Es
indudable que se tiene que combatir la corrupción en el órgano judicial en sus
distintas ramificaciones de competencia por territorio, materia o en el orden
federal y estatal; sin embargo, no se debe hacer la reforma al artículo 118 constitucional
sin tener claro el funcionamiento de los tribunales. Una de las causas de corrupción
es la lentitud, otra el nepotismo y la relación anómala entre abogados y
jueces.
Para
dicha reforma es necesario tener la experiencia directa y propia sobre la impartición
de justicia; es evidente que los legisladores de Morena y concretamente de
Ricardo Monreal no tienen la mínima idea de esto. En primer lugar hay rotación de
juzgadores de manera más o menos constante pero no se debe hacer de manera
arbitraria pues cambiar de titular pues esto conllevaría a más lentitud en la impartición
de justicia y, eso lo saben los abogados que patrocinan a los ciudadanos que
requieren sus servicios profesionales. Segundo, los jueces se han estado
especializando (no de la manera adecuada), por materia y sería un error
rotarlos fuera de su materia. Se vuelve un desastre. Tercero, no por rotar a
los juzgadores se erradica la corrupción pues esta si existe en determinados
juzgados es de manera casi total.
Ahora
bien, la corrupción también tiene otras fuentes y una de ellas es la pobre
partida que se les destina a la impartición de justicia. Haya más bares y cabarets
que juzgados. Es común que los juzgados carezcan de lo más elemental: papelería.
Hay juzgados que son una vergüenza en los inmuebles que están funcionando, mobiliario
y todo lo que tenga que ver con su funcionamiento. Los sueldos que gana el
personal (sin incluir jueces y secretarios), es magro. En efecto, mientras se
privatiza lo público se abandona la impartición de justicia. ¿Sabrá Ricardo
Monreal que en el Estado mexicano, los juzgados federales no llegan a mil para
una población de 130 millones de personas?.
Me
pregunto si dentro de los legisladores de Morena ¿habrá alguno que haya
prestado sus servicios profesionales como abogado al público?. Es una lástima
que no tengan la visión total del estado lamentable sobre el cual se imparte
justicia y únicamente traten este rubro montados sobre emociones, ideas falsas,
imaginación torcida a través de un discurso pobre en sí y fuera de toda
realidad.
Los
legisladores deben prepararse y conocer la realidad para poder crear leyes que,
efectivamente sean benéficas para el pueblo en general y no tener buenas
intenciones pero desconociendo la realidad en su profundidad y amplitud. Apoyo
total en el cambio pero critica sana en lo que están errados.
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