Con
la implantación formal plena del Neoliberalismo los derechos humanos han
quedado fuera de protección, el principal objetivo del gobierno en turno es
imponer el modelo económico a cualquier precio, aun a costa de violar sistemáticamente
los derechos humanos. Fuera sentimentalismo baratos, de lo que se trata es
seguir las ordenes al puro estilo militar y se ha militarizado el territorio
mexicano. No es casualidad que el ejército este fuera de sus cuarteles ni que
los objetivos militares sean los ciudadanos. Hay un sistema que imponer. La
vida está bajo la economía y la economía rige la vida. Hay que maquillar la realidad y para eso están
las televisoras y los demás medios de comunicación. Los muertos se hacen
invisibles para las mayorías. Que importan veinte mil o cien mil muertos
mientras la macroeconomía, la de los ricos funcione aunque millones mueran de
hambre, de sueños de libertad. Por suerte los gobernantes y políticos tienen
una inmensa y profunda zona de impunidad. Los crímenes de hoy se reservan por
veinte o treinta años cuando las generaciones venideras solo verán ancianos decadentes
con las miradas perdidas. Un pueblo bajo las estrellas no debe perder el
horizonte. No es casual que los gobernantes sean cada vez más estúpidos, la
estupidez permite hacer grandes negocios y sirve como siempre, como excusa
valiente.
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