martes, 16 de octubre de 2018

CRISIS GENERAL DEL PODER





No hay duda de que estamos en crisis total o casi total. Con todo, la crisis más grave es la política, la del poder, la del saber y poder mandar. Esto es el resultado de la decadencia del régimen priista. Durante su mejor momento (El peor momento para la democracia), el Presidencialismo tenia y mantenía la unidad del Estado. La nación, en general, estaba ordenada en tres grandes sectores, el obrero, el campesino y el popular bien sujeto por sindicatos y organizaciones que todo lo mantenían en perfecto o casi perfecto orden al servicio del Partido Revolucionario Institucional para marchar política-económica-social y hasta artísticamente en pos de un fin la supremacía del Partido único de Estado sobre el pueblo. Pero eso se terminó. Se agotó para no volver más nunca, aunque haya muchos románticos nostálgicos. Hay por lo pronto un descrédito de los partidos políticos y de los políticos en general.

¿Significa eso que ya no son necesarios los partidos y los políticos?, de manera alguna. Para que una sociedad marche más o menos ordenada hace falta siempre quien o quienes manden. Crisis en la Humanidad las ha habido desde siempre y las ha superado. No debemos perder la calma. Hoy todo el mundo en general está enojado y más los que mandan pues están en la silla de acusación salvaje y no tan salvaje por parte de los gobernados. Está enojado el Papa Francisco I, por tanta crítica a la corrupción y decadencia de los sacerdotes; está enojado el pueblo norteamericano y por ello, eligieron al salvaje bien vestido de Donald Trump; están enojados los europeos y los británicos; están enojados Carlos Salinas, Enrique Peña Nieto, Vicente Fox y Felipe Calderón y está enojado el pueblo mexicano.

Ahora bien, la mayor preocupación la tienen los políticos pues todas las formas de autoridad están siendo críticas y presionadas al punto de que se salen de sus casillas. El poder eclesiástico se ha visto impotente ante sus problemas el Papa Francisco ha salido a echarle toda la culpa al Diablo por la pederastia y violaciones cometidas por los sacerdotes a lo largo y ancho del mundo. ¿Se habrá visto mayor impotencia papal?, no y esto es grave para los poderosos. Los estadounidenses y europeos ponen el grito en el cielo ante los problemas económicos y reaccionan con homofobia que no son otra cosa que sus miedos e impotencia ante los problemas mundanos. Hemos visto en el escenario nacional a Fox decir una retahíla de sandeces contra el nuevo orden; todo el viejo régimen fue aplastado literalmente y andan los antiguos poderosos muy molestos; no aceptan haber perdido el poder político y económico. Están al acecho. En efecto, el poder llamado espiritual y el poder político están en plena crisis y no aciertan a salir de su estupor y parálisis pues no tienen ni idea de cómo lidiar con esta revolución social. Los del poder económico es el único solido pero no están tan seguros de no estar en peligro. Todo está revuelto y hace falta poner orden y francamente no se ve quienes puedan hacerlo. No por ello se debe estar inactivos sino trabajar para construir un nuevo orden, un nuevo régimen y si es posible las bases de un nuevo Estado mexicano.

Me parece que también hay una crisis del pensamiento filosófico y por ende, político por haberse abandonado. La crisis tomó a todo mundo desprevenido. Hay románticos empedernidos e incautos que dogmáticamente criticaron al antiguo régimen priista y hoy, dogmáticamente quieren que no se critique al nuevo poder político; eso sería un craso error, sabiendo que hay entre los nuevos políticos sendos inútiles, arribistas, convenencieros, mercaderes, corruptos y de más fauna maligna.  A los gobernantes se les tiene que criticar sus excesos y corrupción pues es una prerrogativa ciudadana escrutar al gobierno en turno para que se corrija o no se tuerza.

El pueblo debe pensar y actuar para saber qué tipo de régimen se debe construir, cuanto poder se le debe dar a los nuevos gobernantes, cuáles deben ser los límites y sanciones. Se debe transitar de un régimen totalitario como lo fue el priista a uno democrático con las modalidades propias para el pueblo mexicano.   

Es seguro que el régimen priista no volverá pues se vació de todo contenido y por ende, de sentido. La caída del régimen tuvo factores externo e internos, mismos que ya he tratado en otros escritos y sería ocioso volverlo hacer; en lo interior el pueblo mexicano, en general, ha decidido hacer tabla rasa de la política; eso significó el triunfo de MORENA. El Partido Revolucionario Institucional debe desaparecer y desaparecerá como parte fundamental de la política. El Partido de la Revolución Democrática ha anunciado a través de Jesús Zambrano su desaparición. El Partido Acción Nacional debe recomponerse y este no desaparecerá como no desaparecerán los conservadores católicos pero, le será muy difícil volver a la escena central de la política.

¿Qué queda?, que el pueblo no abandone la política; que se ponga a trabajar y participar en la política de manera decidida a menos que quiera volver a caer en las garras de los políticos. Que por lo demás son lerdos en su generalidad, no tienen ni idea de lo que deben hacer con relación al nuevo régimen ni el nuevo Estado. Hay serio peligro de que lo hagan mal. De cómo se han desarrollado las tres anteriores Transformaciones ya he tratado y por ello digo que hay un verdadero peligro de que lo hagan mal. Hay necesidad de que el pueblo los apoye y que, los que piensan seriamente den luz sobre el tema.

Hace falta nuevamente unidad y coordinación en el Estado mexicano pero no a la manera priista bajo el totalitarismo represor del poder político sino en el marco de la democracia con rasgos propios que sirva a los mexicanos en general y evitar la creación de una clase política que se vuelva cerrada, inamovible e intocable.

Como pueblo los mexicanos debemos consolidar una nueva identidad que no tenga los mitos impuestos por el Partido Revolucionario Institucional pues la revolución no se pude institucionalizar sin matarla y eso precisamente fue lo que pasó mientras se mantenía la mentira por medio de la fuerza bruta de la dictadura del partido único de Estado. Todos los ritos emanados de la ideología priista deben ser cambiados por fechas que se deban conmemorar libres de mentiras.

Finalmente, se debe tener cuidado en acabar con los vestigios del régimen Presidencial pues ya no tiene sentido. Con el Partido Revolucionario Institucional pasará lo que dice el Gustavo Adolfo Bécquer: “Volverán las  oscuras golondrinas a tu balcón sus nidos a colgar, y otra vez con el ala a sus cristales jugando llamaran”…” “Pero…aquellas que aprendieron nuestros nombres, ésas…¡no volverán!. Y volverán los políticos como oscuras golondrinas a nuestras puertas a llamar pero aquellos que aprendieron nuestros nombres; esos no volverán.



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