El
capitalismo o neoliberalismo tiene como uno de sus principios el crecimiento
sostenido de manera permanente. Hay muchos que lo dudan y se vuelven sus acérrimos
críticos y enemigos. No hay tal y no tengo duda de ese crecimiento sostenido en
los términos propuestos solo hay que hacer ciertas precisiones. Primero, ese
crecimiento se ve en la macroeconomía; es decir, en la economía de las grandes
trasnacionales y que va a dar a las cuentas de los dueños del mundo. Segundo,
de la misma manera y en la misma proporción el crecimiento de la pobreza se
extiende por todos los Estados débiles y específicamente sobre los pueblos. No
es casualidad que hoy, haya más muertos de hambre ni pobres en lo extremo.
No
más dudas. El neoliberalismo tiene esos dos crecimientos: para los ricos, la acumulación
de bienes materiales de forma permanente; para los pobres, la pobreza. ¿Quien no ve esos crecimientos?. Y, esos dos crecimientos son productos del neoliberalismo. Todo bajo el marco legal vigente. La esclavitud fue legal, el fascismo
fue legal, el nazismo fue legal y el despojo de los bienes públicos es legal.
El
trabajo y quehacer de los demócratas es que la democracia se vuelva legal en
los términos del pueblo y no en los dictados de las cúpulas adineradas y políticas.
No es un trabajo menor sino obra de titanes que estén convencidos de que, no
somos dueños del mundo sino simples mortales en uso renovable de los bienes y
de toda la naturaleza; ni siquiera los ricos tienen otro lugar donde ir; son
ciegos a la razón vital. Contra eso se debe luchar hoy.
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