miércoles, 22 de junio de 2016

SOBERANÍA NACIONAL




El actual gobierno compuesto por los órganos que no poderes, Legislativo, ejecutivo y Judicial, como todos los demás anteriores, se comportan como si ellos fueran los soberanos y no simplemente mandatarios, es decir, ejecutores de la voluntad nacional. Ganar elecciones no les otorga ninguna facultad soberana. Sostener lo contrario de palabra y de obra es ir en contra del pueblo, verdadero soberano.

El artículo 39 constitucional es claro. La soberanía nacional reside esencial y originariamente en el pueblo y todo por se instituye en beneficio de este. Palabras más palabras menos. Son embargo, su sentido no puede estar en contradicho. Es el pueblo el que manda y si no se acatan sus órdenes debe implementar correctivos y aun destituir y enjuiciar a los gobernantes y políticos. Lo contrario sería tener por nulo al pueblo.

En este contexto, es inadmisible que, Aurelio Nuño, sostenga que la reforma educativa no se pude discutir y menos reformar. Algar que por ser constitucional la reforma educativa esta es intocable es un craso error. Eso es antidemocracia pura. Ni siquiera la Constitución General puede estar por encima de la soberanía nacional ya que, es el pueblo quien crea la Carta Magna para la convivencia social en la mejor armonía, en el mejor bien común, en la mayor justicia, libertad y democracia. Pero cuando esos principios rectores de la vida republicana han sido anulados y han sido puestos al servicio de gobernantes y políticos corruptos, usando la propia Carta Fundamental para seguir en la corrupción e impunidad, esta debe estar  reformada, abolida si es necesario para salvar la república. Y, digo república en donde todos tengan oportunidades. Hoy tenemos gobernantes y políticos que viven como si fueran herederos de una monarquía permanente y sin rendir cuentas.

Si el pueblo soberano no puede corregir, por cualquier medio, los excesos, corrupciones, castigando a los responsables ese pueblo ni puede llamarse soberano ni libre ni democrático. Ante el pueblo soberano no se puede alegar cosa alguna cuando a todas luces un grupo de gobernantes y políticos pretenden someter al pueblo a la más espantosa simulación democrática. Si el pueblo mexicano no puede usar su soberanía y mostrar que tiene consciencia ante sí y para sí de su actual estadio y de su devenir, entonces merece el gobierno que tiene. Con todo, eso me parece ya imposible. 


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