lunes, 26 de octubre de 2015

FILOSOFÍA




La decadencia es tan llamativa y tan dulce. Es una zona de confort. Un filósofo debería ser considerado tal por su fuerza, por su resistencia, por su valor, por sus ideas fuertes, su práctica diaria y por su soledad. Lo demás es charlatanería. Aquí se prueba la dureza.



No hay comentarios.:

Publicar un comentario