Investigará
el gobierno lo que pasó en Oaxaca. Este gobierno va de fracaso en fracaso; de ridículo
en ridículo y de engaño en engaño. Los maestros fueron socios de elecciones del
gobierno en turno y viceversa. Corrían ríos de dinero público hacia los líderes
magisteriales. Cuando Elba Esther Gordillo no quiso alinearse ya con el
gobierno, a pesar de haber sido el gobierno quien la puso en el puesto. La
respuesta fue bajo el mismo método: fabricar y evidenciar cargos contra ella y
encarcelarla. Se pensaba que con esto la reforma educativa atiborrada de
reforma laboral estaba plena para aplicarse. Esto no sucedió.
No
bastaron tres años de negociación con la CENTE. La torpeza gubernamental no ha
tenido límites. Se sigue pensando, desde el gobierno, a lo Porfirio Díaz, a lo
Victoriano Huerta, como si el PRI fuera el partido único de Estado en el
Priato, régimen político, jurídico y social dispuesto como una dictadura que
simulaba la democracia. ¡Mátalos en caliente!, ¡Dispara y después averiguas!,
sigue siendo su divisa. El sexenio de Peña Nieto se terminó; se terminó el
reformismo y sólo falta que termine en el tiempo. Sexenio heredero de los
excesos propios y panistas en la corrupción máxima que absorbió o mejor dicho,
que asumió el actual gobierno como herencia genética. A pesar de que, la
realidad ya había cambiado el gobierno siguió con la corrupción y la impunidad a
grados inauditos. Los gobernantes como sátrapas hicieron sus festines Humberto
Moreira, Javier Duarte, Fidel Herrera y la lista es larga son algunos de los más
corruptos bendecidos por la impunidad.
Ni
uno sólo de los problemas donde ha habido decenas de muertos ha podido resolver
el actual gobierno de Peña Nieto. La respuesta ha sido la misma criminalizar a
los descontentos, a los críticos, a los que se manifiestan y esto no ha dejado
contento a ninguno. Las explicaciones han resultado ridículas, falsas y faltas
de toda técnica científica que corrobore lo dichos del gobierno. Se han tratado
de construir verdades históricas que han derivado en verdades histéricas.
No
sé si los líderes de la CENTE sean o no delincuentes eso lo debería de
esclarecer el gobierno a través del Ministerio Publico, sin embargo, no son
confiables ni creíbles las averiguaciones que hacen ni que hagan. Están llenas
de fabulas, de cosas increíbles, de silencios, complicidades y de venganza y
eso no puede ser aplicación de la ley. El gobierno aplica la presunción de
inocencia pactada, aunque a todas luces o indiciariamente los interlocutores
cometan ilícitos y no se opongan al gobierno o sean parte de este, pero, en el
momento que se rebelan se vuelven los peores delincuentes. Casi todos los que
ahora están en la cárcel como el doctor Mireles, Elba Esther, los líderes de la
CENTE fueron interlocutores bien reconocidos por el gobierno cuando no cómplices.
Tan luego no siguieron los dictados torcidos del gobierno cayeron velozmente.
Lo
que detiene a este gobierno de seguir aplicando la ley fuga, la dictadura, la tiranía,
la corrupción y la impunidad no es su convicción democrática ni su ética sino
estar en la mira del mundo entero. Los años dorados de la doctrina Estrada se
han ido. El sistema priista se niega a morir pero debe morir. Mientras tanto,
la crisis política, seguirá reclamando sus muertos, sus víctimas y mártires,
bajo un discurso demasiado infantil y gastado que no convence a ningún
ciudadano que tenga tres dedos de frente.
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