sábado, 29 de octubre de 2016

VIRTUDES INNATAS




No se que le pasa al pueblo mexicano, aparte de la apatía, los políticos nos recetan un día si y el otro también una cascada de corrupciones y un mal gobierno ribeteado de impunidad sin que se inmute. Enrique Peña Nieto todos los días sale con una tontería de antología y todavía sale a regañar al pueblo ingrato, diciendo que no se levanta pensando en joder a México. Como si con esa excusa nivel adolescente bastara para perdonarle su infinita corrupción.

Todo el sistema político debe reformarse y los delitos cometidos por políticos deben ser graves. El financiamiento a los partidos es otro rubro que debe reformarse. Al darles dinero sin límites y sin castigo a sus delitos esto no tendrá otro camino que el mismo de simulación, delitos e impunidad. Es un engaño que los políticos vayan a mejorar el sistema político para bien, no les conviene. Se les terminaría el negocio. Porque la política en su totalidad es un negocio y los partidos políticos agencias de colocación.

Ese es el sistema político que administra Peña Nieto y todos los presidentes en turno y hay toda una corte de sátrapas (legisladores y gobernadores), caciques (presidentes municipales) y toda una burocracia que consumen todo lo publico. Mientras no cambiemos esto seguiremos siendo un pueblo sin destino propio. Títeres de los políticos.

La capacidad destructiva de Peña Nieto es una virtud innata y como consecuencia de su incomparable ignorancia, su ilimitada corrupción y segura impunidad. ¿Qué esperaba Peña Nieto, que lo aplaudiéramos por toda su corrupción?. Llegó como el tonto del pueblo para que todo lo publique sea saqueado por la iniciativa privada. Lo que se le reprocha es haber terminado de poner la vida muy por debajo de lo meramente material. Es tan estúpido que ignora lo más elemental de la vida. Ingenuamente cree que vestirse como maniquí es el fin de la vida. Quiere ser un ejemplo de elegancia pero su enorme torpeza da al traste con su infantil pensamiento. Se ve que ya esta hastiado de representar un estereotipo demasiado pesado para él. Lo de Peña Nieto es la frivolidad, la superficialidad, lo hueco y estúpido.


La vida, el ente metafísico más radical, en donde todo tiene sentido, los entes ideales, las cosas y los valores puesta bajo el pragmatismo, bajo la rapiña más espantosa que se ha visto gracias a un sujeto. Gracias Peña Nieto.


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