Los
empresarios tienen toda la libertad y el derecho de agruparse en los Consejos
que crean convenientes; un pueblo necesita empresarios fuertes y éxitos en las
diversas ramas de la economía. ¿Quién en su sano juicio diría lo contrario?. Ahora
bien, esos mismos empresarios no deben olvidar que viven en una sociedad, la
mexicana en este caso, y, por ese hecho están inmersos en la problemática que
se presente de toda índole.
Quizá
los que se manifiestan contra el mal gobierno no lo hagan de la mejor manera pero
no van a quedarse sin hacer uso de su derecho de manifestación y de asociación para
proteger sus derechos ante un gobierno francamente malo. No sé qué nivel
educativo tengan los empresarios mexicanos y si por lo menos se preocupan y
ocupan de lo público o si por el contrario solo sean máquinas de hacer dinero;
espero que no. Eso sería terrible.
No
cabe duda de que, cuando los manifestantes, sean del sector que sea, impiden el
libre comercio, entorpecen el tránsito de personas y, mercancías y, con ello,
producen perdidas a los comerciantes y molestias a la población en general. Con
todo, me perece que, no han ponderado sobre rescatar el mayor bien y perder el
menor.
Si
bien se queja el Consejo Empresarial de Oaxaca que, desde que se plantó la
CENTE en el zócalo de Oaxaca se han cerrado treinta empresas y despedido a
cinto cincuenta trabajadores. Bien, eso es terrible. Imaginemos a los que han
quedado desempleados ¿Qué harán por el momento?. Han perdido el sustento
diario.
Ahora
bien, no solo se deben ponderar estas pérdidas. Se debe analizar ¿Cuántas vidas
se han perdido desde que el mal gobierno se plantó en Oaxaca y que lleva décadas?.
¿Cuántos millones se les ha vuelto pobres en extremo o nunca se les ha
permitido saber siquiera que hay otras formas de vida?. ¿Se debe ponderar todas
las injusticias cometidas por los gobernantes nivel sátrapas?.
En
caso de que solo se pondere la parte para dar el diagnóstico del todo eso sería
un error fatal. Lo mismo pasaría si se pusiera en la balanza como algo superior
lo meramente material por encima de lo humano. Sabemos valorar y si no debemos
aprehender a hacerlo, no es cosa menor. No puede estar por encima la perdida de
treinta empresas y ciento cincuenta trabajadores, aunque esto sin duda sea
terrible, con relación a los miles de muertos, los millones de pobres y empobrecidos
por acción u omisión de los malos gobiernos. Regresar a la CENTE a sus aulas no solucionaría el problema de democracia, pobreza, injusticia y demás, eso seria imponer una pax porfiriana.
Los
empresarios deben coadyuvar con los demás mexicanos para que se logre
consolidar la incipiente democracia. Ganaran más y bien con un buen gobierno
que con ese sistema podido que se niega a morir. Eso sí como dicen están a
favor de la democracia y no es solo una bonita declaración. Ustedes tienen el
poder económico, no necesitan la corrupción. Vayan a la historia de nuestros
antepasados. Los aztecas y en concreto, los comerciantes y podrán sentirse
orgullosos de pertenecer a ese gremio. ¿O con que ojos ven la realidad?.
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