martes, 26 de agosto de 2014

PEÑA NIETO Y LA IGNORANCIA PROFUNDA



No hay duda de que la ambición es una debilidad, un defecto humano contra el cual debe luchar. No hay época en la historia humana que no nos muestre al ser humano proyectando su ambición en las más diversas formas. Al poner reglas a la convivencia humana en sociedad surge la corrupción. Lo público se vuelve botín de los políticos y gobernantes. En la época prehispánica había poca corrupción existían leyes rigurosas que acotaban la corrupción. Nos narra Fray Bernardino de Sahagún, lo siguiente:

“En el tiempo de Moteccuzoma echaron presos (a) muchos senadores o jueces, en unas jaulas grandes, a cada uno de por sí y después fueron sentenciados a muerte, por que dieron relación a Moteccuzoma que estos jueces no hacia justicia derecha o justa, sino que injustamente la hacían y que por eso fueron muertos; y eran estos que se siguen: el primero se llamaba Mixcoatlailotlac, el segundo Teicnotlamachtli, el tercero Tlacochcalcatl, el cuarto Iztlacamixcoatlailotlac, el quinto Umaca, el sexto Toqual, el séptimo Uictlolingui. Estos eran todos los de Tlatelolco”[1].

De común se menosprecia la sabiduría y la justicia entre los prehispánicos pero, entre ellos la corrupción era castigada con la muerte; si bien, perece una pena excesiva era muy eficiente. Los propios españoles se asombraron por los pocos delitos que se cometían y por el orden existente.

La decadencia empieza con el incumplimiento de las Leyes de India. Se acataban (no iban a desobedecer abiertamente a los reyes) pero no se cumplían (los encomenderos hacían de las suyas).

Durante el Priato, que duró más de setenta años, la corrupción se institucionalizó, pasó a formar parte de la maquinaria de Estado. Lemas como “El PRI roba pero deja robar”, “Vivir fuera del presupuesto es, vivir en el error”, “El que no tranza no avanza”, son algunas muestras psicológicas del funcionamiento del gobierno que casi todo lo abarcaba. Tenía al pueblo controlado bajo tres grandes sectores: el obrero, el campesino y el popular.  Un régimen totalitario no permite la diversidad de pensamiento. Quienes estaban fuera del pensamiento psicológico, político y social oficial estaban por necesidad contra el régimen y tenían como opciones la clandestinidad, la muerte, la cárcel o la sumisión al gobierno.

Peña Nieto por supuesto que ignora esta parte básica de la historia mexicana para entender el por qué la corrupción está tan enraizada en el gobierno y de allí se extiende a la sociedad. Para él, la corrupción radica en los seres humanos, en la sociedad como parte de su naturaleza y es inútil luchar contra ello. Con esto cree justificar los diversos delitos que cometen los gobernantes y políticos. Por mi parte creo que, la corrupción fue y es un proceso nutrido por diversas venas: la mala aplicación de las leyes contra los gobernantes y políticos, el estado psicológico de la sociedad que sabe que se evita molestias con la corrupción, la impunidad tejida por la clase política en su favor y la desmedida ambición de los gobernantes y políticos.

Para Peña Nieto la corrupción es cultural solo le faltó confesar que, esa cultura fue impuesta por su partido, el Partido Revolucionario Institucional; así como institucionalizaron la revolución y la truncaron, siendo Peña Nieto el instrumento con que se acabó, el último resquicio hacia una visión nacional, de una meta común propia; de la misma manera institucionalizaron la corrupción.

No solo se ha institucionalizado la corrupción sino también el cinismo. Dígasele lo que se quiera a los gobernantes y políticos, eso los tiene sin cuidado; solo hacen dramas públicos cuando se les quita la ubre publica llamada erario.

Cuando exista una justicia aplicable a los gobernantes y políticos se verá claramente que la corrupción siendo una segunda piel, una piel bastarda se verá que la corrupción, es decir, la comisión de delitos una cuestión de legalidad tal y como lo entendieron los aztecas, nuestros antepasados.  



[1] Fray Bernardino de Sahagún. Historia General de las Cosas de Nueva España. Pág. 448.

lunes, 25 de agosto de 2014

LA DIVISIÓN DE PODERES. EL ERROR FATAL DE MONTESQUIEU


Sin duda alguna, Montesquieu realizó un estudio profundo sobre el Estado nacional y en buena medida logró darle su conformación fundamental y que pervive hasta nuestros días. Es impresionante el bagaje académico que poseía. Basta con leer alguna de sus obras para quedar pasmado ante la gran variedad y profundidad de temas concomitantes que trata con maestría, aunque en algunos rubros flaquea. La obra que más impactó al mundo occidental fue la que conocemos como “El espíritu de las leyes”. En pocos años se cumplirán 300 años de su publicación. Fue tal el efecto que logró esta obra que ha quedado casi intacta, como que todavía los constitucionalistas actuales se regodean en mascar y digerir la parte medular y hacer sendos tratados, ensayos, obras y cometarios al respecto. Sin embargo, hay malas noticias. Montesquieu tuvo un error fatal y que no se ha corregido. Así, partiendo de un error monumental se ha construido el edificio político llamado Estado; se le ha remozado y saneado hasta la saciedad sin ir a la revisión de la naturaleza misma de dicha construcción.

El Barón de Brede no llevó a cabo lo que, que Descartes tanto recomienda, tener las ideas claras y distintas; en este caso, respecto a la conformación del Estado, su naturaleza y sus atributos. Así las cosas, nuestro autor confundió los órganos (organum) del Estado con el poder (potestas). Mientras que el primero goza de las estructuras ónticas inherentes a su naturaleza: Ser, realidad, temporalidad y causalidad; el segundo, es un atributo del ser, no existe de manera independiente. El poder es generado según la naturaleza de cada cosa u organismo en plena concordancia. Esta falta de distinción llevó a la postulación de la división de poderes en vez del ejercicio de la soberanía por tres órganos en unidad teleológica.

Al crearse el Estado nacional (El ente), se le otorgó, para su funcionamiento por sobre todos los gobernados un súper poder, llamado soberanía (súper-omnia), es decir, un poder que está por sobre cualquier otro poder; es el poder de poderes que somete no solo a los gobernados sino también a los funcionarios públicos que hacen posible su funcionamiento.

El poder es un una fuerza que es desplegada por un ser, sobre la realidad para producir cambios, para mantener las cosas en su estado actual. El poder de mando en política es un atributo del ser. A ninguno se le ocurrirá que el estado no tenga ser y que no tenga ese atributo de mando soberano para alcanzar sus fines constitucionales.

Al proponer Montesquieu la división de poderes dio pauta para que los titulares de los órganos Legislativo, Ejecutivo y Judicial, se sintieran y actuaran como verdaderos soberanos. Es bien sabido que la soberanía es imprescriptible e inalienable. Por el primer atributo se colige que la soberanía no se agota por su uso ni por el transcurso del tiempo; por el segundo atributo se entiende que no se puede vender, ceder ni traspasar ya que si esto ocurriera el pueblo dejaría de ser soberano y esto sería una cosa anómala. Bien, no hay que ser tan románticos. En México los titulares de los tres órganos se reputan asimismos como soberanos. He ahí la causa de tantos males, porque este hecho se ha multiplicado en los estados y el Distrito Federal. Los titulares de las partes integrantes del pacto federal se han apropiado del mismo error fatal y se designan también como poderes soberanos. Esto ha quedado plasmado en las constituciones locales: "Constitución Política del Estado Libre y Soberano...".

En México se ha padecido el presidencialismo, que no es otra cosa que la preponderancia del órgano Ejecutivo sobre los dos restantes y a pesar de ver claramente que no hay división de poderes sino la marcha del Estado por la voluntad de una sola persona (el presidente), se seguía hablando de división de podres. Lo mismo se reflejó en las partes firmantes del pacto federal; los gobernadores se reputaban como los individuos que ostentaban el poder de manera casi exclusiva, sometiendo a los órganos Legislativo y Judicial a su voluntad.  

Con la perdida de la mayoría absoluta en el Congreso General por parte del partido de Estado, se dieron nuevas circunstancias y, entonces los órganos Legislativo y Judicial han tenido destellos de independencia y se han apropiado, a veces tímidamente y a veces insolentemente, de la soberanía y han actuado como soberanos. Esto ha llevado al entorpecimiento del funcionamiento del Estado con sus nocivas consecuencias. Ahora en lugar de ser el pueblo soberano, han surgido una pluralidad de soberanos (El ejecutivo, el Legislativo y el Judicial junto con los gobernantes de los estados). No repetiré lo ya dicho por mí en otros escritos.

Es una lástima que la división de poderes haya sido convertida en un dogma, en una baratija, en moneda de cuño corriente. Es terrible que se hayan regado ríos de tinta y se hayan desgastado los mejores cerebros en explicar un error. Este error óntico y ontológico ha costado demasiado al pueblo para seguir sosteniéndolo. Si algo nos enseñó Friedrich W. Nietzsche es, a sospechar de la verdad oficial y a buscar la verdad profunda. Quien se precie de ser pensante no puede dar por sentado y, por verdadero lo ya hecho y, dicho sin antes pasar por la criba de la razón, el Derecho, la Filosofía y todos los recursos que tenemos a la mano.

Téngase este escrito como un borrador, como un adendum, como un escrito preparatorio a mi teoría sobre el Estado mexicano, teoría que ha sido sacada de la realidad, la razón y, la necesidad y no construida con base a conceptos de una realidad ajena. Invito amablemente a lo que consideren a bien a leer las demás partes de mi teoría, ya publicada en mi blog de filosofía y evidentemente a que participen con sus críticas y propuestas.

Finalmente debo manifestar que no me importa la fama ni el éxito común; ya el gran Arturo Schopenhauer junto con otros filósofos nos enseñó que el verdadero filósofo tiene como edén su propio jardín de ideas, en él, se regocija y vive en armonía.

Quod erat demonstrandum


PEÑALANDIA S.A DE C.V.



Un gobierno electo democráticamente y que se precie de ser democrático, debe tener como base en su comunicación la verdad como base; cuando esto no pasa se le debe de tachar de mentiroso. Ahora bien, si a la mentira metódica gubernamental se le suma la vileza metódica se tiene un gobierno de ilusiones, una farsa, una tiranía televisiva y de medios deformativos.

En el caso concreto de México, son públicas las limitaciones inherentes a Enrique Peña Nieto, al punto de haber desplazado a merolicos y comediantes como fuente de diversión vulgar; sus ridículos al tratar hablar en inglés son ya inolvidables; su trato con la literatura nos dejó entrever el vacío académico y cultural que padece, de manera incorregible. Su incurable ceguera ante lo evidente lo hace necio hasta el exceso criticable. Todo en el lleva a dos cosas: limitación para conocer y torpeza para actuar. Sin embargo, está rodeado de cómplices, de incondicionales, de sirvientes, de cantores e ilusionistas. Todos tratando de crear una realidad alterna en donde Peña Nieto sea no solo diferente sino omnipotente y omnipresente.

Lo hacen ver como si fuera omnipotente, con ese poder inagotable y sin límites para crear todo lo necesario para “Mover a México”, de una vez y para siempre que no habrá falta más gobernantes en el futuro. Se prometen beneficios sin fecha de caducidad. No hay estación radiofónica, televisiva o de otras índoles donde no se le diga al pueblo mexicano que el “Señor presidente” ordenó tal o cual cosa y que solo basta esperar al alba para ver cómo se ha movido México hacia la tierra prometida, hacia el primer mundo. Bajará el costo de la vida y en un dos por tres sabremos que estábamos hundidos en una mala ilusión y que el taumaturgo divino ha superado el mito de la caverna de Platón y ha hecho realidad lo impensable: Salvar a México. Solo los necios y sus enemigos se niegan a ver todo esto. No obstante la gracia divina todo lo perdona porque todo lo comprende y todo lo supera.

La omnipresencia de Peña Nieto casi se hace realidad en los medios de comunicación que ávidos de las pingues ganancias que, les reporta contratar la publicidad gubernamental, no cejan incesantemente de bombardear día y noche los beneficios que traerán las reformas con un optimismo desbordante que hace que los dulces corazoncitos se sientan constreñidos a creer ciegamente y no faltan los buenos ciudadanos que piden a gritos que se le dé “una oportunidad” al presidente.

Que ciudadano bien centrado en la realidad y la razón se opondría a que un gobernante (cualquiera que este sea) cumpla su mandato constitucional en los términos que la misma Constitución establece y traiga todos los beneficios posibles y reales. Eso es lo deseable, lo ideal. Lo contrario sería locura. No se debe ni se puede anteponer el fracaso de un gobernante por simples discrepancias ideológicas (la ideología esconde la verdad), o por enemistad política o de cualquiera otra índole. En una democracia el poder se gana y se pierde y se debe aceptar la derrota y sumarse al proyecto nacional sin reticencias. “La Patria es Primero”, reza el lema en el Senado.

Si un gobernante, sea el que sea, y del partido que sea, es, un buen gobernante se le debe el reconocimiento inmediato y libre de cualquier impureza; no se debe ser mezquino en tal rubro. Sin embargo, con Peña Nieto pasa todo lo contario. Su inconmensurable ambición entreverada con sus incurables e incorregibles limitaciones de todo tipo, lo hacen el instrumento ideal para los que realmente imponen el Neoliberalismo corrupto; los aduladores no cesan de pintarlo de mil colores brillantes.

Ahora bien, fundados en las extremas limitaciones evidentes y publicas de Peña Nieto se colige que no puede siquiera vestirse bien y amarrase simétricamente los moños de los bonitos zapatos por sí mismo. Se tiene la impresión viva de que la silla presidencial la ocupa un maniquí articulado. ¿Entonces cómo se le pueden atribuir las cualidades que a toda hora se nos trata de imbuir en el inconsciente?, la respuesta es inmediata: se trata de construir sobre la dura verdad una castillo de naipes; un lugar llamado Peñalandia S. A de C. V., en donde todo es pura felicidad y abundancia. Y, esto no puede ser más que la paga del Diablo al alba, cuando se abren las manos y en lugar del oro se encuentran solo heces.

sábado, 23 de agosto de 2014

VALENTÍA PRESIDENCIAL (CONFESIONES DE LA OSCURIDAD)


El escenario: Un set televisivo pulcramente diseñado para la entrevista. Se desarrolla un ensayo para alcanzar el resultado buscado: el impacto mediático.

Personal: Un conjunto de camarógrafos, estilistas, puñeteros, proxenetas y una niña angelical.
¿De dónde sacó valor señor presidente?, no es valentía pequeña e inocente niña, es, avaricia, enfermedad mental por lo material, es, mi necesidad personal de mostrar que puedo ser algo en la vida, tengo la leve intuición de mis limitaciones intelectuales, académicas y éticas. Es megalomanía y el torcido amor al culto de la personalidad. Es querer sentir la divinidad al modo de los césares, pienso en Calígula y Nerón; en la grandeza de Maxtlatón. Deseo fervientemente un lugar en la historia; me han impresionado los cuadros de los presidentes que están en los Pinos, que bonito será cuando el mío este allí. Entonces seré un hombre, un estadista, un objeto ideal despojado de sus imperfecciones y feas limitaciones.

Se oye un largo suspiro femenino y después, sobreviene un silencio sobrecogedor en la larga noche moteada de luciérnagas. 


SEÑOR PRESIDENTE


Enrique Peña Nieto, para el ejercicio del poder son necesarias dos condiciones, la legalidad y la legitimidad. La primera tiene como base la ley fundamental y las leyes fecundarías, mismas que se deben observar en el proceso de elecciones; tú sabes y nosotros sabemos que hiciste todo lo indebido para levantarte con la silla presidencial, administraste el hambre y la pobreza en lo electoral y este rubro no lo apruebas, aunque los medios afines a tu tiranía y tú mismo junto con el equipo de tiranos inferiores digan lo contrario; la segunda, tiene su base en el convencimiento del pueblo respecto a que, quien los gobierna es el indicado; basta salir a la calle, a la plaza pública; entrar a las redes sociales para ver claramente que no tienes la aprobación del pueblo, es decir, la legitimación. En este contexto has vendido una nación, su país y sus recursos nacionales. No has traicionado a este pueblo porque este no es tu pueblo. Tú y esa maquinaria perversa han recibido ya, no cincuenta monedas sino eso y más para que vivan materialmente bien pero, en la ignominia. Claro, mientras vivan bien eso no les importa, no tienen vergüenza, no la conocen ni de lejos. Sin embargo, este pueblo es más de lo que pudieran vender; ciegos como están y estarán hasta que sean polvo, ni siquiera imaginan la profundidad de la vida; este pueblo surgirá a pesar de. Este pueblo no podrá ser vencido ni vendido porque es indomable, aunque aparentemente sea pasivo.

No sabes que eres inferior por la razón sino por una intuición bastarda que siempre te sorprende. Solo tienes impresiones sin procesar, puras sensaciones es tu vida. El nivel más bajo del conocimiento. Eres casi una maquina estúpida, solo te falta ser máquina. Los trajes inmaculados solo ocultan malamente tu profunda ignorancia. Dejas como herencia muerte y destrucción y es paradójicamente doloroso que el pueblo tenga la maldición de seguirte manteniendo. Eso es una burla vil y perversa. ¿Cómo se le puede premiar a una persona por hacer mal su trabajo?, eso es irracional, una locura.   Eso de “señor Presidente” es palabrería hueca, a la que son adictos tus los incondicionales de vivir de lo público. Es risible ver esa seriedad reverencial con la que te tratan como si con ello pudieran un poco enmendar tu falta de educación académica, tu ética y lavar la sangre regada por órdenes tuyas; no eso es una farsa. El tica tac del reloj sigue su marcha inflexible. Pronto pasarás al basurero de la historia. Tu existencia solo nos ha mostrado cuan bajo puede caer un ser humano. Claro, para los insaciables dueños del gran capital eres el Gerente General adecuado y en turno. Si no lo sabes hoy es, porque no sales a que el pueblo te de su saludo y parecer. Arropado por las televisoras y con la música de sus jilgueros se tratan de acallar los justos reclamos de un pueblo.

Este pueblo aunque lo hayas negociado junto con tu camarilla esta fuera del comercio, tú y quienes negociaron tendrán que responder ante la nación mexicana, ustedes, no se salvaran de la severa sentencia de la historia y que este pueblo dictará de manera inexorable e inapelable porque ante el pueblo soberano no hay tribunal de alzada ni a quién recurrir para modificar sus determinaciones. 

jueves, 21 de agosto de 2014

LAS ESTRUCTURAS ÓNTICAS DEL ENTE LLAMADO ESTADO


Es menester hacer un estudio del ente llamado Estado para ver su naturaleza y aplicar el método adecuado para su estudio. Hasta ahora, se han cometido errores garrafales a partir de la teoría de Montesquieu, quien confundió poder (potestas) con órgano (organum). Para el Derecho constitucional mexicano la Constitución General se divide en dos partes: la dogmática que contiene las garantías fundamentales, los derechos humanos, la propiedad de la tierra, el dominio de las aguas, los productos minerales, petroleros y el rubro de la economía y, la orgánica, que ordena jerárquicamente las funciones de los órganos y subrayo aquí la palabra órganos y que a saber, son fundamentalmente tres: El Legislativo, el Ejecutivo y el Judicial. A estos órganos hay que añadirles las instituciones de todo tipo y allí se tiene la estructura orgánica e institucional del Estado mexicano, en su realidad factual en contraposición a la parte formal “De la división de poderes”. Un simple análisis muestra que entre el texto constitucional y el real funcionamiento del Estado mexicano no existe congruencia. Teoría y realidad van cada una por caminos diferentes y hasta contrarios. La penumbra que rodea la conformación y funcionamiento del Estado ha hecho una atrofia descomunal sin que se tenga la verdadera intención de sanear los equívocos de centenares de años. A pocos realmente les importa estudiar ese ente, se vive en él, para él, y de él, pero sin darle su debido mantenimiento y las reformas congruentes con su ser.

Para los juristas el Estado es una ficción susceptible para el estudio en el campo meramente jurídico, con lo ya construido desde la Filosofía Política sin atender a fondo la teoría; es decir, que a partir de lo dado se sigue construyendo sin la crítica certera. Se da por sentado que se construye sobre firme y aquí es, donde la Filosofía se separa en el estudio, dado que, desde el punto de vista de la Ontología (el estudio del ente), el Estado tiene estructuras ónticas y no da por cierto lo dado sino que, duda y revisa los cimientos y todo el edificio teórico, encontrando las fallas humanas vueltas dogmas y hacia ellas dirige sus cañones filosóficos del método. Ahora bien, las estructuras ónticas son aquellas que son inherentes a las cosas, a los objetos ideales, a los valores y, a la vida, objeto metafísico. Cada una de estas regiones ónticas tiene sus propias estructuras y que las diferencia de las demás. Además, las categorías ónticas siempre permanecen en las cosas a pesar de las modificaciones sufridas en el transcurso de su investigación, es decir, se diferencian de las categorías ontológicas que han surgido y pudieran surgir en el curso de los estudios desde las diversas perspectivas teoréticas.

Para este análisis solo veremos las cosas. Pues bien, el Estado es un ente que no debe ponerse entre las cosas, goza de un ser que se le pueden atribuir  las categorías de las cosas y estas tienen como primera estructura óntica el ser. No se puede dudar sobre el ser del ente llamado Estado, quien es sujeto de derechos y obligaciones. Si no tuviera ser no podría ser sujeto de derechos y de obligaciones. Ninguna persona puede dudar de la existencia del Estado, aunque este sea una invención del ser humano; eso no le quita una pizca de su ser. Allí está el Estado, funcionando a través de los titulares de los órganos, las instituciones y otras figuras jurídicas con su gran masa burocrática, gobernando al pueblo y haciendo funcionar a la sociedad con una cohesión, en primera y última instancia a través de la violencia.

La segunda categoría óntica del Estado es la realidad, no puede ser un objeto ideal como las figuras geométricas o ser un valor y es, distinto al objeto metafísico llamado vida. Por lo pronto, aunque no lo pondremos entre los objetos llamados cosas, si tiene realidad. Entonces diremos que el estado es. Tiene existencia real, aunque esa existencia haya sido dada y siga siendo precaria con relación a las piedras, arboles, ríos y montañas. No obstante lo anterior, no pude decirse que la realidad del Estado sea menos efectiva que la realidad de los entes llamados cosas. El Estado en sus distintas funciones hace actos que tienen toda la realidad necesaria para transformar el estado actual de las cosas, de los valores y hasta de la vida misma.

La tercera estructura óntica es la temporalidad. El Estado no ha existido por si ni en todo tiempo. Ha sido menester que unos seres humanos, determinados seres humanos hayan sentido la imperiosa necesidad de crear un ente que pudiera abarcar a todo el grupo social y que los integrantes de dicha sociedad pudieran coexistir y convivir bajo determinadas normas jurídicas. Por ello, es justo decir que,  el Estado nació en el tiempo, no siempre ha existido (por eso no puede ser objeto ideal), está siendo en el tiempo y fenecerá en el tiempo. Hoy se puede ver con más claridad el nacimiento del Estado como Estado-ciudad, después, Estado-nación y últimamente como una confederación de Estados-nación o bloques comerciales de Estados que gradualmente se integran en lo político, en lo académico, en lo cultural, en la ciencia y demás rubros de la vida.

La cuarta categoría óntica es la de causalidad. El Estado nació para las necesidades de una ciudad, en concreto las griegas y entre ellas, Atenas; después, cuando las naciones conformaron el Estado-nación, creció en todos los aspectos y se volvió más complejo; en la actualidad el Estado se ha vuelto más complicado al co-relacionarse con otros Estados nacionales y formar bloques comerciales y políticos entres otros rubros. Todas estas transformaciones de la cosa llamada Estado son sucesivas y ligadas en el tiempo, se pueden entender, estudiar reducir a leyes. La causalidad determina que el Estado sea efecto de una determina cadena de causas y efectos sucesivas y que no pueden dar como resultado sino lo que es en el especio y el tiempo.

Esta cuarta categoría óntica (causalidad) tiene la característica de dar pauta para que el Estado sea estudiado en sus estructuras, en sus relaciones entre órganos, instituciones, ciudadanos y población en general, esto primariamente desde el Derecho; no se debe olvidar que, para los formalistas Estado y Derecho son lo mismo. Claro que se puede estudiar desde la sociología y otras ramas del conocimiento pero no nos adentraremos en otras sub-regiones ónticas. Bien, el Estado, al ser susceptible de estudio y reductible a normas jurídicas, significa que es inteligible para el ser humano y esto nos lleva a determinar que, en este punto, la categoría óntica también nos abre la puerta a la Ontología de manera concomitante a la óntica. Es decir, el ser humano puede estudiar al Estado y hacer teorías diversas (Ontología, tratado del ente) sin que las estructuras del Estado varíen (Óntica, la existencia en sí de las cosas).

Una de las consecuencias de este análisis es, que no aparece por ningún lado eso que los constitucionalistas y filósofos seguidores de Montesquieu llaman poder como estructura óntica del Estado. Es evidente que el Estado no puede funcionar sin el poder soberano pero, este no forma parte de ninguna estructura ni óntica ni orgánica o institucional. Habrá que buscar y descubrir en donde esta ese error garrafal de Montesquieu y que ciegamente han seguido la gran mayoría.

Y, el error de Montesquieu consiste en no haber tenido clara la diferencia entre órgano y poder y no haber aplicado las categorías ónticas al Estado ni haber echado mano de la diferenciación que hacen los juristas entre las partes, dogmática y orgánica de la Constitución. Si se hubiera atenido a esta división, Montesquieu hubiera derivado que no eran poderes los que hacían funcionar al Estado sino órganos (Legislativo, Ejecutivo y Judicial). Con este error fatal los titulares de los órganos creyeron o simularon ser soberanos y de esta forma, usurparon la soberanía nacional para sí y se proclamaron soberanos. Es común oír que los legisladores digan que el Congreso General es soberano, de la misma manera el Ejecutivo se nombra soberano y el órgano Judicial hace lo propio en detrimento del verdadero soberano; el pueblo. De una manera burda y grosera se sacan mágicamente o mejor dicho, perversamente una pluralidad de soberanos. La soberanía que debe ser única y mantenerse en esa unidad se fragmenta y a la manera de Platón que se le multiplicaban las ideas, los políticos, multiplican los soberanos. Se ha vulgarizado tanto la palabra poder como sinónimo de órgano que hasta el más modesto locutor o periodista se le hincha el pecho al pronunciar tal anomalía no solo lingüística sino conceptual, teorética.  

Por si esto fuera poco, los órganos de los estados firmantes del pacto federal se proclamaron soberanos, multiplicándose los soberanos de manera nociva. Las constituciones locales, excepto la del Distrito Federal (otro ente mal engendrado y que no tiene Constitución Local), pomposamente llevan la leyenda: Constitución Política del Estado Libre y Soberano…, una verdadera aberración. Si fueran realmente soberanos tendrían su Constitución General, su Banco Central, moneda, ejército, servicio de relaciones exteriores y todo aquello que posee la federación para ejercer la soberanía de acuerdo al Derecho Internacional Público. Si esto fuera así, tendrían, las partes firmantes, el ejercicio de su soberanía con otros Estados-nacionales y México sería una Confederación de Estados. Cosa que no sucede, dado que México es una federación compuesta de partes firmantes del pacto federal.

Es imprescindible que se corrija este terrible error de dividir la soberanía y su apropiación por parte de los órganos y devolverle el ejercicio de ese súper poder, al pueblo y por tanto, que el Estado mexicano sea verdaderamente un Estado de Derecho (sirva esta redundancia para efectos pedagógicos). Tenemos un Estado que no concuerda con la teoría de la “División de podres de Montesquieu”, es imperioso que se deje de una vez y para siempre este modelo teórico nocivo y que se saque la teoría del funcionamiento real del Estado mexicano. La teoría de Montesquieu es un calzado contrahecho, deforme que ha sido puesto e impuesto arbitrariamente al Estado mexicano y esta es la razón por la cual camina torpemente y se ha vuelto una calamidad para la nación mexicana.   

martes, 19 de agosto de 2014

LA FICCIÓN COMO INSTRUMENTO DE DOMINIO


El Estado es la ficción más abominable que el ser humano ha creado para la dominación del ser humano sobre los seres humanos. Bajo la excusa del Derecho (identificado como el Estado, Estado y Derecho son lo mismo), se ha logrado someter a las masas ignorantes al capricho de los gobernantes y políticos. Todo aquel que no sienta naturalmente como un enemigo al Estado esta alienado a ideas falsas, de poca monta y que coartan la libertad.  


El ser humano que despliega toda su fuerza e inteligencia solo siente el Estado como un obstáculo para su plenitud. Las leyes han sido hechas para la masa nunca para el individuo que sabe su destino y que contra todo prueba su fuerza, su inteligencia, su astucia. En este contexto, el Estado no puede significar otra cosa que el campo de entrenamiento de ser humano extraordinario que salta todas las barreras con buen ánimo pues sabe que fuera del estado esta su vida. Las ficciones son un motivo de risa y reflexión superflua. La vida es más compleja y profunda. Y ¿qué más? 


jueves, 14 de agosto de 2014

UN CORAZÓN ALEGRE: “HAIGA SIDO COMO HAIGA SIDO”.



Las declaraciones de Felipe Calderón, en el sentido de “Ver una descomposición moral en el PAN”, no deben ponerse fuera del contexto político, es decir, de la lucha interna del Partido Acción Nacional y como un ataque en contra de Gustavo Madero, ya que fueron legisladores del grupo de este último quienes mostraron su falta de moral y ética.

Es muy significativo que un Corazón Alegre como Felipe Calderón, el rey de la bohemia durante, por lo menos su sexenio, se sienta ofendido por una fiesta que no rivaliza con las que el hacía, con derroche de recursos públicos y excesos de toda clase. Eso, no es más que cinismo puro muy a su estilo: “Haiga sido como haiga sido”, es el lema que nos da el nivel de su moral y de su ética.

Calderón no es brillante pero si muy astuto para usar el maniqueísmo (el uso de los principios del bien y del mal), a su favor. Con estas declaraciones lo que dice, de manera soterrada, es: “Yo Felipe Calderón soy el principio bueno y el otro (Gustavo Madero), el principio malo”; en consecuencia debo dirigir el partido porque sé cómo hacerlo y el otro no. Esto no solo es censurable sino una forma grosera de encarar la política y por ende intolerable. 

¿Cómo olvidar la enorme corrupción que impero en su administración?, eso no solo son estadísticas sino hechos reales que han quedado en la memoria y en la historia. No debe venir Calderón simulando tener una moral ejemplar cuando conocemos los abismos en donde habita su moral corrompida. Los estadounidenses lo acogieron poco tiempo porque saben que no tienen ninguna cosa buena que les aporte. De la misma manera, Calderón no puede aportar cosa alguna buena a los mexicanos. Fue una desgracia como presidente y aun los mexicanos padecemos los efectos nocivos de su brutal administración, llena de mesianismo y megalomanía. Que no crea que puede impunemente venir a decir toda clase de tonterías. El mexicano tipo pasivo y acrítico ha sido ya desplazado y no puede esperar cualquier mal político otra cosa que no sea la crítica severa pero sobre bases objetivas.


sábado, 9 de agosto de 2014

AÑORANZAS (IN MEMORIAM)



Todo cambio es problemático aunque se tenga un plan, dado a que el plan es una idealización y llevarlo a cabo es harina de otro costal. Los mexicanos tenemos ante nosotros el reto de entrar de lleno a la Híper-modernidad por nuestros propios pies y con un plan propio y ajeno al del gobierno que es muy simple y nocivo para el pueblo. El nacionalismo es, ya obsoleto y debemos ser ciudadanos del mundo sin ninguna restricción por prejuicio. Debemos vivir nuestra época si falsas e imposibles añoranzas del pasado.

Una de las añoranzas de los panistas es, volver al Medioevo con todas sus instituciones rígidas con el modelo de familia tradicional y ya en franca extinción en donde la autoridad divina se derrame sin concesiones en toda la vida. Eso no sucederá. Esa loca pretensión es la espina en la garganta del panismo, la herida purulenta que nunca sana.

Recuerdo la época cuando cursábamos la preparatoria; teníamos a un amigo puntilloso que a menudo nos hacía reír a carcajadas. Era los años 1986 y 1987. Las privatizaciones comenzaban y el priismos empezaba a desplomarse como partido único de Estado. Nuestra educación tendía (y así sigue) hacia la izquierda. Era menester leer a Marx y todo lo inherente al comunismo y el socialismo. Joel León Tlalolini decía al respecto “Odio a los ricos pero quiero ser como ellos”, con lo que casi nos daba el Saint Vitus.

Es evidente que no podemos regresar al Estado paternalista ese que, todo lo provee, todo lo da porque ese es el Estado priista que no solo no arregló la vida de los mexicanos sino que mantuvo una dictadura casi perfecta con lo cual dejo en estado de indefensión al pueblo mexicano. Claro que el pueblo tiene su parte de responsabilidad. Por ello es necesario que entremos a la Híper-modernidad por voluntad propia y un plan propio.

En la Híper-modernidad no es la sociedad (aunque exista) considerada en su conjunto la que importa sino el individuo híper individualizado. Eso significa ya un híper aislamiento. He ahí el problema de la falta de solidaridad de los mexicanos. Si a esto le añadimos la ignorancia y la pobreza se tendrán los ingredientes básicos del porque los panistas y priistas en el gobierno (los demás panistas y priistas siguen la suerte del pueblo pobres e ignorantes), pueden casi impunemente imponer el Neoliberalismo. Ahora bien, ¿se puede vivir fuera del Neoliberalismo?, en nuestras circunstancias evidentemente que no. Esto no solo por ser, casi un apéndice de los Estados Unidos de Norteamérica sino porque al pueblo mexicano se le ha preparado desde hace treinta años para tener necesidad del Neoliberalismo en su vena más nociva pero más adictiva: el consumismo. En efecto, hasta hace treinta años la provincia producía alimentos de manera artesanal. Era común que las frutas y verduras estuvieran en un solar y terrenos adyacentes a las viviendas bastaba con abrir la puerta para toparse con la huerta familiar llena de maíz, frijol, habas; mas allá, los rábanos, las lechugas y todo lo necesario para la vida. Las aves cantaban y las mariposas revoloteaban alegres ante nuestros ojos. Era una maravilla. Se hacían casi todos los alimentos de manera artesanal; desde quesos hasta charales asados. Los tianguis eran el punto de venta y reunión de los mexicanos en este rubro, el mercantil. La gran variedad y riqueza de la alimentación proporcionaba una vida saludable. Pocos gordos pocos enfermos. En donde nací solo había un doctor que se iba al pardear la tarde.  Por si esto fuera poco se tenían cerdos, gallinas, patos, guajolotes, chivos y toda clase de animales domesticados para la alimentación. Un buen día se le ocurría al abuelo o al padre matar un cerdo y se hacía rellena con la sangre del animal, longaniza, carnitas, mole de patas y se sacaba manteca para cocinar (un bote por lo menos de diez kilos). El resto del cerdo no se vendía sino que se convidaba a los vecinos y amigos el sobrante se colgaba de un palo atravesado en la cocina y de allí se seguía comiendo al ritmo requerido. Esto conllevaba todo un arte adquirido por la experiencia y se había vuelto una tradición. Esto claro en la región central de México ya que en otras la cosa era diferente pero seguía la regla de lo artesanal.

Todo esto era un gran problema para el Neoliberalismo ya que no se consumían en gran escala los embutidos ni los refrescos o demás artículos como los enlatados. El pulque y la cerveza eran lo común para los mayores y el agua sola o de frutas para los demás. Claro que había pobres y excesos que ni que decirlo. Pero la vida transcurría lentamente y con su sana alegría. La caída del Muro de Berlín, la Glasnot y la Perestroika anunciaban la caída del Socialismo real que resultó ser un totalitarismo y como todo totalitarismo, despreciable. De allí les viene la orfandad y la pobreza de ideas a los izquierdistas pragmáticos. El Socialismo y el Comunismo siguen tan vigentes que es menester ocultarlos con más producción, con más consumismo, con más ideología neoliberal y con la robotización estúpida de los seres humanos. Pero llegará el día que nos cansemos de tanta devastación y enfermedad traída por el Neoliberalismo que tendremos que voltear hacia el humanismo, insertos en el Socialismo y el Comunismo y se verá que no estaban muertos ni obsoletos sino solo nos habíamos desviado insanamente de nuestro porvenir.   

El Neoliberalismo tenía ya las puertas abiertas y sin oposición para encumbrase y se lanzó a conquistar el mundo y lo logró bajo las ruedas de sus potentes vehículos comerciales y bajo las rápidas tanquetas y pesados tanques con forma de trasnacionales. No hubo ni hay poder humano capaz de detener a estos conquistadores de la vida aunque nos traigan enfermedad y muerte. Esta loca conquista (de la cual somos también responsables) ha traído mas muerte y enfermedad que cualquier otra conquista o guerra pasadas; aun si juntamos a las más terribles. Mírese la pobreza, enfermedad y muerte extrema que impera en el mundo y comparece la vida antes del Capitalismo y se verá que el Infierno de Dante es un castigo infantil porque es solo una amenaza, una promesa funesta pero, la devastación del mundo y de la vida actuales real.  

Bien, ese “Odio a los ricos pero quiero ser como ellos” debe tener sus correcciones. ¿Quién en su sano juicio no querría tener los medios económicos y materiales para poder vivir bien?, me parece que no los hay y que por el contario es una añoranza general. Al Neoliberalismo no hay que temerle sino sitiarlo superarlo tal y como lo han hecho en Suiza, Suecia y aun los propios Estados Unidos lo hacen. Para ello no seamos idealistas. Claro que en estos Estados hay corrupción y excesos pero son perseguidos aceptablemente. Por estos días han sido sancionados los responsables de la crisis anterior inmediata en los Estados Unidos y ello significa que los responsables son culpados y sancionados. En México los responsables de tan malas administraciones, de la creación de pobreza extrema y constante y de cometer los más viles delitos financieros y de aliarse con los narcos y gobernar con ellos están impunes. De esto somos responsables, tanto el gobierno como el pueblo pero falta que se haga culpables a los responsables concretos y que no vengan con el bonito cuento de que los beneficios se verán dentro de treinta años cuando descansen el sueño eterno. Esto da al traste eso de que “En caso de que así no lo hiciere  que la nación me lo demande”. Por el otro lado el pueblo debe sitiar y controlar al Neoliberalismo y después superarlo.

Y, superar al Neoliberalismo es dejar de consumir sin sentido y mirar que no se devasten los recursos naturales, minerales, la flora y la fauna, los mares, ríos y los seres que en ellos habitan para que unos pocos vivan como cerdos bien alimentados pero con una moral de quinta. El rubro de la verdadera y profunda educación no debe olvidarse. Hoy tenemos un sistema educativo dirigido por un inepto que solo capotea el temporal con retórica hueca. Este sistema educativo produce figurines al estilo Peña Nieto que, si ya de por si tiene serias deficiencias mentales y se le da una magra educación académica (de la educación moral ya ni hablar), se tendrá un Gerente General funcional y al servicio de las trasnacionales con una corte de pillos, delincuentes y toda clase de picaros con las mismas negras intenciones; vender a los mejores postores lo público y por ende, la vida. Claro que toda esta caterva se incluye como pasivos de la deuda pública; hay que seguir alimentándolos.

En este contexto no se deben olvidar los rubros del arte, el deporte, el cine, lo artesanal y todos aquellos ámbitos de la rica vida mexicana. Senos ha programado para consumir y no solo no podemos dejar de consumir sino que, no queremos dejar de consumir a costa de todo, incluso de nuestra vida y salud. Consumimos veneno en casi todos los alimentos y casi todo lo que compramos es nocivo (televisión por ejemplo) o es inútil e innecesario.

¿Creen que sitiar el Neoliberalismo es una utopía?; ¿Acaso son ignorantes al extremo?, ya Islandia nos dio un norte. Ante la crisis generada por banqueros y políticos (que combinación tan funesta), en lugar de darle a la banca dinero público (tal y como se hace en México), los responsabilizó, los culpó y sancionó con cárcel; con los políticos hizo lo mismo. Eso es lo que debemos hacer los mexicanos imponer la democracia y no dejar impunes los delitos cometidos por ricos y políticos. Si queremos buena vida pero en todos los rubros de la vida: economía, arte, ciencia, filosofía, música, artesanías, cine etc.

Por lo más y por lo menos, debemos superar ese odio a los ricos y debemos superar ese querer ser como ellos: enfocados solo en lo material, olvidándose de la gran variedad y riqueza profunda de la vida.

Hace veintiséis reíamos con los comentarios puntillosos de nuestro entrañable amigo Joel León y el, también reía, era un pozo de inagotable de sana alegría y un amigo solidario hasta los puños. Pero no se crea que solo nos hacia reír (hoy lo sigue haciendo) sino pensar; era y es, un maestro en esas dos grandes venas vitales de la vida.   


viernes, 8 de agosto de 2014

NUEVA FORMA DE VIDA



Durante mucho tiempo los mexicanos han sentido la pesada carga del trauma de la conquista. Los extranjeros ciegos a la razón alimentaban esa inferioridad desde todos los ángulos y niveles sin siquiera sospechar que las culturas prehispánicas eran ricas en vastedad y profundidad y que aún hoy sus veneros imponen concretísimas formas de ser que en manera alguna desmerecen ser vividas y conocidas. Durante décadas se han dado cambios muy profundos en el silencio de los valles, haciendo surgir el pasado prehispánico, lleno de la voluntad vital de vivir sin ataduras externas. La vida de los mexicanos ha dado un vuelco radical; hoy día puede incursionar en cualquier campo del saber, de la técnica, del arte, la literatura y demás cosas humanas con éxito sin amilanarse como antaño. 

El viejo, aunque necesario pensamiento de los propios intelectuales mexicanos, ha sido substituido gradualmente por un pensamiento atrevido, despojado de los atavíos psicológicos impuestos y asimilados por las anteriores generaciones y que por mucho tiempo imperó. A pesar de todo, se puede atisbar una lucha incesante por la libertad, la democracia y todo aquello que aumente el valor de la vida. Los mexicanos tenemos un problema: el gobierno corrupto hasta la médula.

Se dice, sin razón profunda, que los mexicanos han dejado de ser revolucionarios y dejan que el gobierno los mantenga bajo el yugo de la tiranía. Es cierto, que no se ha logrado imponer la democracia y que priva la corrupción con profundas raíces en todo el Estado mexicano pero no menos cierto es, que la lucha en contra de todas estas malas prácticas se da sin dar marcha atrás. En el mismo contexto, se debe hacer notar que las revoluciones al parecer se han desterrado en muy buena medida como forma de cambio social. Los mexicanos han llevado el emblema de guardar y ser en el fondo “El México bronco”, ese pueblo que irrumpió con toda su fuerza, fiereza y sed de venganza en la revolución de  1910 y que marco el nacimiento de una nueva forma de vida institucionalizada y que se denominó como “La dictadura perfecta”. Al final no resultó tan perfecta. En fin, no es distintivo del pueblo mexicano abandonar, en general, la vía de las armas para alcanzar los fines democráticos. Esto sin dejar de ver la enorme distancia entre lo ideal y lo real. En caso todo el mundo se ha visto el mismo fenómeno del abandono de las armas por parte de los pueblos para la trasformación social. Si bien existen guerras y movimientos armados estos no son ya significativos y por lo general la violencia viene de los gobiernos o de grupos separatistas o de la delincuencia organizada.

Bajo esta nueva forma de vida se han abandonado las revoluciones pero no la lucha. Ha resultado eficaz la denuncia, la comunicación de ideas, la solidaridad a través de las redes sociales, además de menos costosas en vidas humanas. Ahora bien, esto tiene un alcance limitado y se debe fortalecer con nuevas prácticas democráticas que vayan acotando el poder de gobernantes y políticos; creo que la creación de organizaciones no gubernamentales, asociaciones civiles y consejos ciudadanos entre otros pueden servir para tal fin.

Los gobernantes han dejado de representar a los ciudadanos para servir a las grandes trasnacionales; entonces, se debe ciudadanizar la política para que se ponga coto a los excesos de los dueños del gran capital, que están de la mano con gobernantes y políticos. El diseño de un Estado nacional acorde, con estos relativamente nuevos actores políticos, es imperioso.

El resurgir del pasado prehispánico debe verse como un aumento de esta vena vital de los mexicanos porque en la realidad nunca se ha ido ni abandonado. No se debe mal entender esto, es evidente que no puede volver de manera plena ese pasado pero es menester que se retome porque esa es nuestra naturaleza inmediata, nuestra forma de ser acallada pero no aniquilada. Esto con la incorporación de inevitable de la vida actual, dinámica y en constante hacerse y rehacerse.

Los mexicanos de hoy día, tenemos enormes problemas que afrontar y limitaciones que superar. Sin embargo, no existe ya ese sentimiento de inferioridad humana en el pueblo mexicano sino como un resabio falseado con fines coloniales, mercantiles, de prejuicios ideológicos externos y por supuesto de ignorancia de lo que significa lo humano en su más profundo sentido.

Se añoran los viejos revolucionarios listos para el sacrificio personal y no hay duda que son valiosos e inolvidables pero, para mí son tan valiosos los mexicanos actuales que no se rinden y que con nuevas formas luchan sin descanso contra el gobierno que navega entre las aguas de la tiranía y la democracia sin cortar la pesada ancla de la corrupción.  Es evidente que la pura fuerza bruta no alcanzó para construir un Estado democrático, es menester que la razón impere para tratar de lograrlo. Si en el futuro mediato se pueda dar un movimiento armado general para construir un estado democrático, no lo sé; eso lo determinaran los gobernantes y políticos con sus abusos o lo evitaran adquiriendo madurez, de la cual hoy carecen.  Por lo demás no nos queda otra cosa que observar el mundo con la mirada libre de velos, de prejuicios, poniendo como base de la vida la razón vital. 


domingo, 3 de agosto de 2014

PSICÓPATAS



Los gobernantes y políticos mexicanos, en su mayoría, han sacado a flote como su mayor atributo de personalidad desde una porción psicópata hasta la completa y retorcida conducta enferma de psicopatía. No les importa que el pueblo quede a merced de las grandes trasnacionales sujetos a toda clase de atropellos e injusticias ya que el Estado es incapaz de regular a las grandes empresas que los han dominado por completo. Su falta de simpatía y empatía, la falta de remordimientos y todas las conductas insanas llevan a concluir que en la mayoría de gobernantes y políticos algo anda mal en sus cerebros. Algunos políticos llegan hasta el sadismo. No les importan los muertos ni el dolor del pueblo con tal de que sigan en el poder.

Abrase cualquier diario y nunca faltará una noticia atroz de un delito cometido por algún gobernante y político. Esto se agrava ya que, en las leyes se refleja su falta de empatía con el pueblo y no es simple impopularidad de las leyes sino verdadero reflejo de la personalidad general de los gobernantes y políticos. A pesar de sus evidentes conductas enfermas y nocivas para la nación mexicana los gobernantes y políticos viven en total indiferencia como si no fueran responsables de mal estado del pueblo en todos los rubros. Se pavonean como héroes incomprendidos.

Imponer el Neoliberalismo sin combatir la corrupción oficial, misma que esta tan enraizada en la política mexicana, es, el peor error de los mexicanos. Había el momento de cambiar el Estado mexicano de una base de corrupción en la política y lo social a una base en la que se implantara el Derecho y la democracia como base de la vida de los mexicanos y los gobernantes y políticos se negaron con tal de seguir en el poder. La sociedad mexicana no es menos responsable de ello.




jueves, 31 de julio de 2014

SISTEMA TRASNACIONAL O INDUSTRIAL RACIONAL



El reto actual del ser humano concierne a la decadencia del Estado como instrumento de gobierno. El actual Estado-nación ya no responde a las necesidades del gobierno democrático. Los órganos del Estado (Legislativo, Ejecutivo y Judicial), están al servicio de las grandes trasnacionales. El maestro Lorenzo Meyer en su obra “Nuestra tragedia persistente” hace hincapié sobre la falta de representatividad de los ciudadanos mexicanos ante el Congreso General ya que los legisladores no representan a los ciudadanos sino a los intereses de partido, personales y sirven a los interese de las trasnacionales; es evidente que esto se extiende a los Congresos Locales.

No solo el gobierno federal tiene una alta fiebre privatizadora; parece que hay una loca competencia también en los gobiernos locales y en los municipios en la privatización de todos los servicios. Ahora bien, lo que se les critica no es solo que privaticen todos los servicios públicos sino la falta de una regulación justa y equitativa en la prestación de los servicios. Son meros negocios sin freno alguno a favor de las grandes empresas trasnacionales, nacionales y extranjeras que al final aunque se les quiten las concesiones salen ganando, haciendo efectivas las cláusulas de recisión.   

Todo se está privatizando y al parecer al pueblo no tiene la mínima intención de que esto se haga de otra manera o no tiene claro cómo hacerlo. Si todo se está privatizando ¿por qué no se cambia la forma de gobierno por el momento, haciendo que los ciudadanos intervengan directamente en el, y gradualmente se va privatizando el gobierno?, que por principios y al final de cuentas es corrupto, inútil, costoso y malo. Esto al principio parecería una locura pero no lo es, la locura consiste en sostener esa enfermedad llamada Estado en su actual condición. Si ya no son los gobernantes ni los políticos quienes imponen las leyes en beneficio de los pueblos sino las trasnacionales es mejor tratar con los verdaderos gobernantes y no con sus personeros.

Saint Simón sostenía en su obra “El sistema Industrial” que, como el objetivo primordial del Estado tenía que ser la producción de manera organizada, entonces el gobierno debería estar constituido por industriales de toda clase, obreros, campesinos y empresarios de toda índole. Claro que esto debería estar sujeto a la planeación de las mejores cabezas; por lo que científicos deberían ocupar la dirección de la sociedad excluyendo a los sacerdotes; eso sería lo ideal, pero, como se sabe que los seres humanos son necios mejor les dejamos su dulce entretenimiento y que se trate al Vaticano como lo que es, una trasnacional más, de las más poderosas y, no dejarles las clases más bajas para que las sigan rapiñando tal y como lo quería Saint Simón. Quizás para su época esto era visto todavía más como una locura extrema y quizá esto se siga viendo como un extravió pero solo por las cabezas huecas, es decir, para la mayoría y he ahí el error.

Si ya los pueblos sienten fehacientemente la inutilidad de los gobernantes dado a que estos están sujetos a la voluntad de los grandes industriales, dueños del dinero y en especial de las grandes trasnacionales ¿Por qué no se trata directamente con estos primeros actores pero no independientes de la voluntad de los pueblos y se hace un gobierno sin intermediarios tradicionales, es decir, de los gobernantes y políticos actuales. Es evidente que mis ideas tendrán enemigos inmediatos en todos los gobernantes y políticos que hoy gozan de cabal acceso al erario sin ningún compromiso y que el maestro Meyer define como organizaciones con más vocación de negocio que de política.

El pueblo mexicano siente una profunda decepción de su forma fáctica de gobierno ya que teniendo una Constitución democrática en la realidad se vive entre la tiranía, la simulación y una incipiente democracia. Esta tensión no deja que los mexicanos sepan a bien la dirección que seguirá la vida pública.

Por mi parte propongo que los ciudadanos se organicen y pongan coto a los excesos de los malos gobernantes y políticos, quienes tienen el máximo interés en mantener la crisis del Estado mexicano con sus corruptelas y asociación con el crimen organizado para seguir manteniéndose en el poder sin ninguna responsabilidad. La erradicación de esto solo se puede lograr si la sociedad civil se organiza y trata de una buena vez con los verdaderos gobernantes y legisladores: los dueños de las grandes trasnacionales.

Si se va a sustituir a los órganos tradicionales del Estado (Legislativo, Ejecutivo y Judicial) gradualmente es evidente que se necesita una nueva Constitución que regule las relaciones entre las trasnacionales y los ciudadanos a través de los nuevos órganos reguladores de la producción, consumo, venta y todas aquellas ramas técnicas y científicas que la Híper modernidad genera en la actual sociedad occidental.

Por primeras de cuentas se necesita la organización de la sociedad; el Estado actual es obsoleto, los gobernantes y políticos actuales son, no solo obsoletos sino perjudiciales. Dejar que sigan actuando sin límites es la irracionalidad, casi casi la animalidad. La mayoría deberían estar en chirona y de por vida por haber arruinado a millones. Es mejor pactar con las trasnacionales racionalmente que dejar a los actuales gobernantes y políticos que sigan vendiendo al mejor postor lo público sin ninguna ganancia para el pueblo y sin ninguna responsabilidad para ellos. 

Ahora bien, hay un punto que no debe dejarse de lado, la dignidad humana. esta no solo debe rescatarse sino extenderse y agrandarse en beneficio de todos y cada uno de los seres humanos, renunciando para siempre a la cosificacion de los seres humanos y por ende su mercantilismo. 


lunes, 28 de julio de 2014

A RÍO REVUELTO…



Rafael Moreno Valle ya no haya como salir del problema que él, mismo generó y que dio como resultado la muerte del menor José Luis Tehuatlie, como en otros casos en donde las autoridades son señaladas como responsables de crímenes o grandes desatinos; el gobierno de Puebla ha tomado como estrategia en la investigación, la consabida receta de enmarañar y confundir todo a efecto de que los hechos no se esclarezcan nunca. Este es el caso que nos ocupa. Véanse las declaraciones del gobernador, del procurador, los dictámenes de los peritos y las actuaciones de todos los que intervienen por parte del gobierno y se verá indiciariamente que tienen la consigna de no esclarecer la muerte del menor.

Ahora bien, por otro lado, es viejo y conocido el refrán que dice “A río revuelto ganancia de pescadores”, en este caso bien se puede sustituir el término “pescadores” por “políticos”. En efecto, se ha tratado de maquillar la búsqueda de beneficios políticos por parte de partidos y de manera individual la muerte del menor, tratando de hacer parecer que se busca la justicia cuando en realidad se buscan los ya mencionados beneficios políticos que darán como resultado beneficios económicos.

Los priistas, panistas y perredistas tienen en la mira a Rafael Moreno Valle, no con miras a lograr la justicia por la muerte del menor y resarcir los daños materiales a la madre (cosa imposible en la relación filial), sino con el ánimo de venganza y de minar la precandidatura que estaba construyendo el gobernador (por el momento detenidas) con miras a las elecciones presidenciales del 2018. Esto es deleznable.

Se ha creído erróneamente que el Derecho es pura y vil triquiñuela; sin embargo, en el presente caso nos da a luz sobre el tema vital y el tema vital es la muerte del menor. Para el Derecho el primer bien protegido lo es, la vida humana y en segundo lugar la propiedad y así sucesivamente. El Derecho tiene en primerísima estima la vida, es decir, valora la vida de manera absoluta y en esto concuerda con la Ontología, para esta la vida es absoluta, independiente y de ella dependen todas las demás regiones del ser: los objetos reales, los ideales y los valores. Claro la filosofía lleva a un plano más amplio y profundo la valoración de la vida; sin embargo, para el presente, ambas coinciden en que la vida es primero; el Derecho desde el ámbito de la justicia y la filosofía desde la radicalidad de la vida, ente primario.

Los actores primarios dentro de esta tragedia (El gobernador y sus detractores políticos), han preferido hacer uso de los anti valores y de los valores utilitarios por encima de los valores primarios que conlleva la vida. Sabemos que la vida ente metafísico cuando se pierde ya es irrecuperable y de allí nos viene su estima primaria con justa razón. No se crea que no hay quienes busquen la justicia pero, a menudo son los menos con recursos mínimos, a diferencia del gobernador y sus oponentes políticos que cuentan con el erario para hacerse la guerra. Ni se diga de la madre afectada, es bien sabido que no cuenta con los recursos económicos ni materiales para exigir justicia. Ahora bien, la falta de recursos económicos y materiales no significa que no intuya claramente los valores vitales. Radicalmente expreso que a ella no le interesaban los ofrecimientos materiales que anunciaba el gobernador públicamente en una entrevista. Ni tampoco se puede decir que no intuye los valores morales base de la ética que mostró cuando Luis Arturo Cornejo (con todo el aparato a su cargo) la asedio queriendo sembrar falsas impresiones sobre la muerte de su hijo, y en primer y último caso, queriendo culparla a ella y a los pobladores de San Bernardino Chalchihuapan, Puebla para exculpar al único responsable de la muerte de su hijo. A pie firme, con la mente clara a pesar de la perdida de su hijo se sostuvo en la verdad de su dicho. Para quienes litigan y saben lo que es tratar y enfrentarse a este tipo de cosas y casos saben bien lo que esto representa. Quizá en todo este entramado la única persona íntegra sea la señora Elia Tamayo, de ella, no se duda de su integridad y de su intuición infalible para estimar los hechos.

Si algo les queda de sana valoración a los responsables de la muerte del menor y a los encargados de esclarecer los hechos deben olvidar el río revuelto y volver a la senda de la sana valoración de los hechos y aplicar los valores correspondientes para rectamente aplicar la justicia. Lo contrario sería una respuesta cínica, es decir, desvergonzada y seguirán con ese apetito de perro (cinorexia) por el poder a toda costa.  


sábado, 26 de julio de 2014

SALTO 9:7:14



Aunque pase por el estado de Puebla, del tirano Moreno Valle, lugar  de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque ya ha matado a un inocente y el corazón una madre.


INACEPTABLE Y COBARDE



Los hechos y actos desplegados por Rafael Moreno Valle con relación a toda su mala administración son inaceptables pero, si esto mismo lo llevamos al hecho concreto sobre la muerte del menor José Luis Alberto Tehuatlie y su firme intención de comprar el silencio de la señora Elia Tamayo, madre del menor asesinado, el nueve de julio del dos mil catorce; merece señalarse como inaceptable y cobarde.

En entrevista con CNN la madre del menor aseguró que ““El jueves vi por la televisión, como él me había dicho que me iba a dar despensas, que me iba a dar becas para mis hijos, todavía ni me daba y ya lo está mencionando: ‘El niño está atendido, la familia, le estamos apoyando’. Cuando llegué le dije: ‘Ya no quiero nada; a mi hijo, no lo vendo por dinero’. Quieren pagar mi silencio; no, jamás”, comentó”.

No se trata de mera y banal sensiblería a favor de Elia Tamayo, flaco favor se le estaría haciendo; no, se trata de verdadera justicia; de buscar claridad en la muerte de un menor inocente que pago con su vida las desmedidas ambiciones tiránicas del gobernador. Es bien sabido que las madres de este tipo son inquebrantables mujeres que por encima o por debajo del amor que le tienen a sus hijos, todo es de poca importancia, cosa nula. No hay forma de comprar su silencio y mucho menos su profundo amor para con la vida de su hijo y el inmenso dolor en su muerte.

Es una canallada que haya enviado al subsecretario de Asuntos Políticos y Protección Civil de la Secretaría de Gobierno de la entidad, Luis Arturo Cornejo Alatorre a tratar sobornar con promesas el silencio de la señora Elia Tamayo. Si el gobernador no tiene la mínima sensibilidad por un error fatal, atribuible a él, mismo, ante la pérdida de una vida ajena, a sus locas ambiciones, no se le debe aceptar esta cobarde acción.

Menciona el subsecretario Luis Arturo Cornejo Alatorre que la madre del menor muerto tuvo una “actitud de rechazo” ante la ayuda ofrecida. Estoy seguro que si algún apoyo ha recibido esta mujer mexicana por parte del gobierno, este ha sido magro. La actitud de rechazo no debe verse tal y como la quiere pintar Arturo Cornejo como una actitud intransigente sino como la más profunda integridad de una persona que cambiaría gustosa esta sombría fama que ha ganado a costa de su vida misma; es decir, por la vida de su hijo. Eso representa para una madre la perdida de la vida de un hijo, la vida misma.

No se puede más que tener a esta madre como siempre presente, con el máximo respeto por sus profundos valores para con sus hijos, como ciudadana, como madre, como mujer muy ajena al vil mercantilismo de este gobierno frio como el monstruo más frio jamás creado.


LA VIGENCIA DE LOS DIOSES



Las religiones monoteístas usan las creencias de un solo Dios bueno, eterno, amoroso y omnipotente para descalificar a priori las demás creencias. Esto no basta y entonces, se hace toda una campaña maniquea (principios, del bien y el mal en constante lucha), en donde el Dios cristiano es el verdadero (principio bueno) y todos los demás son Dioses falsos (principio malo). Por lo general el cristianismo pone al Diablo como lo malo sin llamarlo principio pero que no hay duda de que, para efectos prácticos se toma como principio malo con sus variantes. El maniqueísmo coincide con el cristianismo ya que ambas religiones desprecian la vida, lo material y ponen de relieve lo espiritual.  

Todas las religiones son interesantes por su incesante búsqueda de respuestas místicas sobre la vida pero, son nocivas por sus prácticas realmente disparatadas, llegando al fanatismo y la lucha a muerte para con los disidentes. Millones han muerto por no creer en las invenciones divinas.

En todo tiempo ha sido el peor pecado y error factual el ir en contra de las creencias ciegas establecidas. Los Dioses en todas épocas han sido intocables y generalmente la consecuencia en no creer en ellos, es, la muerte. Sin embargo, los dioses como invenciones humanas tienen vigencia mientras existen creyentes; terminadas las creencias ciegas los dioses se van al cementerio del semi-olvido y allí vagan como sombras y solo reciben visitas de los historiadores, arqueólogos y sus psiquiatras; también los dioses enloquecen.

Los dioses de Babilonia eran todopoderosos, los dioses egipcios hacían de las suyas, lo mismo pasaba con los dioses griegos y romanos y en general, todos los pueblos han tenido, con variantes, a sus dioses como los únicos todopoderosos.

En México ¿Quién podría dudar de que Huitzilopochtli era el dios de la guerra y todopoderoso encargado de mantener la vida?. En este contexto las creencias cristianas no tienen mayor credibilidad sobre las demás religiones. La única diferencia entre el cristianismo con las demás religiones es la vigencia; el cristianismo está vigente, las demás tuvieron su vigencia. Para efectos de conocimiento, de filosofía, de la verdad el cristianismo esta al mismo nivel (y eso quizá sea un exceso), de las demás religiones: pura fe ciega.

Es evidente que los científicos y filosóficos estos también creen en sus conocimientos, sería absurdo que no lo hicieran pero lo hacen con base en la razón, la lógica, la ciencia, es decir, los hechos comprobables; su fe no es una creencia ciega sino con bases. Por el contrario, los teólogos de todas las épocas creen ciegamente en una divinidad nunca comprobable por ningún medio. Esta falta de comprobación ha tenido que tomar las armas en contra de los infieles o herejes, sembrando masacres por doquier.

Ahora bien, el cristianismo gradualmente va perdiendo vigencia y esa preocupación lleva a constantes evangelizaciones entre los pueblos más ingenuos. Hoy día, el Vaticano ha puesto su mira en Latinoamérica. México fue hace poco más de cuarenta años el preferido con la frase pomposa “México siempre fiel” y que el pueblo se creyó. Brasil y Argentina son importantes para el Vaticano, llevando la ventaja este último por ser patria del actual Papa.

Otra ventaja tiene el cristianismo y que otras religiones ya abrogadas no tuvieron; ser manejadas como cualquier otra trasnacional. La estructura piramidal del Vaticano con un gerente general (el Papa), subgerentes regionales, nacionales hasta llegar al sacerdote más modesto es todo un entramado bien construido de recaudación y de control social. Los niños creen en “El Coco” los adultos Dios, en santos, vírgenes, ángeles, querubines, arcángeles y demás; es decir, la mentira se multiplica. Las mentes infantiles no necesitan mentiras complejas, las de los adultos sí. En la medida con la que los seres humanos crecen necesitan ser iniciados en los misterios religiosos; es decir, gradualmente se van haciendo más complejas para que mantenerlos atrapados entre la bruma.

Si se comparan los logros positivos de la ciencia contra los logros positivos de la teología rápidamente se puede ver que en tampoco tiempo la primera ha sobrepasado a la segunda y quieran o no, han tenido que aceptar que, aunque sigan combatiendo a la ciencia, es esta la que ha iluminado al mundo y no la pretendida luz divina.


La ciencia como producto humano no pretende ya ser absoluta ni infalible. Por el contrario, es bien sabido que la ciencia ha tenido que hacer diversas revisiones de sus logros y otras tantas correcciones. Por el contrario la teología en todo momento pretende el absolutismo y la infalibilidad y ha fracasado estruendosamente. No obstante lo anterior, se debe permitir que las personas sigan creyendo en las ideas teológicas vigentes; solo los individuos pueden prescindir de la metafísica teológica, las masas están impedidas.