Se
dice que para muestra un botón. Va el botón. El sistema económico mexicano está
diseñado para que los ciudadanos se entrampen y se mantengan siempre en constante
trabajo con la ilusión de algún día alcanzar bienestar económico. El fracaso
total. Por el contrario, las empresas y las trasnacionales están en el mejor
ambiente para triunfar bajo la protección del gobierno mexicano.
Si
una persona inicia una demanda mercantil ejecutando la acción cambiaria
directa, entonces los jueces, están facultados para exigir que las personas
exhiban su CURP y su Registro Federal de contribuyentes, para saber si son
prestamistas y en su caso, puedan regular los intereses moratorios a razón del
12% anual con el argumento de estar en el caso de usura. Por el contrario, si
empresas inician demandas mercantiles pueden pedir, dentro de las prestaciones,
intereses ordinarios, digamos del 86.4% más el Impuesto de Valor Agregado, el
108% de intereses moratorios más el Impuesto de Valor Agregado y por supuesto,
los gastos y costas por la tramitación del juicio.
El
esquema es eficiente al cien por ciento. Se engatusa a las mujeres; si mujeres,
para que integren un grupo que solicite un préstamo grupal, por cantidades de
$100,000.00, $200,000.00 u otra cantidad similar que se reparte de manera
desigual según su capacidad de pago. Algunas mujeres son empleadas o trabajadoras
independientes que venden modestos artículos en las vías públicas. El negocio
de las empresas financieras ya es jugoso negocio pero alguna de estas mujeres
cae en mora se convierte esto en un juego perverso pues se torna el asunto en
una anarquía y los abogados de las empresas inician cobros agresivos. Por lo
general estas mujeres solo cuentan con la educación básica y no saben lo que
firman en realidad. Creen que los magros préstamos las ayudaran a salir de sus
problemas pero en realidad las sujetan a una rapiña excesiva.
Al
iniciar las demandas, los jueces Especializados en Materia Mercantil del
Distrito Judicial de Puebla, inmediatamente acuerdan el auto de ejecución para
que se les exija las prestaciones reclamadas sin hacer la regulación en la evidente
usura. Hacen de la vista gorda. Estas injusticias no para allí. Las empresas
financieras hacen que las mujeres renuncien al artículo 406 del Código de Defensa
Social para el Estado de Puebla que sanciona la usura. Los jueces,
convenientemente, vuelven hace de la vista gorda. Las mujeres han renunciado a
su derecho. La pregunta es obvia. ¿Es posible renunciar a derechos penales de
antemano para que las financieras se salgan con las suyas?. Claro que no. ¿Cómo
pueden renunciar las mujeres a derechos de interés público?. El Estado debe
tener el interés por la prevención de los delitos y sus sanciones. La mayoría
de las mujeres termina pagando ante el peso del Estado.
Es
evidente como el gobierno y las empresas se asocian para que los ciudadanos y
en este caso, las mujeres, sean explotadas y rapiñadas en su economía; son
violentadas en su salud, tanto mental como física y demás rubros. Todo es
legal. De la defensa de las mujeres ni hablar. Las demandas en realidad son por
las cantidades totales. No hay recibos para cada una de las mujeres del grupo
porque ponen a una mujer como líder para pagar por todas. Así que, cuando se
les pide sus pagos para excepcionarse, no hay forma documental o es difícil de
conseguirlas. La defensa es difícil. ¿Cuánto deben este tipo de mujeres en
realidad?. $1,000.00, $1,500.00 porque han pagado y si tienen retrasos de pagos
las cantidades se van primero a gastos de cobranza, intereses moratorios y
ordinarios más sus correspondientes Impuestos al Valor Agregado. ¿Cuánto puede
cobrar un abogado para defenderlas?.
La
idea simplona de que, el cambio está en la actitud de las personas y que las
mismas deben observar buenas costumbres como levantar la basura, saludar, ser
respetuoso y cosas por el estilo es ineficaz en el rubro del mercantilismo. Las
buenas costumbres deben darse por sentado pero en el rubro económico no sirve
que las personas sean observantes de buenos modales; allí se está en el campo
de guerra despiadado. Esta realidad se esconde, se voltea la cabeza porque está
dedicado a mujeres indefensas, con pocos estudios y que, por ser pobres no
interesa defender. Los políticos, gobernantes y legisladores andan muy retóricos,
diciendo que luchan por el pueblo y hacen actos vistosos para decir que
defienden a las mujeres. Allí tienen un hueso duro de roer: la asociación del
gobierno con las financieras.
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