Con
la caída del Muro de Berlín, se inició la privatización de todos los bienes y,
servicios públicos y se entendió hacia todo lo que contiene el planeta Tierra,
incluyendo a las personas. Esto parece increíble, una locura pero es la verdad.
Los partidos políticos desde hace mucho tiempo se convirtieron en sendas bolsas
de trabajo para los militantes; por ello, muchos fracasados tienen como único objetivo
entrar a formar parte de un instituto político. ¿En qué lugar encontrarían los
pillos, granujas y toda clase de ambiciosos el campo más propicio para toda
clase de delitos y crímenes que no sean los partidos políticos?.
En
México no hay excepción. Todos los días la ciudadanía se entera por los
diversos medios de la enorme cantidad de delitos cometidos por gobernantes, políticos
y empresarios de todo tipo. Porque ser proveedor del gobierno es un gran
negocio. No solo no se ha podido erradicar la corrupción partidista sino que
esta ha crecido enormemente debido al grado de complicidad de gobernantes, políticos
y, empresarios preñada de un amplio manto de impunidad.
Los
líderes de los partidos, gobernantes y políticos se han lanzado a una loca
carrera de obstáculos a efecto de llegar al poder político pues bien saben que
estando allí podrán servirse a sus anchas de lo público con toda impunidad.
Esto se ha dejado sentir sobre la ciudadanía que ha reaccionado de diversas
formas, incluyendo la protesta social. Sin embargo, los políticos no han cejado
en seguir con su discurso hueco y perverso de ser los paladines de la justicia,
la democracia, la austeridad, la transparencia y todo lo que se les ocurra en
su loca aventura por el poder político que desembocará en el poder económico.
La
astucia de los políticos es tal que siguen encantando con su discurso a los más
pobres y, a los más ignorantes que creen pertenecer a un selecto grupo privilegiados
que son escogidos para sostener una buena causa cuando son las victimas inmediatas
de los carniceros pues precisamente al estarse vendiendo todo lo que contiene
el planeta, van incluidos los seres humanos. Ciegos como están los fanáticos políticos
de sus dirigentes ni siquiera notan el mal trato, el engaño y su esclavización.
Se
trata pues, de impedir que los políticos sigan vendiendo lo que no les
pertenece: lo público, bajo toda la maraña de mentiras. De no atender la ciudadanía
este mal generalizado de los políticos, el resultado será más pobreza extrema
legalizada sin que se pueda hacer gran cosa; es decir, más corrupción e
impunidad.
El
mundo se vende a los mejores postores de la corrupción y la impunidad. ¡Que espectáculo
y que gran negocio han hecho los políticos con la política. No invierten dinero
alguno porque viven del erario; se asignan los sueldos y prestaciones que
quieren y no pueden sufrir baja alguna porque entonces es ilegal. Con el mismo
dinero público hacen campañas de lujo para engañar a los pobres y después,
traicionan al pueblo, vendiendo a los mejores postores los bienes y servicios públicos
sin ninguna consecuencia. Eso es tanto como sufrir violación que la víctima
termine pagando el delito.
Si
todo se va a privatizar, la política debe correr la misma suerte pero bajo
reglas que imponga el pueblo no los mismos políticos y que, el control
permanente lo tenga el pueblo a través de su poder soberano. Estoy seguro que
nuestros héroes nacionales (Los políticos de todos los partidos), inmediatamente
se sumaran a esta propuesta. No se espera menos de estos mártires de la
democracia.
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