martes, 16 de mayo de 2017

COMO EN LA EXPROPIACIÓN



Este momento histórico es demasiado importante para dejar que pase y solo ver los hechos y los actos contenidos en el mismo. Presenciar la muerte de un sistema político totalitario en donde un partido único de Estado, el Partido Revolucionario institucional se erigió como representante del todo siendo una parte y tornándose sombríamente en una dictadura despiadada, es un privilegio único en la vida. No se debe uno quedar como simple espectador sino ser parte de este momento. Por si esto fuera poco padecemos la crisis del cambio. Nace un nuevo estado, el hípermoderno. Dos hechos extraordinarios que ni en sueños vieron generaciones enteras hacia el pasado y que nunca verán las futuras generaciones.

Yo no se ustedes hermanos mexicanos pero tengo una sed insaciable de democracia, de libertad y aun a costa de mi propia vida no cejare nunca de combatir a la derecha y, a las cúpulas priistas que nos quieren mantener en este lamentable estado. Los priistas comunes y corrientes no son nuestros enemigos sino simples instrumentos de sus líderes que los manejan a través del engaño, del hambre, de la ignorancia y mil engañifas. Esos hermanos priistas que no se dan cuenta de ser rebaño de criminales corruptos deben ser atraídos hacia la democracia pues padecen igual el aumento del costo de la vida.

Vemos la expropiación como un acto heroico valioso y de provecho y lo fue; con todo, es la hora en que nosotros hagamos el supremo sacrificio de entregar a la patria y no únicamente a la patria en abstracto sino a nuestras familias, amigos, vecinos y demás mexicanos lo que tengamos para implantar la democracia en México. Un peso, unos centavos, un día, una hora, una idea y la práctica de la democracia aportada por millones será suficiente para decirles a los corruptos no más.


Nos han dejado libres y desnudos al privatizar todo lo que han podido y ese era nuestro destino. No podía ser de otra manera; sin embargo, tenemos a la mano lo más preciado la libertad. La libertad de decidir y cambiar este sistema por otro que se construya por el pueblo y para el pueblo. Ante la privatización corrupta de lo público está la voluntad inquebrantable de cambiar todo el sistema no solo de gobernantes sino el sistema político en su totalidad. ¿Qué significa la vida sin libertad?, poca cosa; si cosa. La hora de los ciudadanos ha llegado y solo se perderá si lo permitimos. Levántate y di no, la transformación de un pueblo puede empezar por una simple negativa. De mi parte, no va más.


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