El
Estado moderno mexicano murió con las reformas llamadas estructurales que no
tienen otro fin que no sea la privatización de los bienes públicos. El actual
Estado que llamo híper moderno, siguiendo a Gilles Lipovetsky, después de hacer
el análisis de la nueva estructura orgánica e institucional, los nuevos
elementos que determinantes de poder y las circunstancias del pueblo y
territorio con sus nuevas relaciones jurídicas y de hecho; tiene menester un
diseño acorde a esta nueva época de la historia.
Mientras
no se haga una verdadera reforma en lo político el Estado mexicano se estará
construyendo de facto sin tener una estructura orgánica, institucional y de
todas las dependencias, fideicomisos y, organismos que lo componen y lo hacen
funcionar de menara ineficiente con la tendencia efectiva de seguir permitiendo
la corrupción como base de la funcionalidad del gobierno y como incentivo para
que la iniciativa privada participe en lo público; principalmente en las obras
publicas.
La
reforma política debe tener como objetivo cortar de tajo la corrupción
gubernamental y, hacer efectivo el juramento constitucional “…de hacer cumplir
la constitución y las leyes que de ella se deriven y si no que el pueblo me lo
demande”. Este juramento que, en la actualidad es un rito sin sentido, porque
no hay forma de hacer que, los funcionarios corruptos paguen sus delitos de
manera ejemplar, es posible hacerlo realidad pero hace falta una reforma política
que lo permita.
Se
dice que, Licurgo, un espartano, se dio a la tarea de recopilar lo mejor de las
leyes de las ciudades-Estado griegas e implemento el imperio de las leyes en
Esparta, de allí surgió el poder de este pueblo. Tenían una diarquía (Dos
reyes), que al terminar su administración, amos, eran llevados a juicio para
que respondieran sobre el manejo de lo público y, en caso de obtener sentencia
a favor eran condenados al ostracismo. No se permitía que ningún ser humano por
más poderoso que fuera pudiera estar por encima de la ley. El ejemplo de estar
bajo el imperio de la ley, nos lo dan Leónidas y los trescientos que, tenían como
mandato defender la Termopilas; los demás se podían retirar no los espartanos.
Por ello, su epitafio es:
Ὦ ξεῖν’, ἀγγέλλειν Λακεδαιμονίοις ὅτι τῇδε
κείμεθα, τοῖς κείνων ῥήμασι πειθόμενοι”
“Oh,
extranjero, informa a Esparta que aquí yacemos
todavía obedientes a sus órdenes”.
Los
espartanos no permitían la desobediencia a las leyes y, las consecuencias eran
ejemplares, sin importar el rango de nobleza que se ostentara. Aquí está el
verdadero antecedente del juramento que hacen los funcionarios públicos mexicanos
pero que burlan impunemente.
Los
atenienses no permitían que un ciudadano adquiriera poder por sobre los demás y,
en caso de que esto pasara, sin importar los méritos era condenado el ostracismo;
esto se hacía cada año; tal es el caso de Temístocles el héroe de Artemisio y Salamina
que comando la flota griega y, el verdadero estratega de la guerra contra
Persia. Después de la guerra contra los
persas fue condenado al ostracismo sin importar que hubiera sido el mejor de
todos los griegos en los momentos más álgidos de la guerra.
Entre
los aztecas, los nobles estaban obligados a ser virtuosos, no podían dar mal
ejemplo; en caso de no observar con rigor las leyes eran, amonestados, rapados,
se le confiscaban sus bienes, se le condenaba al ostracismo y en caso de
reincidir se le condenaba a muerte. Se les hacía imperdonable que los nobles
fuera cobardes, mentirosos, flojos, que los jueces impartieran justicia
torcida; la sentencia era la muerte y, esta se aplicaba de manera inmediata y
de forma que hoy podríamos considerar cruel.
Claro,
los tiempos han cambiado radicalmente hasta la decadencia; la nación mexicana
tiene 496 años de liberase de la corrupción traída por los españoles. 289 desde
la caída de Tenochtitlan. 207 años desde el inicio de la independencia. 196
años desde la independencia. 107 años desde el inicio de la revolución. 17
desde que el Partido Revolucionario Institucional perdió la presidencia de la república
por primera vez. 5 años desde que el partido oficial regreso al poder federal. Y,
se pueden hacer más etapas y sub etapas en que se ha tratado de terminar con la
corrupción, con las injusticias y todo lo que no permite la democracia.
Con
todo, se puede observar que los términos de tiranía, dictadura y totalitarismo se
han ido acortando significativamente y, que la imposición de la democracia no
es una utopía; es posible terminar con el régimen priista e imponer la voluntad
del pueblo. Esto no es simple ideología pues hasta a los ricos les conviene que
se imponga la democracia so pena de que esto lleve a la anarquía o se
profundice la descomposición social con todas sus malas consecuencias.
Hace
falta un cambio radical de forma de pensar y de actuar, no tengo duda que hay
muchas personas virtuosas y, aun creo que es el sistema político el que no solo
permite sino obliga a la corrupción; es menester terminar este sistema político
corrupto para poder iniciar un nuevo derrotero. Hace falta una reforma profunda
en lo político pues sin esta no será posible terminar con la corrupción y esta
es tarea de todo el pueblo en general y no de un partido ni de una facción ni
siquiera de la clase política, misma que es incapaz de curar su propia corrupción;
no, el remedio debe venir del pueblo y, este tiene, en su caso, la palabra y la
acción.