domingo, 25 de octubre de 2015

NIETZSCHE (EL AZOTE DE DIOS)




Atila el azote de Dios, Nietzsche el azote de Dios. El primero por barbarie, el segundo por su sabiduría salvaje (palabras del propio filosofo), ambos, sin dar ninguna concesión. Con todo, es menester leer la correspondencia de Nietzsche para darse cuenta del dramatismo de su vida. Sus limitaciones, enfermedades, su locura, la soledad y la terrible necesidad que tenia de comprensión de su obra. Y, sin embargo, sabía que tenía que vivir en su particularísima oscuridad. Al pronto, sorprende la distancia entre su obra filosófica y su vida. No hay consuelo posible ni redención en su vida. No obstante, su vida y su obra se muestran solo bajo matices diferentes; su grandeza está en su obra basada en la obra de un humano, demasiado humano.

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