No
se que le pasa al pueblo mexicano, aparte de la apatía, los políticos nos
recetan un día si y el otro también una cascada de corrupciones y un mal
gobierno ribeteado de impunidad sin que se inmute. Enrique Peña Nieto todos los
días sale con una tontería de antología y todavía sale a regañar al pueblo
ingrato, diciendo que no se levanta pensando en joder a México. Como si con esa
excusa nivel adolescente bastara para perdonarle su infinita corrupción.
Todo
el sistema político debe reformarse y los delitos cometidos por políticos deben
ser graves. El financiamiento a los partidos es otro rubro que debe reformarse.
Al darles dinero sin límites y sin castigo a sus delitos esto no tendrá otro
camino que el mismo de simulación, delitos e impunidad. Es un engaño que los políticos
vayan a mejorar el sistema político para bien, no les conviene. Se les terminaría
el negocio. Porque la política en su totalidad es un negocio y los partidos políticos
agencias de colocación.
Ese
es el sistema político que administra Peña Nieto y todos los presidentes en
turno y hay toda una corte de sátrapas (legisladores y gobernadores), caciques
(presidentes municipales) y toda una burocracia que consumen todo lo publico. Mientras
no cambiemos esto seguiremos siendo un pueblo sin destino propio. Títeres de
los políticos.
La
capacidad destructiva de Peña Nieto es una virtud innata y como consecuencia de
su incomparable ignorancia, su ilimitada corrupción y segura impunidad. ¿Qué esperaba
Peña Nieto, que lo aplaudiéramos por toda su corrupción?. Llegó como el tonto
del pueblo para que todo lo publique sea saqueado por la iniciativa privada. Lo
que se le reprocha es haber terminado de poner la vida muy por debajo de lo
meramente material. Es tan estúpido que ignora lo más elemental de la vida.
Ingenuamente cree que vestirse como maniquí es el fin de la vida. Quiere ser un
ejemplo de elegancia pero su enorme torpeza da al traste con su infantil
pensamiento. Se ve que ya esta hastiado de representar un estereotipo demasiado
pesado para él. Lo de Peña Nieto es la frivolidad, la superficialidad, lo hueco
y estúpido.
La
vida, el ente metafísico más radical, en donde todo tiene sentido, los entes
ideales, las cosas y los valores puesta bajo el pragmatismo, bajo la rapiña más
espantosa que se ha visto gracias a un sujeto. Gracias Peña Nieto.
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