A
menudo, muy a menudo nos imaginamos que los responsables del lamentable estado
en que se encuentra la nación mexicana son solo aquellos que se señalan públicamente.
No obstante lo anterior, veo todos los días a la mayoría de la gente salir de
sus casas a cumplir con un horario de trabajo, olvidándose de la política, de
lo público y esos es grave. La clase media es la que más contribuye a sostener
este sistema político-económico-social con su pasividad ante los hechos que
agravian al pueblo y los más activos en beneficio de este gobierno. Todos los días
los veo llegar a las dependencias, hospitales y tribunales con las mejores
ropas posibles con sus gestos de gravedad, con su escasa consciencia de la
realidad, de su casi nula solidaridad y su
grosero por la lucha por implementar la democracia como forma de
gobierno. La clase media le ha apostado al éxito delineado por este sistema: por
lo meramente material a cuenta gotas.
Me
basta entablar conversación con cualquier profesionista para darme cuenta inmediata
que tienen lavado el cerebro con toda la propaganda oficial y la privada sobre
lo que es la vida y no tienen idea de las posibilidades de la vida. Una vida ya
solucionada tal y como lo propone el sistema oficial y privada que es lo mismo,
es una vida sin valor y sin sentido. La vida siempre es problemática y es el
ser humano quien le debe dar sentido. Y, le debe dar un sentido muy diferente a
lo que le marca el gobierno político y el gobierno económico, es decir, las
empresas trasnacionales.
Como
se ve el trabajo es enorme para siquiera poder poner en la cabeza de los
profesionistas el tema de la política, lo económico y lo social. Me dirán que
los profesionistas están bien pagados con lo cual se diría que el gobierno
cumple con su tarea y los profesionistas hacen uso de cada oportunidad de
trabajo bien pagado, mentira los profesionistas están en la condición más baja
y vulnerable ya que no tienen ingresos fijos ni seguros. Esto los vuelve más
calculadores y ponen la apariencia de éxito cuando en realidad las deudas los
cercan como jauría rabiosa que no les da tregua. Y, sin embargo, han creído,
aunque esto parezca falso, que el éxito está a la vuelta de la esquina. Todo
profesionista pasivo hacia la democracia es el fiel de la balanza en favor del
sistema político-económico y social.
Claro
que no son todos y ejemplos de consciencia y de acción se ven aquí y allá pero,
no es suficiente; hace falta más trabajo para despertar a mas mexicanos para
que tomen participación en lo público y en la política.
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