viernes, 13 de junio de 2014

EL FUTBOL, NEGOCIO IRRACIONAL RECUBIERTO DE RACIONALIDAD



 
Los medios de comunicación en todo el mundo y en especial los mexicanos beneficiados por la transmisión del futbol han creado un discurso sobre las manifestaciones en contra del gobierno de Brasil y de la Federación Internacional de Futbol Asociación, haciendo hincapié respecto a las pocas personas manifestantes; hacen parecer estas manifestaciones como mínimas y de poca importancia.

A la mayoría de la gente, les parece que las manifestaciones, en efecto, son mínimas y que los grandes gastos (alrededor de 11 mil millones de dólares gastados por el gobierno brasileño) y las enormes ganancias (4 mil millones de dólares) que se llevará la FIFA están justificados plenamente y que lo verdaderamente valioso es la Copa del Mundo. Si a estos se le suma las declaraciones del Papa se justificará aún más este enorme gasto y ganancia. 

Sion embargo, el enorme gasto tiene como fin el de legitimar la reelección de la actual presidenta de Brasil, en caso de que la selección brasileña gane la competencia; en caso, contrario, las cosas serán diferentes.

Las televisoras mexicanas despliegan toda una ideología del bienestar que emana del mundial de futbol, aduciendo ser esta justa deportiva, es una tregua entre tanta infelicidad que hermana a los diversos pueblos y una gran fiesta que nos hace olvidar la realidad.

Ahora bien, lo que no dicen estos medios es que la Copa Mundial de Futbol es un gran negocio que solo beneficia a pocos, entre los que se encuentran la FIFA, los dueños de los clubes de futbol, las televisoras de todo el mundo y los grandes empresarios que están vinculados a este negocio mientras se esconde la miseria social y se reprime a las minorías que se manifiestan.

La presidenta de Brasil estuvo indecisa sobre su asistencia a la inauguración; finalmente asistió y estuvo con bajo perfil, lo que no impidió que los brasileños en el estadio donde jugaría el juego inicial, le reprocharan su proceder político. No hay duda que los interesados han cuidado el gran negocio del futbol con miras a la ganancia o por sostenerse en el poder. Por doquier se usa el futbol para estos dos fines. Esto es irracional en virtud de las enormes carencias materiales que padecen los pueblos. El gran consumismo mundial por el futbol nunca podrá, racionalmente, justificar el enorme gasto en su práctica y la enorme pobreza. Se sustituye la satisfacción real por una satisfacción subjetiva que en todo caso dura un instante mientras la pobreza sigue permanente.

Alrededor del futbol se ha creado todo un discurso de apariencia racional, por los gobiernos, los dueños locales del futbol y la FIFA para hacer pasar este enorme negocio, que empobrece más a los pueblos, los enajena y manipula como un bonito evento lleno de hermandad, amor, alegría, cultura y mil rubros más mientras la pobreza se ahonda. Esto es hacer pasar lo irracional como racional. La razón nos dice que, deben ser primero las cosas básicas: comida, salud pública, seguridad social, educación entre otros y no el negocio de unos cuantos sostenidos a bayoneta calada por los gobiernos de los Estados nacionales. Si se buscan los motivos por los cuales, no solo no se avanza en el combate a la pobreza, la desigualdad social y la ignorancia ahí está el gran negocio de la copa Mundial de futbol que cada cuatro años receta la misma mala medicina al mundo: enajenación y consumismo de un deporte profesional (practicado por unos pocos), manejado por pocos, protegido por gobiernos y consumido por millones. El deporte ha sido superado por el negocio con creces. Un mes de felicidad subjetiva por cuarenta y siete de miseria real.

En México los representantes del pueblo en el Congreso se aprestan a promulgar de antemano leyes que faciliten el saqueo de la industria petrolera y todo lo que se pueda mientras la mayoría de los mexicanos renuncian voluntaria o involuntariamente a la racionalidad y a la vigilancia de la política. Para ello están prestos cientos de trabajadores de las televisoras que traen la enajenación a través de sus floridos y singulares gritos narrativos llevados a su paroxismo cuando se anota un gol.

Existen diversas definiciones del ser humano; Cassirier lo define como un animalsimbólico, Bergson como hombre que hace (homo faber); pero aquí nos ocupa la racionalidad y la política: Aristóteles define al hombre griego (en singular y un solo género) como “hombre pensante”, que va ligado al animal político es decir, racional; hoy se puede definir a los seres humanos (en plural, incluyendo a hombres y mujeres) como “enajenados futboleros”, definición vulgarísima pero que va acorde a la realidad. Lejos muy lejos estamos del ideal de la racionalidad y de política. El Iluminismo creyó falsamente que los seres humanos podían lidiar con el mundo usando la razón sin contar (no eran visionarios) que los sicarios de la mercadotecnia, secundados por loros, guacamayas, jilgueros, pericos y cuervostirarían toda racionalidad para llevar a los seres humanos a la condición vil de consumidores y espectadores de una realidad que los constriñe cada vez más a instrumento de los políticos y dueños del gran capital. Los mexicanos cuando no caen de rodillas ante el Estado Vaticano hincan la rodilla ante la FIFA o cualquier otro ídolo con tal de no lidiar con el fondo de la realidad.

Si alguna vez los seres humanos tuvieron fe fundada en la realidad de que el Estado seria un instrumento para alcanzar fines generales y el bien común, el sueño ha terminado y es hora de crear o acrecentar instrumentos y organismos que hagan contra peso a los gobernantes que sin voluntad ya son instrumentos del gran capital.


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