Los estudiantes y profesionales de
la psicología y psiquiatría deberían explorar la gigantesca veta contenida en las declaraciones de la gente en las redes sociales. Consciente,
inconscientemente e intencionalmente se vuelcan los estados psíquicos, los deseos,
las pulsiones, los arranques de ira, la mezquindad, la ideología teológica profundamente
arraigada en el pueblo, las diversas expresiones de soledad, de incomprensión, el
nihilismo en su diversidad, amor y desamor; todo expresado en la virtualidad. Todo un mundo enfermo solicitando
a gritos desesperados un poco de atención. Camino errado para siquiera tratar
de sanar el estado psíquico general o individual. Todo este tesoro ofrecido públicamente como frutos ya maduros para los psicólogos y psiquiatras. ¡Que diagnostico general nos darían de la sociedad!, ¡Que verdades ocultas a la vista nos mostrarían!. Quizá nos darían asco y horror nuestras propias enfermedades ignoradas a fuerza de padecerlas a diario.
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