El
Neoliberalismo como forma económica campea por doquier. Los Estados nacionales débiles
son presas fáciles de las grandes empresas trasnacionales. Los gobernantes en
turno son incapaces de frenar el avance hacia la privatización de todos los
recursos minerales, acuíferos, de flora y fauna. Lo público es el objetivo de los
dueños del dinero y el destino de la Humanidad. Esta teoría económica consiste en privatizar todo y dejar al mercado la autorregulación.
Sin embargo, el mercado está impedido de
regular uno solo de los efectos que produce la híper producción, la híper explotación
y el híper consumismo.
En
la practica el Neoliberalismo destruye la vida libre. Todo lo que le queda a
los pobres (desde profesionistas para abajo) es nadar en medio del tormentoso
mercado con todas sus fuerzas durante la mayor parte del día y casi todos los días
del año para descansar los días festivos pero sin dejar de consumir y de híper
consumir hasta el agotamiento mental.
Este vil mercantilismo pone a los seres humanos en una constante angustia por la
sobrevivencia; lo agota hasta el punto de quitarle las ganas de luchar por la
libertad y todo lo que se cree dignifican la vida. Ya no hay revolucionarios
sino solo descontentos incapacitados para influir en le dirección que debe
tomar la vida.
Los burgueses tienen como único objetivo la contaminación y destrucción de la
naturaleza para ganar el último centavo posible y la debilitación de los seres
humanos con productos nocivos para la salud física, con el trabajo excesivo con
sueldos raquíticos y el estado constante de zozobra por vivir día a día sin esperanza verdadera de poder construir un futuro a largo o mediano plazo.
Es
inútil que los grandes economistas y afines al mercantilismo traten de
justificar teóricamente o la práctica de este sistema económico que todo
contamina y destruye; es indefendible. Dicen que es el sistema que más conviene
a la Humanidad pero la realidad los refuta. Un sistema económico como el
Neoliberalismo necesita estar sostenido por una ideología y por todos los
medios de control posible para ocultar la verdad y mantener el engaño y en primer y ultimo caso la ley y el garrote.
Los
gobiernos de los Estados nacionales se han unido o han sido sometidos por los
dueños del gran capital en asociación con los teólogos para exprimirlos física,
mental y económicamente. Formalmente las constituciones regulan los derechos humanos,
las garantías fundamentales y la economía; en la práctica son las grandes
trasnacionales las que dictan la forma y el fondo de las leyes para la práctica
del Neoliberalismo. Hoy más que, en otras épocas los seres humanos tienen
muchos más enemigos unidos en su contra que le impiden ser libres en todos los ámbitos.
Antaño al pueblo se le daba pan y circo; hoy solo circo, el pan lo tiene que
conseguir diariamente tras un trabajo agotador, tanto en lo físico como en lo
mental, repetitivo y sin sentido. En el horizonte de la Humanidad se perfila la
silueta de Sísifo cargando cuesta arriba llevando su pesada carga todos los días.
El mito se ha hecho realidad.
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