jueves, 22 de enero de 2015

LA MORAL TEOLÓGICA




La moral basada en la teología tiene dos resortes fundamentales que hacen en buena medida que los seres humanos actúen. Por un lado se infunde miedo a las penas del infierno con lo cual se limita la libertad de razonar y se disminuye al ser humano en sus esencia; por el otro, se le promete un beneficio desmedido (La vida eterna), en los cielos utópicos. Con el miedo no se logra volver buenos a los seres humanos sino timoratos supersticiosos fáciles de manejar, faltos de obrar con libertad. La promesa de una vida eterna hace que los seres humanos actúen por mero utilitarismo personal. Con esto se logran solo seres humanos buenos en apariencias y es, menester toda una maquinaria burocrática para mantener tal estado moral tan endeble; una moral artificial sin verdadero arraigo, que no tiene sus raíces en el ser mismo de las personas, que no han conocido el concepto del bien de manera libre y por ende, su practica razonada, libre de prejuicios. Con ello no solo no se beneficia la Humanidad sino que se le perjudica. No se pueden convertir en ciudadanos libres quienes viven en la penumbra y en el umbral de la libertad. Una moral que supere la moral del miedo y la recompensa debe hacer obrar a los seres humanos por el conocimiento y la práctica de lo bueno para sí y para los demás sin la superstición ni la ilusión de la perdición y de la salvación. Libertad, razón y práctica como base de una moral libre de prejuicios.


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