Enrique
Peña Nieto es ignorante e intolerante; lo primero es público y lo segundo también.
La matanza de Atenco en el Estado de México, fue la patente de Corso para que
Peña Nieto siguiera imponiendo un reinado de terror y muerte. El sistema
judicial, a través de la Suprema Corte de Justicia, timorato permitió que el régimen
tiránico se fortaleciera al grado de mascar a los ciudadanos y, a todos los
opositores al gobierno.
La
fuerza del Estado está siendo usada para violar los derechos humanos y violar garantías
individuales con el pretexto de aplicar la ley. Sin embargo, donde hay uso de
la fuerza pública desmedida hasta causar la muerte a ciudadanos desarmados no
puede ser aplicación de la ley sino delitos de lesa humanidad.
Cuando
los más corruptos como Peña Nieto y su gabinete se erigen en jueces de la moral
y aplicadores de la ley, no puede ser otra la consecuencia que la dictadura, la
intolerancia y la Ley del Garrote. La república esta en grande peligro. Los órganos
legislativo y judicial no son otra cosa que comparsas y cuando no cómplices del
ejecutivo federal. División de poderes, equilibrio de poderes, vociferan a los
cuatro vientos mientras la sangre del pueblo corre por las calles y las plazas públicas.
Que desfachatez.
La
herencia de Atenco es la aplicación de la fuerza bruta para gobernar. No hay de
otra para un gobierno corrupto, ilegal e ilegitimo. Con principios democráticos
y legales no podría sostenerse este mal gobierno. La herencia de Atenco es la
feroz política de un Chacal.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario