitiarlo superarlo tal y como lo han hecho en Suiza, Suecia y aun los propios Estados Unidos lo hacen. Para ello no seamos idealistas. Claro que en estos Estados hay corrupción y excesos pero son perseguidos aceptablemente. Por estos días han sido sancionados los responsables de la crisis anterior inmediata en los Estados Unidos y ello significa que los responsables son culpados y sancionados. En México los responsables de tan malas administraciones, de la creación de pobreza extrema y constante y de cometer los más viles delitos financieros y de aliarse con los narcos y gobernar con ellos están impunes. De esto somos responsables, tanto el gobierno como el pueblo pero falta que se haga culpables a los responsables concretos y que no vengan con el bonito cuento de que los beneficios se verán dentro de treinta años cuando descansen el sueño eterno. Esto da al traste eso de que “En caso de que así no lo hiciere  que la nación me lo demande”. Por el otro lado el pueblo debe sitiar y controlar al Neoliberalismo y después superarlo.

Y, superar al Neoliberalismo es dejar de consumir sin sentido y mirar que no se devasten los recursos naturales, minerales, la flora y la fauna, los mares, ríos y los seres que en ellos habitan para que unos pocos vivan como cerdos bien alimentados pero con una moral de quinta. El rubro de la verdadera y profunda educación no debe olvidarse. Hoy tenemos un sistema educativo dirigido por un inepto que solo capotea el temporal con retórica hueca. Este sistema educativo produce figurines al estilo Peña Nieto que, si ya de por si tiene serias deficiencias mentales y se le da una magra educación académica (de la educación moral ya ni hablar), se tendrá un Gerente General funcional y al servicio de las trasnacionales con una corte de pillos, delincuentes y toda clase de picaros con las mismas negras intenciones; vender a los mejores postores lo público y por ende, la vida. Claro que toda esta caterva se incluye como pasivos de la deuda pública; hay que seguir alimentándolos.

En este contexto no se deben olvidar los rubros del arte, el deporte, el cine, lo artesanal y todos aquellos ámbitos de la rica vida mexicana. Senos ha programado para consumir y no solo no podemos dejar de consumir sino que, no queremos dejar de consumir a costa de todo, incluso de nuestra vida y salud. Consumimos veneno en casi todos los alimentos y casi todo lo que compramos es nocivo (televisión por ejemplo) o es inútil e innecesario.

¿Creen que sitiar el Neoliberalismo es una utopía?; ¿Acaso son ignorantes al extremo?, ya Islandia nos dio un norte. Ante la crisis generada por banqueros y políticos (que combinación tan funesta), en lugar de darle a la banca dinero público (tal y como se hace en México), los responsabilizó, los culpó y sancionó con cárcel; con los políticos hizo lo mismo. Eso es lo que debemos hacer los mexicanos imponer la democracia y no dejar impunes los delitos cometidos por ricos y políticos. Si queremos buena vida pero en todos los rubros de la vida: economía, arte, ciencia, filosofía, música, artesanías, cine etc.

Por lo más y por lo menos, debemos superar ese odio a los ricos y debemos superar ese querer ser como ellos: enfocados solo en lo material, olvidándose de la gran variedad y riqueza profunda de la vida.

Hace veintiséis reíamos con los comentarios puntillosos de nuestro entrañable amigo Joel León y el, también reía, era un pozo de inagotable de sana alegría y un amigo solidario hasta los puños. Pero no se crea que solo nos hacia reír (hoy lo sigue haciendo) sino pensar; era y es, un maestro en esas dos grandes venas vitales de la vida.   


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