La
Fiscalía General de la República, está siendo usada por Enrique Peña Nieto como
instrumento de la política. Hay una justicia a priori. Si a Javier Duarte lo
detuvieron y estaba con el su mujer, esta debió de haber sido detenida. Al no
haber sido puesta ante el Juez correspondiente para que se deslindaran
responsabilidades se tienen indicios de ser anómala la actuación de la Fiscalía.
Por si esto fuera poco, el gobierno mexicano ha manifestado públicamente que,
la esposa de Duarte no tiene investigación alguna. De los hechos y actuaciones
se desprende que la misma participó activamente, por lo menos, en algunos de
los actos ilícitos que se le imputan a su esposo.
Karine
Macías, por lo menos como esposa del ex gobernador tenía el poder de tener
injerencia en todo el ámbito de poder en Veracruz. Su libreta nos muestra su
pensamiento torcido respecto a las riquezas materiales que tenían a su disposición
desde el gobierno. Lo normal es que, si una persona es detenida y está en compañía
de otra u otras, esta o estas sean puestas a disposición para deslindar responsabilidades.
Y, ya comprobado que alguna persona no tiene responsabilidad alguna en la comisión
de algún delito se le pone en libertad bajo las reservas de ley hasta que se pone
fin a la indagatoria,
Al
parecer, el gobierno de México pactó la entrega de Duarte con el convenio de no
detener a su esposa. Por otro lado, poco ha hecho el gobierno mexicano por recuperar
el dinero público que Duarte se llevó. Todo es discursos triunfalistas sin
contenido real. Primero lo dejaron escapar para después hacer de Duarte un
instrumento de negociación política. Porque la corrupción del ex gobernador no
fue en el último tramo de su gobierno sino desde el inicio y, desde Peña Nieto
hasta el más modesto de los funcionarios de Veracruz, sabia de ello. La
ingenuidad no tienen cabida en la política y menos proviniendo los hechos y
actos del actual gobierno. No, a la justicia a priori sino justicia recta.
Lo
que en México se libra no es un simple cambio de gobernantes para que el
sistema político corrompido siga imperante y los políticos sigan beneficiándose
de la corrupción e impunidad; lo que está de por medio es la muerte del Estado
moderno y el surgimiento del Estado híper moderno. A la par, hay la necesidad
de dar sepultura al sistema político que fue impuesto por el Partido
Revolucionario Institucional por casi noventa años y que ha permeado a los demás
partidos y en especial, al Partido Acción Nacional que se empeña también en explotar
esa mina interminable de corrupción e impunidad. En consecuencia, es menester
la creación de un nuevo sistema político que vaya acorde a la nueva realidad.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario