Peña
Nieto, ya tiene adoptado el feo estilo de Televisa para todo: el oropel, los
gestos, los ademanes, la ridícula formalidad, las apariencias, el engaño y las
parcialidades. En consecuencia, mando a Osorio Chong, como avanzada en calidad
de cartero y personaje de una mini-novela al Congreso de la Unión, sin llevar
el verdadero informe de su infame Tercer Informe. Para el informe Peña Nieto
tiene ya preparada toda una parafernalia con todos los medios de comunicación y
en especial con las televisoras.
Ajorra
bien, los mexicanos ya deberíamos terminar con el constante engaño que resulta
ser todo informe presidencial. En todo informe presidencial y en especial en
este Tercero de Peña Nieto solo se encuentran y encontraran mentiras por
montones. ¿Qué va a informar Peña Nieto?, toda su Administración es un
desastre, la corrupción y la impunidad es su sello. No ha resuelto ningún asunto
nacional; penosamente solo el pueril asunto de sus calcetas lo aclaro, de ahí en
fuera todo es una desgracia. Sus limitaciones intelectuales y políticas, lo orillan,
lo obligan a refugiarse en los escenarios seguros, controlados de Televisa,
frente un telepromter, un chícharo, asesores al por mayor y el consabido
discurso optimista pero preñado de mentiras. En efecto, los informes
presidenciales son un compendio de mentiras que ya no se creen y que no resuelven
cosa alguna.
No
es, que se esté contra Peña Nieto por puro vicio sino por el contrario por su
enorme e imparable corrupción por su lenguaje y no solo lenguaje mendaz, su
constante mitomanía patológica que solo el, pretende creer. Se ha degradado con
cada día de gobierno y no logrará recuperarla, no por no ser posible sino
porque no tiene la mínima intención de hacerlo.
Ningún
mexicano con dos dedos de razón sería capaz de oponerse a los gobernantes y en
concreto a Peña Nieto, si estos y este, fueran bien intencionados, se
preocuparan y ocuparan en bien administrar y combatir la corrupción y no
fomentar la impunidad. En realidad no importaría de qué partido político fuera
el gobernante con tal de que fuera un buen gobernante. Lázaro Cárdenas ¿no fue
priista?, claro. Solo que él, si estaba preocupado y ocupado en los intereses
generales del pueblo, su pueblo.
Ojala
y se estuviera hablando, en este momento, de un buen presidente, tanto en su
pensamiento elevado como en sus acciones, y se vería que aun en la desgracia el
pueblo entendería las circunstancias y estaría de su lado. Sería una locura
estar en contra de un buen gobierno solo porque este, no es de tal o cual filiación
ideológica. No estamos en el supuesto y el resultado está a la vista. Peña
Nieto dará un espectáculo bien cuidado pero lejos de la realidad y del apoyo
del pueblo.
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