Con
la creación del Estado moderno se creía que, el ser humano se separaba
totalmente de la naturaleza. La naturaleza es una cosa y el ser humano otra. El
ser humano había estado dominado por los fenómenos naturales (lo que se puede
percibir por los sentidos), divinizándolos; ahora, inicia el dominio del ser
humano sobre la naturaleza. Pasa de la ley del más fuerte al imperio del
derecho positivo.
Con
el Estado híper moderno mexicano el ser humano regresa a la ley del más fuerte.
Al reducirse el Estado a su expresión mínima, renuncia alegremente a la
seguridad pública y se justifica a través de discursos. La realidad se impone.
Los síntomas son fatales y los efectos desastrosos. Las muertes, sin guerra
declarada, no solo no han sido reducidas sino que se han vuelto más bárbaras. La
seguridad publica esta otra vez en el Estado de naturaleza, donde el hombre
(ser humano), es el lobo del hombre.
Mientras
el gobierno mexicano tiene como principal tarea la de imponer a palos, golpes, violación
de derechos humanos, garantías individuales el modelo neoliberal contra quienes
siquiera protesten. Cárcel contra los que marchen y balas contra quienes tengan
la mala fortuna de estar en el lugar equivocado. ¿Alguna vez se ha visto que se
combata el crimen con toda esa desmesurada fuerza?.
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