lunes, 20 de marzo de 2017

IDEAS PROPIAS



Hemos nacido dentro de una sociedad que tiene ya todo hecho y aunque hay mucho más por hacer nos basta con lo ya hecho. La mayoría de nosotros no aportamos una sola idea en toda nuestra vida que sea propiamente nuestra. Desde que nacemos recibimos el lenguaje como primer elemento no necesario físicamente sino como preludio a nuestro desarrollo mental. Así pues, las ideas no son producto nuestro sino una tradición familiar y social.

Este hermoso regalo (el lenguaje), nunca lo ponemos en tela de juicio, damos por sentado que nos pertenece y, he ahí, el error. Damos por hecho que las ideas nos pertenecen. Muy a menudo decimos: “Digo lo que pienso”, “Pienso que” y otras por el estilo; sin embargo, muy a menudo solo nos limitamos a expresar lo que ya heredamos de la familia y de la sociedad. Bien se puede ver que, así como hay estratos sociales, también hay capas de pensamiento correspondientes a esas divisiones sociales.

Por si esto fuera poco, se debe de tener en cuenta el nivel de educación, el nivel de ejercicio del arte, oficio o profesión que se ejerce. No se puede uniformar a los que solo tienen la teoría de aquellos que han ejercido el arte, oficio o carrera. También se debe tomar en cuenta el nivel de reflexión durante la práctica y el tiempo de ejercicio de determinada actividad o trabajo. La diversidad de áreas del conocimiento, de la misma manera, es importante para saber la amplitud del saber.

Ahora bien, durante el aprendizaje teorético como en la práctica que se reflexiona en conjunción con el tiempo y diversidad nos permite tener un mayor espectro de la realidad. La episteme es muy complicada, en virtud a las diversas posiciones que hay para conocer la realidad. El materialismo ingenuo, el idealismo, el raciovitalismo y todas las ramificaciones que de la misma existen nos ponen contra la pared sin ninguna concesión. Desde que punto de vista se conoce dará como resultado de determinada ontología. El tratado del ente y de sus relaciones con lo demás existente no es un tema fijo sino huidizo. Saber que la realidad no es como se perciben sus fenómenos sino como el resultado de la constitución química y del influjo de la luz sobre esa realidad es muy diferente al conocimiento poético o, de la opinión vulgar.

Si bien se pueden tener ideas propias estas solo son nuestras en tanto las usamos, las reflexionamos, entendemos sus estructuras, principios, métodos y componentes en determinado nivel gnoseológico. ¿Cómo conozco?, debería ser nuestra pregunta fundamental y no el “Conozco, sé”, inmediato, irreflexivo.

Para un gobierno basado en un sistema de larga práctica sabe que, debe implementar las ideas, de democracia, justicia, y todas las que sean menester pero en particular la de libertad. Se ha llegado al extremo de pensar en que la libertad consiste en la consciencia interna. Me pueden esclavizar el cuerpo pero nunca mi pensamiento, se dice. Con todo, en la sociedad ocurre que, primero se plantan las ideas y después pocos e hace para liberarse de las mismas. El resultado. Pocas personas pueden acudir a su refugio íntimo como verdadero lugar de libertad; la mayoría ira como quien no tiene lugar a donde ir y con sus ideas bastardas.


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