lunes, 7 de diciembre de 2015

LA PESADILLA MEXICANA



Nuestro inmediato referente en casi todo, los son, los Estados Unidos de Norteamérica, sin embargo, solo me referiré a lo económico y lo jurídico. Estos dos rubros son dos de las tres bases de la vida de nuestros vecinos. Su visión de construirse como nación y después como un Estado, gradualmente se forjó de esta manera, sin lo cual hubiera sido imposible “El sueño americano”. La premisa era que todo ser humano, podía alcanzar sus sueños por su propio esfuerzo. Para ello era menester que, hubiera libertad en la economía y que esa libertad estuviera resguardada por la justicia más o menos igualitaria para todos. Es evidente que, siempre han existido delincuentes, pillos y picaros que infringen las leyes y en el presente caso, no es la excepción. Con todo, la tierra de las libertades cumplió su cometido en el marco del capitalismo con un fuerte nacionalismo. Una economía general y una justicia general donde el individuo se realizara, es, el sentido del “Sueño americano” y no otro.

En México, el liberalismo económico surgió, desde Porfirio Díaz, bajo la premisa de que, era solo para unos cuantos gobernantes y la clase burguesa, nacional y extranjera. La revolución mexicana no cambio de fondo el sistema económico, aunque se debe reconocer que se intentó. En este periodo se consolidaron las grandes empresas trasnacionales mexicanas. El pueblo nunca tuvo una participación activa ni jamás se vio un liberalismo económico a disposición de la generalidad sino de una elite.

Con la implementación del neoliberalismo, se ahonda la pobreza y se privilegia a las trasnacionales, nacionales y extranjeras bajo un marco de corrupción sin límites y una justicia en puros muñones para la clase política y pudiente económicamente.


En México es claro que se hace todo lo contrario sin a lo que se hace en los Estados Unidos de Norteamérica. No se entiende y menos se practica lo que se pregona. Tal y como las leyes durante la Colonia “Se acataban pero no se cumplían”. No se quiere llevar a cabo y se evita por todos los medios, lo siguiente: “Haciéndose el bien general se logra el bien particular sobre las bases de una economía a disposición de la generalidad y una justicia también general; sin estos presupuestos, el resultado es: “La pesadilla mexicana”.


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