domingo, 12 de noviembre de 2017

BÚSQUEDAS EXITOSAS


Si quieres encontrar los peores seres humanos ingresa a un partido político o, a un club de fútbol. Allí se han dado cita todos ellos y acuden fielmente a sus reuniones. Los verdaderamente buenos seres humanos son estrellas fugaces que pasan por la vida, rápido y muy lejos.  


INDÍGENA




La palabra indígena proviene de las raíces latinas Inde que significa “de allí” y gens “población”, es decir, indígena significa “Originario del lugar”, claro, lugar de nacimiento y como todos hemos nacido en un lugar determinado, todos somos indígenas. Eso por razones prácticas de distinción, de comunicación, de orden legal, cultural, ideológicas y muchas más pero en realidad, todos somos seres humanos.

Se cree que designando como indígenas a los descendientes de los pueblos originarios se les hace un favor o se les da un trato digno, eso es falso y, por el contrario, denigrante pues se les trata con un paternalismo romántico; quizá bien intencionado pero ineficaz e inaceptable. Un verdadero humanismo debe tratar a todos los seres humanos como tales, sin excepción y, que sean sus virtudes o sus vicios propios los que hagan la diferencia y no definiciones artificiales, construcciones oficiales que sirven para todo menos para una verdadera hermandad.

Claro, en la práctica nos topamos con seres humanos indeseables pero la censura o calificativo debe ser por sus acciones que son siempre a posteriori y no se debe dar tratos malos por una definición a priori. Así somos los seres humanos, para decirlo literariamente, dulces o amargos, pero en todo momento no debemos olvidar ni dejar de practicar que somos seres humanos que vamos tomando nuestro lugar por nuestras acciones virtuosas o no y, no por determinaciones, conceptos, ideologías que están fuera de lo que somos los seres humanos.

Por otro lado, tenemos la palabra indio como instrumento de injuria pero eso es de risa porque los indios son de la India, lugar no definido por completo y que genéricamente los europeos llamaban “Las Indias”. El Buen Cristóbal Colón, como muchos otros intentaba encontrar una ruta diversa a la ordinaria para llegar a las Indias pero literalmente se topó con lo que hoy llamamos América y allí comenzaron las confusiones y los errores pues llamo a este continente “Las Indias”. Al darse cuenta de que esto no era así, llamaron a este continente “Las Indias Occidentales”, en contraposición de “Las Indias Orientales”. De allí quedo la malsana costumbre de llamarnos “Indios”. Por si esto no fuera poco, a los indios de la India se les cambio el gentilicio y se les llama ahora hindúes para justificar que se nos llame indios con su carga peyorativa. Como todo este lio de errores es inaceptable, amablemente debe rechazarse so pena de que sigamos aceptando ser tratados de manera indebida.    

En mi caso particular, soy descendiente de los pueblos originarios. Mi apellido Míaz, es una deformación de Miac, de origen Náhuatl. Por azares de la vida perdió su forma original y su significado “Mucho”. A veces pienso en mi nombre y, hallo que es harto desproporcionado: Víctor Hugo Míaz Serrano. Víctor significa “Vencedor”, Hugo,  “Inteligente”, Miac, “Mucho” y Serrano, que proviene de la sierra. Vaya ser humano superior en el nombre. Sin embargo, es cosa de mis padres, gracias a Satanás, estudié formalmente filosofía y, ahora sigo mis estudios de manera personal y hallo que únicamente soy un ser humano, no mas pero no menos. E ¿indígena?, claro, como todos. ¿Indio?, no, mexicano.


domingo, 5 de noviembre de 2017

LA CAÍDA DE TENOCHTITLAN; LOS TLAXCALTECAS, LOS VERDADEROS VENCEDORES




La conquista del imperio azteca se pierde en el tiempo y, ni al gobierno, a los estudiosos, historiadores  ni al pueblo les importa la verdad. Y, ¿Por qué debe importarnos la verdad?, por la simple y llana razón de ser esta donde se debe edificar y no en la ideología ni en las mentiras. Para la dominación de un pueblo se debe quitarse la calidad de personas dignas a los individuos a través de la ideología de superioridad, apuntaladas por la religión. Todo derecho divino es superior por sobre todo derecho natural y positivo. He ahí la base de los prejuicios y de las ideologías de dominación.

Bien, debemos atenernos a lo que Hernán Cortés nos narra en sus “Cartas de Relación”, específicamente en la llamada Tercera. No es fácil pero tampoco imposible saber un rango de españoles, de tlaxcaltecas, cholultecas, huejotzincas, chalcas y demás aliados que inicialmente fueron a la guerra contra los aztecas y aliados. No se vaya a creer que los escasos españoles podían vencer solos a los mexicas por muy valientes que fueran los primeros.

Cortés narra que, el 28 de abril de 1521, hizo un recuento de los españoles que lo acompañaban a la guerra contra Tenochtitlan. Este es el resultado, 86 de a caballo, 118 ballesteros y escopeteros y 700 y tantos peones de espada y rodela. Como se verá  más o menos 904 españoles eran una fuerza insignificante para conquistar un imperio del tamaño y calidad del azteca. Imaginen a los caballeros tigre y águila que estaban acostumbrados a pelear a muerte su iban a estar intimidados, máxime que en ello les iban sus dominio y por si esto fuera poco, la vida misma y, a los sobrevivientes la forma de esta.

Ahora bien, sabemos por la historia de los religiosos que vinieron a México y por la historia de México que es inequívoca sobre el valor y calidad de los caballeros tigre y águila. Los primeros nos dice Fray Bernardino de Sahagún, tenían como obligación tomar cautivos hasta diez guerreros cuextecatl pero si querían llegar a ser caballeros águila deberían tomar como prisioneros hasta “…cinco de Atlixco, o de Huexotzinco, o de Tlihuitepec”[1].

En efecto, los mexicas no habrían podido conquistar todos los pueblos en tan grande territorio si no hubieran sido guerreros de primera línea mundial. A esto súmesele que ya para ese momento se habían dado plena cuenta que los españoles eran seres humanos comunes y corrientes y no seres divinos. Torcer la realidad no tiene otro fin que llenar de vanidad a los españoles y, de negar la calidad humana a los mexicas y pueblos naturales de lo que ahora llamamos México.

Bien, pasemos a ver y saber lo que el propio Cortés como los verdaderos vencedores de los Mexicas lo fueron los tlaxcaltecas, los huejotzincas, cholultecas, chalcas en un inicio y después todos los demás pueblos que se van sumando a este ejército. Es de esperar que a los historiadores tradicionales no les guste la verdad pero precisamente esa es mi vocación como filósofo.

Para el 20 de mayo de 1521, estando en Texcoco, las cifras han variado, aunque no de manera significativa. Se hacen los preparativos finales para iniciar el asedio de la ciudad de Tenochtitlán. En este punto los diversos autores de la historia que nos ocupa no se ponen de acuerdo pero aquí, seguiremos a Cortés.

Hice capitán de una guarnición, para usar sus términos, a Pedro de Alvarado “…y dile treinta de caballo, y diez y ocho ballesteros y escopeteros, y 150 peones de espada y rodela, y más de veinte y cinco mil hombres de guerra de los de tascaltecal, y éstos habían de asentar su real en la ciudad de Tacuba”[2].

“De la otra guarnición hice capitán a Cristóbal de Olid, al cual di treinta y tres de caballo, y diez y ocho ballesteros y escopeteros, y ciento sesenta peones de espada y rodela, y más de veinte mil hombres de guerra de nuestros amigos, y éstos habían de asentar su real en la ciudad de Cuyoacán[3].

“De la otra tercera guarnición hice capitán a Gonzalo de Sandoval, alguacil mayor, y dile veinte y cuatro de caballo, y cuatro escopeteros y trece ballesteros, y ciento y cincuenta peones de espada y rodela; los cincuenta de ellos, mancebos, que yo traía en mi compañía, y toda la gente de Guajucingo y Crururtecal y Calco, que había más de treinta mil hombres; y éstos habían de ir por la ciudad de Iztapalapa a destruirla,…”[4].

“Para los trece bergantines con que yo había de entrar por la laguna, deje trescientos hombres; todos los mas, gente de mar y bien diestra; de manera que en cada bergantín iban veinte y cinco españoles, y cada fusta lleva su capitán y veedor y seis ballesteros y escopeteros“[5].

En suma este era el ejército dispuesto para el asedio inicial de la ciudad de Tenochtitlan y que pronto se iba incrementar a medida que iban avanzando las tres guarniciones. Ahora bien, haciendo la suma de todos los españoles que nombra Cortés, se tiene un total de 902 españoles. En efecto, aunque hay discrepancias entre los diversos historiadores los españoles no llegan siquiera a 1000.

Pero a esto hay que sumarle los aproximadamente 50,000 tlaxcaltecas, y los 30,000 de Huejotzingo, Cholula, Chalco y demás aliados. Estos conformaron la verdadera fuerza que hizo posible la caída del imperio azteca. Cortés y los españoles sin duda alguna fueron muy valientes y muy buenos al liderar a estas fuerzas contra el imperio pero no los verdaderos conquistadores pero si beneficiarios de la victoria sobre los mexicas. Lo demás es historia por corregir.

El imperio azteca se fue agrandando a fuerza de conquistas implacables sobre pueblos diversos que al igual que las polis griegas querían a toda costa su independencia. Dos pueblos no habían podido doblegar los mexicas, a los tlaxcaltecas y, a los michoacanos. Si tomamos en cuenta que los tlaxcaltecas eran del mismo tronco que los aztecas y, eran tan temibles como a los propios mexicas ya se puede adivinar el resultado de la alianza con los españoles.

La unidad del imperio mexica era artificial, no había una verdadera solidaridad entre los pueblos sojuzgados para con los aztecas y, el odio que habían hecho nacer palpitaba constantemente, únicamente hacía falta un catalizador para explotar. Y, explotó y, prácticamente todos los pueblos bajo el yugo azteca se les fueron a la yugular e hicieron mil pedazos al imperio para gradualmente, dar paso al final el surgimiento de una nación: la mexicana.  




[1] De Sahagún, Fray Bernardino. Historia General de las cosas de la Nueva España.
México, 2006, Editorial Porrúa, Sepan…Cuantos. Pág. 461.
[2] Cortés, Hernán. Cartas de Relación.
México, 2005, Editorial Porrúa. “Sepan cuantos…”. Página 165.
[3] Ibídem
[4] Ibídem
[5] Ibídem

LA VIDA ENTRE LA LÓGICA Y LA PARADOJA



La vida, nuestra vida no es lógica y que bueno, es siempre paradójica, porque nuestra moral nos indica el camino a seguir pero la tiranía de los impulsos primarios nos guían y llevan por otros caminos; eso sí, maquillados con la sutileza de una suave picardía o sensualidad. De allí nos vienen muchos desencuentros y que llamamos “Doble moral”, y, que en muchas ocasiones nos llevan a ser objetos de valoración pues, sabemos de nuestras debilidades y de la existencia de valores.



PERSONALIDAD



Persona proviene del griego y significa “Sonar a través de”. De allí se derivan las palabras personaje, personalidad y que significan el papel que se desempeña, de común de forma artificial y que no tiene que ver con el ser. Tal o cual persona o tal o cual gremio se nos puede presentar con determinada personalidad pero en su actuación vemos el verdadero ser que puede ir de la mano con la personalidad o no; generalmente no casan, son disímbolos.

Es muy común que, los abogados tengan la personalidad muy formal y, den la impresión de madurez, de firmeza, de saber, de control pero únicamente su actuación en el foro (De allí forense), no dará la respuesta de su personalidad. Es muy interesante4 que el Derecho haya adoptado las palabras “actor”, “personalidad” “acción” entre otras porque definen que, ante los órganos jurisdiccionales se actúa, se apersonan las partes y accionan entre otras conductas.

Consecuencia de la actuación genérica sabemos que el actor no está presentando su verdadero ser sino representando, a menudo, un personaje ficticio. En Derecho, la consecuencia es la misma pero quizá más dramática porque se actúa no para hallar la verdad sino para ganar una determinada Litis. Por ello, hay un abismo infranqueable entre la verdad real y la verdad jurídica. De allí nos viene la desconfianza en la práctica jurídica pero que al fin es inevitable.


Ahora bien, no hay que confundir la personalidad jurídica que es un conjunto de derechos y obligaciones que se acreditan ante los tribunales y la personalidad particular que tiene cada persona pues la primera es presupuesto y requisito jurídico inevitable y, la segunda una necesidad para actuar ante el mundo. Pues la vida es mucho más de actuar que de ser. Mas forma que fondo.


viernes, 3 de noviembre de 2017

EL MITO DEL LABERINTO




Los griegos y, en especial los atenienses se explicaron cómo veían a los cretenses en un contraste ideológico entre los atenienses con su pensamiento filosófico y los cretenses, rudos, ásperos, en suma bárbaros. El sacrificio de jóvenes cada nueve años era la cima de esta barbarie, de la cual los salvó Teseo.

En México estamos en el mismo laberinto que pide el sacrificio del pueblo cada seis años. La corrupción yace en un laberinto oscuro e intrincado, donde cualquier deseo de matar al Minotauro de la corrupción es acallado con el terror, el intento de castigar a los corruptos se convierte en una sentencia inapelable; tal y como la hemos visto con Santiago Nieto. No fue el Teseo que matara al Minotauro y francamente no se ve un héroe que pueda acabar con este lamentable estado. ¿Quién o quienes, hará o harán, el personaje de Ariadna?. Conducir al pueblo fuera del laberinto es lo primordial.

Los mitos son formas de explicarse el mundo y, en nuestro caso, no debemos esperar que una sola persona termine con el Minotauro de la corrupción mexicana sino que, el porcentaje suficiente de ciudadanos debe actuar apoyando a los políticos que en realidad estén dispuestos a cambiar este régimen podrido, desde el presidente de la república en turno hasta el más modesto presidente municipal. La tarea es gigantesca pero no imposible.

Ejemplos de cambios radicales nos los han dado los espartanos con las leyes de Licurgo, los atenienses con su democracia y, los mexicas con su forma de gobierno ordenado y con pocos delitos cometidos. La política no se puede hacer con una receta de farmacia ni de cocina sino con el cambio de forma de pensar y de actuar del pueblo, de donde emanan los políticos y de un estricto control de los gobernantes. Y, eso es tarea del pueblo en general.




miércoles, 1 de noviembre de 2017

COMO MEXICANOS




Me pregunta mi escudero ¿por qué vivimos de manera tan austera pudiendo tener riquezas?., lo miró con asombro, le digo que somos entre los hombres los más ricos; si bien no tenemos cosas materiales, tenemos una vida digna. Me enseña sus costillas, le digo que a pesar de todo no ha muerto. Te puedes ir cuando gustes, le digo fríamente. Le tengo que arrancar la idea de los bienes materiales o morir en el intento.

Me pregunta si debemos vivir como espartanos, le digo que no, eso es impensable, nosotros somos mexicanos. Se ríe. Saco el mezcal. No es bueno vivir solo en guerra. Tenemos el arte, la filosofía, los valores y a los otros, nuestros hermanos.

Caminamos un poco, y me dice si algún día descansaremos, le digo que sí, mientras le señalo el panteón. Esa es nuestra gloria: una placa, "Aquí yacen obedientes a la nación mexicana". Mueve la cabeza.



lunes, 30 de octubre de 2017

JOVEN E IDEALISTA




Cuando era joven e idealista me imaginaba que al leer a los clásicos o, a los grandes pensadores, estaba devorando lo mejor entre lo mejor. Con el paso del tiempo caí en la cuenta de estar comiendo bagazo; hacia un siglo o como veinticuatro que las generaciones se habían alimentado de la médula y todo lo que quedaba era roer un hueso descarnado.

¡Ay de mí, y tres veces ay de mí!, he pecado sin intención pero da lo mismo. ¿Cuántas veces tendré que expiar mis culpas?. Imagino que me he vuelto un viejo gruñón que destila su veneno en el arcano encanto del "saber" para no morir de hastío.

¿Cómo puede tomar por una tragedia la comicidad de mi vida?. No hay remedio más que volverse cínico a la manera de Diógenes para por lo menos ensuciar todo lo posible hasta que alguien tenga el tino de entender y llorar por ese drama.

Ya estoy viejo, demasiado viejo como el polvo de ideas. Ideas viejas que me han sido heredadas como una maldición que tengo que repetir. Saber, sintonía. Saber, sintonía. Creo que estoy desintonizado para entender la verdad. Quiero dormir un poco para que mi yo se pierda y mi subconsciente tome el control como un piloto que haya una barca a la deriva.

Me gustaba ser joven e idealista; hoy detesto la falta de un incentivo del "soma", huxleano para seguir un minuto más en esta sintonía. Dios o Diablo o simple realidad ¡Qué más da!. Todo se derrumba o se pudre y, yo estoy en el límite de mi ebullición como un cerdo sacrificado en el altar de la alimentación, de la vida diaria.

Mis pies se niegan a seguir la senda y mi cerebro hierve como la piedra de cal con tanta fuerza que mucho me temo reventar en plena acción, en una comunión sin descarte, sin la absurda forma de ser.

Tengo un "hoy", que puedo cambiar por un mañana y un pasado inerte como una piel serpiente vacía pero significativa de una nueva vida. En fin, estoy viejo, demasiado para llorar siquiera por una pequeña inconveniencia. He visto el mañana y es igual al hoy.

Estoy desintonizado, viejo es la palabra. Las calles son demasiado oscuras para ser entendidas por mi. Tengo que mirar a través de las viejas cortinas el nuevo amanecer, las nuevas caras del vecindario. Mi psiquiatra trataría esto como una señal de suicido. No hay tal; únicamente estoy vaciando mi mente como quien vacía el depósito de agua o el viejo refrigerador. Ojala esto pudiera cambiar pero el tren no se detiene nunca.



domingo, 29 de octubre de 2017

ELECCIONES 2018 ENTRE DOS OPCIONES: EL CONTINUISMO O UN NUEVO ESTADO



El gobierno de Enrique Peña Nieto, el Partido Revolucionario Institucional, el Partido Acción Nacional más sus cómplices tratan de hacer ver las elecciones presidenciales de 2018 como una meta, de la oposición, en un solo hombre, su enemigo político, Andrés Manuel López Obrador. Para ello presentan un contraste maniqueista. Una secta que mantenía que existían dos principios, uno bueno y, el otro malo.

Evidentemente el principio malo es atribuido por Peña Nieto y secuaces, a López Obrador y, el principio bueno a ellos mismos. Esta es la base de la actual política. Del principio bueno se dice todo lo que es bueno, lo que parece bueno y se hace de lo malo bueno a través de la retórica hueca, vacía. No hace mucho Osorio Chong sostuvo que esta época es de las de mayor paz en quince años. Claro la verdad es otra. Peña Nieto y cualquiera de sus seguidores mantienen que estamos mejor que antes y, anuncian que el Edén está cerca, muy cerca. No hay día que no ponderen bien y hasta, de manera fantástica las reformas privatizadoras. No hay tal. Las grandes trasnacionales no les importa, el bienestar social sino las ganancias. Seria de locura que las empresas privadas tuvieran como fin el bienestar del pueblo.

Este principio bueno, no lo es tal, es sabida públicamente la corrupción no solo de Peña Nieto sino de todo su gobierno y delos dos restantes niveles. El final se acerca rápidamente de esta administración, francamente nefasta, criminal y corrupta, sin que se vea como pudiera cambiar para bien; lo único bueno es que se acaba. Quiso gobernar Peña Nieto con apariencias y la realidad brutal tomó su lugar sin concesiones. Se erigió el mismo como “El Salvador de México”, y los incautos se lo creyeron. Peña Nieto con toda su natural crapulencia e ignorancia echo, como se dice vulgarmente, toda la carne al asador y no le funcionó. Ya no le queda ninguna cosa, ninguna acción, ninguna reforma que ofrecer sino el discurso torcido de que todo va bien.  

En el fondo, en las elecciones del 2018, se va a estar decidiendo, si se sigue implementando y profundizando el Neoliberalismo a través de las privatizaciones o se cambia a lo menos del sistema político y, en su caso del rumbo económico. No es la última oportunidad de Andrés Manuel para llegar a la presidencia de la republica sino de que, se inicie el camino hacia el campo santo para enterrar de una vez por todas el régimen priista actual; este sistema que durante los dos sexenios panistas no solo no disminuyeron sus fuerzas sino que infectó a los demás partidos con su veneno de corrupción, incluyendo al PAN. No es casual que este partido de ultraderecha este dividido con una clara tendencia de una buena parte del mismo con evidente colaboracionismo con el PRI. El priismo esta con una pata viva y bien viva pero con el resto del cuerpo ya en el sarcófago.

Ahora bien, López Obrador podrá o no ganar esta contienda de manera personal pero la verdadera y más importante batalla será la que los ciudadanos den para enterrar este régimen e iniciar otro, donde la democracia se imponga para empezar a desterrar la injusticia, la corrupción, la inseguridad pública entre otros rubros igual de importantes en lo negativo y, en lo positivo iniciar la construcción de un nuevo estado muy distinto al actual que permita la reconstrucción del llamado tejido social. Un nuevo estado donde se logre la explotación racional de los recursos naturales, minerales, petroleros y de toda índole. En la prestación de servicios y bienes debe seguir la misma racionalidad.


En efecto, están dos posiciones antagónicas frente a frente, donde no se debe perder de vista que esta lucha no es de caudillos sino del pueblo contra el actual régimen y, no es que se quiera acabar con el mismo por puro capricho o sed de venganza sino que, ya dio lo poco bueno y todo lo malo que nos ha traído a este lamentable estado de postración. Con el continuismo de este régimen se asegura la profundización de la corrupción pues ahora ya son más los partidos corruptos que quieren rapiñar lo público. El colaboracionismo del PAN con el PRI hace más difícil la lucha pero eso no debe ser obstáculo para llegar con toda la fuerza posible.


LAS TRADICIONES COMO OBSTÁCULOS




El régimen priista del tipo Presidencial nunca tuvo como fin el valor justicia sino el control social para mantenerse el mayor tiempo posible en el poder político. Es cierto que las cosas o los regímenes no son para siempre, no son eternos si arruinan con su corrupción generaciones y vidas enteras.

Las tradiciones pueden ayudar positivamente a la identidad nacional, a la conservación de valores, a la unidad nacional pero también pueden ser obstáculos para que no se pierda de vista la putrefacción de un gobierno, de un régimen o del Estado en su conjunto.

Los espartanos eran muy religiosos y, no iban a la guerra en tiempos de sus ritos religiosos; les parecía el sacrilegio mayor destinar a cosas mundanas los tiempos de adoración a sus dioses y fueron incapaces de volverse flexibles y, eso los llevo a la ruina.

El Estado mexicano tiene un calendario lleno de días festivos oficiales que se ve enormemente aumentado con los días festivos religiosos y los días de festejos sociales. en lugar de disminuir las fechas festivas se han aumentado de manera artificial y arbitraria en el nombre del consumismo.

Los festejos de la independencia solían ser exclusivamente los días 15 y 16 de septiembre de cada año; hoy, se pone todo el mes para su festejo aunque no de manera oficial. Así pasa con el 14 de febrero, el día de la madre, el día del niño y con toda fecha significativa se le atribuye todo el mes correspondiente.

No importa que desgracia natural o humana ocurra en estas circunstancias; los festejos diluyen los efectos nocivos de las desgracias porque difícilmente no se tiene una fecha festiva o, en su caso otra desgracia que le resta importancia al anterior.


El centro geográfico, político y económico de México está siempre en perpetua festividad y, para los gobernantes eso es maravillosos. Los romanos dirían que estos es un pan y circo mixto, una parte lo pone el gobierno y otra el pueblo. Tantas fechas festivas sirven para in control social. Contrario a lo que dice Octavio Paz que el mexicano grita en un momento durante los festejos de independencia, para callar todo el año, no vio claramente que, el pueblo no únicamente grita sino que baila, canta, ríe, llora y se extravía en un bien estructurado calendario festivo. Al mexicano tipo le ofende más que se le critiquen sus extravíos, sus errores que se le violen sus derechos en cualquiera de sus formas, aun las más atroces.


sábado, 28 de octubre de 2017

RECONOCER O NO LA INDEPENDENCIA DE CATALUÑA



El reconocer o no la independencia de Cataluña no debe ser una potestad del gobierno mexicano sino del pueblo en general. Como buen lacayo Peña Nieto ya se pronunció por no reconocer la independencia de Cataluña. Siendo Peña Nieto un mandatario, es decir, un empleado del pueblo mexicano por mandato constitucional y, siendo el pueblo el soberano, debe preguntar qué hacer al respecto.

Es una anomalía excesiva que, los empleados del pueblo que son los que trabajan en el gobierno, empezando por Peña Nieto, por propia voluntad hagan y digan lo que se les ocurre sin ninguna responsabilidad. Eso debe cambiar radicalmente.



EL CENTRO DE LA VIDA



La vida pocas veces se ha tenido su centro en la vida misma. En el inicio se empeñó en el mito, después en las religiones politeístas, para seguir con el monoteísmo; esto son dejar del todo los mitos. Se podría pensar que, con la llegada de la ciencia los seres humanos se iban a liberar de por lo menos los mitos; no, por el contrario, se sumó que, los seres humanos empeñamos nuestra vida a lo económico y todo se ha complicado aún más

La nueva religión es la acumulación de riqueza de manera interminable. No es de extrañar que las relaciones humanas se hayan deteriorado y los mismos seres humanos nos hayamos convertido en mercancías. Claro no todo está perdido; pero, así están las circunstancias.

Calificamos a la Edad Media como una época de oscurantismo; es una ironía que, en esta era, habiendo mucha luz, mucho más que en el "Siglo de las Luces", haya una miopía general de estar siendo usada la mayoría de los pueblos como cosas, como masa para ser explotada y dirigida para el mero consumo. Era menester desviar la mirada de los seres humanos de su objetivo de ser humanos, era preciso cegarlos, engañarlos, volverlos miopes a lo menos a través de la ideología del consumo. No hace falta el “soma”, huxleano ni “El Gran Hermano”, el software ha sido implementado en nuestras cabezas a través de la publicidad. Algo tan, aparentemente, inofensivo pero además legal.

El centro de la vida debe estar en el centro de la misma, sin necesidad de tener cosas ni siquiera poseerlas. Es rara la sensación de vivir, de tener consciencia de vivir tal y como los demás seres. Seria extraordinario que la gente sintiera la vida como una fiera mirando la noche estrellada con plena consciencia de su ser, de su ronroneo y de su risa larga y abierta.

jueves, 26 de octubre de 2017

DOS SERES UNA SOLA FORMA




Enrique Peña Nieto, como gobernante me recuerda a Darío III que en todos los enfrentamientos contra Alejandro el Grande ponía pies en polvorosa. En la batalla de Issos, teniendo superioridad contra los griegos, al ver durante la refriega que la derrota era inminente se dio a la fuga, dejando a su madre y, a su esposa con toda la familia, misma que cayó en manos de Alejandro. Ambos ejércitos se volvieron a enfrentar en Gaugamela, teniendo los persas una superioridad de aproximadamente cinco a uno; unos 250,000 persas contra unos 45,000 griegos y, el resultado se repitió, el ejército de Alejandro Magno superó a sus enemigos y, al ver que la derrota era inevitable Darío III, volvió a huir. Tiempo después sus propios hombres lo mataron.

Peña Nieto en cada batalla; desde las mínimas como en la Universidad Iberoamericana, hasta las grandes como regular a las grandes trasnacionales, pasando por su propia corrupción de la Casa Blanca, siempre huye. Deja que otros asuman el mando del gobierno para tratar de solucionar problemas grandes o pequeños.

Claro, para gobernar se necesita estar bien capacitado tanto de cuerpo y mente, pues en caso contrario tal como Darío III perdió su imperio, Peña Nieto ha perdido la riqueza nacional ante la embestida de las trasnacionales, de la delincuencia organizada y la corrupción de sus propios cómplices; esto, aunque nos diga todos los días lo contrario.

Darío III, el último rey de la dinastía Aqueménida y Enrique Peña Nieto el último de la dinastía de Atlacomulco, son dos seres aparentemente tan diferentes en dos lugares y tiempos distantes pero son esencialmente una misma forma del fracaso evidente.


LAS CREENCIAS COMO LEYES




Lo que les da calidad de leyes a las creencias no son su verdad o su verificación fáctica sino su número de fanáticos. Una idea no tendrá fuerza si únicamente una persona cree en ella o unas pocas pero, si la creen miles tomará tal fuerza que incluso si es absurda se vestirá de verdad y hasta de sagrada.

El caso de Galileo Galilei es ejemplar, él sabía que, con su teoría geocéntrica, se podía justificar y verificar el movimiento de los planetas pero el mundo no estaba preparado para tal revolución científica prefería seguir pensando en que la tierra era plana y que era el centro del sistema planetario porque lo mandaba la Santa Madre Iglesia. Todo lo que se pensara de manera diferente era herejía aunque después se descubriera que era una patraña.

Si una persona sabe la verdad pero esta verdad va contra lo ya establecido se le ve como una persona loca pero si además actúa en consecuencia se convierte en criminal o en delincuente. No importa si sabe la verdad, si tiene la verdad porque las creencias de la mayoría son atacadas y, se tienen por sagradas y hay fiscales vigilantes al estilo de Torquemada que incitan al pueblo a vengarse de los herejes.

Pero, ¿se debe cambiar de ideas o de actitud por el hecho de lo que creen las mayorías?. La libertad de culto no más que la barbarie revestida de legalidad, de racionalidad… como un mal necesario.

Ya Nezahualcóyotl, les decía a sus hijos que como gobernantes observaran los ritos del pueblo pero que en privado los repudiaran por ser falsos.




domingo, 22 de octubre de 2017

LA CORRUPCIÓN DE ENRIQUE PEÑA NIETO



El señor presidente de la república es mendaz y lerdo, se queja un día sí y otro también del pueblo que, le atribuye a su corrupción, la corrupción presidencial el mal mayor: y, él, lo niega torpemente; logrando únicamente enredarse y hundirse en su propio fango. No hay forma ya de que se salve de vivir toda su vida en la ignominia; eso sí, rodeado de sirvientes del Estado Mayor presidencial y con una pensión vitalicia que le recordará que es un zángano; vivirá del trabajo ajeno sin merecimiento.  

Es claro que, no todo mal tiene como causa, la corrupción pero no estamos hablando de la corrupción que no le corresponde al señor presidente sino la que si le corresponde sin lugar a dudas. La lista de sus actos de corrupción es larga y, seria ocioso tratar siquiera de enumerarla, siendo de conocimiento público.  No obstante, se queja amargamente.

La última corrupción de Peña Nieto hasta el momento pues no cabe duda que se retirará haciendo su último acto de corrupción para quedar impune. Precisamente haber manipulado el despido de Santiago Nieto le permite seguir pavimentando su camino de impunidad. Si hubiera justicia en México Peña Nieto debería ir a la cárcel tan luego dejara el cargo. Aun así, el señor presidente es demasiado pretencioso, demasiado lerdo y demasiado corrupto para poder sortear los frutos de su misa corrupción.

Peña Nieto sabe que no engaña a ninguna persona con tres dedos de frente respecto de su corrupción. No importa su actitud, sus discursos huecos, sus estadistas y toda su parafernalia. La vida no puede tratarse de esta forma tan desaseada y chata. La vida está por debajo de lo meramente material y eso lo sabe el pueblo que ve cómo el gobierno de Peña Nieto se va creando las condiciones para las desapariciones forzadas, las masacres, la creación de más pobres sin importar lo que digan sus estadísticas manipuladas y, en medio de todo esto, un ejército gubernamental con sus tres niveles rapiñando lo público.

Peña Nieto se engaña si cree que en una república puede vivir como un noble de la Edad Media, sin que se le critique y señale su corrupción. Esta palabra “Corrupción”, es el sello distintivo e indeleble del gobierno de Peña Nieto y con ello vivirá el resto de su vida.


LA REFORMA POLITICA EN EL ESTADO MEXICANO





El Estado moderno mexicano murió con las reformas llamadas estructurales que no tienen otro fin que no sea la privatización de los bienes públicos. El actual Estado que llamo híper moderno, siguiendo a Gilles Lipovetsky, después de hacer el análisis de la nueva estructura orgánica e institucional, los nuevos elementos que determinantes de poder y las circunstancias del pueblo y territorio con sus nuevas relaciones jurídicas y de hecho; tiene menester un diseño acorde a esta nueva época de la historia.

Mientras no se haga una verdadera reforma en lo político el Estado mexicano se estará construyendo de facto sin tener una estructura orgánica, institucional y de todas las dependencias, fideicomisos y, organismos que lo componen y lo hacen funcionar de menara ineficiente con la tendencia efectiva de seguir permitiendo la corrupción como base de la funcionalidad del gobierno y como incentivo para que la iniciativa privada participe en lo público; principalmente en las obras publicas. 

La reforma política debe tener como objetivo cortar de tajo la corrupción gubernamental y, hacer efectivo el juramento constitucional “…de hacer cumplir la constitución y las leyes que de ella se deriven y si no que el pueblo me lo demande”. Este juramento que, en la actualidad es un rito sin sentido, porque no hay forma de hacer que, los funcionarios corruptos paguen sus delitos de manera ejemplar, es posible hacerlo realidad pero hace falta una reforma política que lo permita.

Se dice que, Licurgo, un espartano, se dio a la tarea de recopilar lo mejor de las leyes de las ciudades-Estado griegas e implemento el imperio de las leyes en Esparta, de allí surgió el poder de este pueblo. Tenían una diarquía (Dos reyes), que al terminar su administración, amos, eran llevados a juicio para que respondieran sobre el manejo de lo público y, en caso de obtener sentencia a favor eran condenados al ostracismo. No se permitía que ningún ser humano por más poderoso que fuera pudiera estar por encima de la ley. El ejemplo de estar bajo el imperio de la ley, nos lo dan Leónidas y los trescientos que, tenían como mandato defender la Termopilas; los demás se podían retirar no los espartanos. Por ello, su epitafio es:

Ὦ ξεῖν’, ἀγγέλλειν Λακεδαιμονίοις ὅτι τῇδε
κείμεθα, τοῖς κείνων ῥήμασι πειθόμενοι

“Oh, extranjero, informa  a Esparta que aquí yacemos todavía obedientes a sus órdenes”.

Los espartanos no permitían la desobediencia a las leyes y, las consecuencias eran ejemplares, sin importar el rango de nobleza que se ostentara. Aquí está el verdadero antecedente del juramento que hacen los funcionarios públicos mexicanos pero que burlan impunemente.

Los atenienses no permitían que un ciudadano adquiriera poder por sobre los demás y, en caso de que esto pasara, sin importar los méritos era condenado el ostracismo; esto se hacía cada año; tal es el caso de Temístocles el héroe de Artemisio y Salamina que comando la flota griega y, el verdadero estratega de la guerra contra Persia. Después  de la guerra contra los persas fue condenado al ostracismo sin importar que hubiera sido el mejor de todos los griegos en los momentos más álgidos de la guerra.

Entre los aztecas, los nobles estaban obligados a ser virtuosos, no podían dar mal ejemplo; en caso de no observar con rigor las leyes eran, amonestados, rapados, se le confiscaban sus bienes, se le condenaba al ostracismo y en caso de reincidir se le condenaba a muerte. Se les hacía imperdonable que los nobles fuera cobardes, mentirosos, flojos, que los jueces impartieran justicia torcida; la sentencia era la muerte y, esta se aplicaba de manera inmediata y de forma que hoy podríamos considerar cruel.

Claro, los tiempos han cambiado radicalmente hasta la decadencia; la nación mexicana tiene 496 años de liberase de la corrupción traída por los españoles. 289 desde la caída de Tenochtitlan. 207 años desde el inicio de la independencia. 196 años desde la independencia. 107 años desde el inicio de la revolución. 17 desde que el Partido Revolucionario Institucional perdió la presidencia de la república por primera vez. 5 años desde que el partido oficial regreso al poder federal. Y, se pueden hacer más etapas y sub etapas en que se ha tratado de terminar con la corrupción, con las injusticias y todo lo que no permite la democracia.

Con todo, se puede observar que los términos de tiranía, dictadura y totalitarismo se han ido acortando significativamente y, que la imposición de la democracia no es una utopía; es posible terminar con el régimen priista e imponer la voluntad del pueblo. Esto no es simple ideología pues hasta a los ricos les conviene que se imponga la democracia so pena de que esto lleve a la anarquía o se profundice la descomposición social con todas sus malas consecuencias.    


Hace falta un cambio radical de forma de pensar y de actuar, no tengo duda que hay muchas personas virtuosas y, aun creo que es el sistema político el que no solo permite sino obliga a la corrupción; es menester terminar este sistema político corrupto para poder iniciar un nuevo derrotero. Hace falta una reforma profunda en lo político pues sin esta no será posible terminar con la corrupción y esta es tarea de todo el pueblo en general y no de un partido ni de una facción ni siquiera de la clase política, misma que es incapaz de curar su propia corrupción; no, el remedio debe venir del pueblo y, este tiene, en su caso, la palabra y la acción.


sábado, 21 de octubre de 2017

LIBERTAD DE CULTO




Lo que se llama "Libertad de culto", no es otra cosa que una condición que exigen los teólogos y que, astutamente conceden los que gobiernan. Toda religión es impuesta por la fuerza, por el derramamiento de sangre y por la campaña ideológica permanente de ser una determinada religión, "la única y verdadera".

Sin la imposición violenta las religiones no tendrían el éxito que tienen. Se trata de tener a los seres humanos en la ignorancia, en la superstición al punto de que, no importan los grados académicos o el saber científico logrado, se seguirá creyendo en las divinidades.

Si hubiera libertad de culto se permitiría a los niños crecer sin religión y que, cuando estuvieran ya aptos para discernir (alrededor de los veinte años), se les presentaran diversas opciones para que escogieran que tipo de religión quieren profesar y, en su caso, no profesar alguna. A sabiendas de que, perderían el negocio los religiosos evitan llegar a esta práctica por todos los medios.

 Es indignante ver como esa misión de moldear e inculcar miedos, prejuicios, ideas torcidas ha recaído en los padres de familia; son los propios padres quienes sacrifican a sus hijos en el altar de la irracionalidad. Todo sistema teológico tiene como fin el de avergonzar al ser humano, volverlo indigno y pecador; y, esa misión fue trasladada como obligación a los padres, a los mayores, a los abuelos, tíos y toda la comunidad. Un sistema cerrado que vigila día y, noche y en todo lugar.


Es una monstruosidad ver como los propios padres preparan a sus hijos para servir a los sacerdotes, para ser humillados, para ser violados, mal tratados y, hacerlos sentir que esta vida sin la salvación que ellos proponen no vale la pena. Las monstruosas conductas delictivas que cometen los sacerdotes no son punibles por el enorme poder eclesiástico pero si los teólogos son culpables sin castigo de estos delitos los padres no tienen menos responsabilidad en ello. Toda libertad de culto no es más que una ilusión envenenada con apariencias de verdad, de divinidad, de libertad.  ¿Dónde está esa libertad que tanto ponderan?.


sábado, 14 de octubre de 2017

EL PUEBLO CONSCIENTE Y ORGANIZADO




Nos han metido en la cabeza que para ser importante es necesario tener cosas pero se sabe con certeza que, para ser importante se debe tener un fin en la vida y que, el ser únicamente se aumenta con el desarrollo pleno del ser y que las cosas materiales no aumentan un ápice al ser. He visto en una pared escrito: “Burros de oro”, en la casa de ciertos ricos y, si bien la metáfora es ofensiva es certera; son ricos que nadan entre cosas pero que, ignoran la cultura elevada, la ciencia, la filosofía más elemental, el humanismo general y todo aquello que apreciamos como valores o virtudes.  Se nos hace evidente que, una persona puede tener riquezas materiales pero aun con todo ello, seguir siendo un lerdo y caemos en la cuenta que, esa es, una chapuza humana. Al respecto como nos ha hecho reír el señor presidente al ver como de la envoltura impoluta salen cascadas de cascajo.

Los que manejan este sistema, políticos y ricos, se imaginan que están para señorear sobre el pueblo y este tiene la obligación de mandar sin rendir cuentas. Harán lo que sea sin ningún escrúpulo para seguir manteniendo este régimen, donde los ciudadanos están moldeados para consumir con el goce fugaz que proporcionan las cosas. Y, así quieren que sigan las cosas. Toda toma de consciencia es para el gobierno y cómplices anarquía, desorden, delincuencia y contra eso tienen una sola receta y medicina: la violencia del Estado en todas sus formas, La Ley del Garrote, la tortura, las desapariciones forzadas, la intimidación, las amenazas, las cárceles y campañas de desinformación.

Hay que diferenciar claramente entre gobierno y pueblo. El gobierno es quien tiene el poder político sin representar a los ciudadanos y mucho menos bien gobernarlos; el pueblo es el rebaño que tiene el gobierno para trasquilarlo cuando se le antoje. El gobierno es la fuente de la mayor corrupción y para justificarse, arrastra al pueblo hacia ese terreno fangoso. Así puede decir que todos somos corruptos.

El gobierno hace funcionar a su voluntad el Estado (Territorio, población y gobierno), con toda la corrupción a sabiendas que, las leye3s que el mismo gobierno ha puesto en vigencia son laxas y los órganos de impartición de justicia están de su lado, funcionando bajo la tutela del presidente de la república o de cada gobernador de los estados. Este es el mejor entramado para que los corruptos vivan a todo lujo y se hagan ricos de la noche a la mañana y con todo cinismo salir a declarar que esas riquezas han sido conseguidas con décadas de trabajo digno y transparente. El gobierno de corruptas y corruptos está bien organizado, bajo el imperio ni más ni menos que de la propia Constitución de la Republica. Ese es su escudo para que todo lo corrupto siga funcionando pues alegan legalidad a todas horas y se atrincheran en ese murallón de la norma suprema. Eso debe cambiar.

Lo que los ciudadanos deben hacer es organizarse en comités y debatir los problemas inmediatos, tomar acciones para solucionar los problemas concretos e ir avanzando, en círculos más amplios hasta que se discutan, se tomen acciones para solucionar los problemas nacionales como la corrupción de los políticos y de ahí en adelante no soltar el poder de decisión y no permitir más un gobierno meramente representativo en lo formal pero alejado del pueblo materialmente.  Eso es lo que realmente temen las corruptas y corruptos.

Las corruptas y corruptos, tanto del gobierno como de la iniciativa privada, han desatado una campaña de odio contra Andrés Manuel López Obrador y quienes los siguen pero no se trata de quitar a unos para poner a otro u otros; lo que debe cambiar es el régimen, un ser humano por muy buenas intenciones que enarbole va a fracasar en un sistema político corrupto, lleno de corruptas y corruptos. No se trata de un único ser humano se trata de que, el pueblo en verdad pase de pasivo a un ejército de ciudadanos organizados y activos que intervengan en las decisiones del gobierno imponiendo la democracia.

La organización del pueblo consciente es lo que en el fondo temen los gobernantes corruptos. Se les acabaría el negocio y, el negocio apenas empieza. Nuestra Carta Magna dice que México es una república representativa, democrática, laica y federal. Claro, la ley fundamental está mal y contienen errores garrafales pues los integrantes del pacto federal no pueden ser estados libres y soberanos, es una contradicción pues la soberanía le pertenece al pueblo y la ejerce la federación no los estados que han perdido toda libertad y soberanía pues únicamente hay una: la del pueblo en general.   


Por si esto fuera poco, la propia Carta Magna, reconoce que el pueblo es el soberano y que todo poder dimana del pueblo y, este únicamente da facultades, funciones o atribuciones a los funcionarios públicos pero jamás la cede porque la soberanía tiene dos atributos ser inalienable; es decir, ni el propio pueblo puede ceder, vender o traspasar su propia soberanía a ningún gobernante u órgano del mismo Estado; por otro lado, la soberanía popular es imprescriptible, es decir, su vigencia, su vigor no se desgasta por el transcurso del tiempo, esa soberanía sigue tan lozana sin importar el paso del tiempo. Por estas únicas razones, el pueblo debe organizarse, discutir y tener injerencia en el gobierno y cambiar de régimen gubernamental y, si no funciona, agotados los esfuerzos, corregir, modificar o volver a imponer otra forma de gobierno hasta lograr el mejor modelo de Estado con la mínima corrupción y la mayor virtud. Ya se ha hecho en el pasado y en el presente, esta no es una utopía. Ejemplos sobran.